Por Arturo Fernàndez Ramìrez
Sin lugar a dudas, una de las propuestas que más polémica causó desde que inició la administración de López Obrador fue la creación de la Guardia Nacional, la cual generó protestas de líderes de opinión, políticos y organizaciones.
Para su aprobación, se requería no una mayoría simple, sino la mayoría calificada de los senadores, es decir, las 2/3 partes de dicha cámara.
Sabemos que de alguna forma, MORENA y los partidos aliados, tienen una evidente mayoría y que quizás aprovechando las desbandadas que ha venido sufriendo el PRD y otros partidos, probablemente tienen ya los votos suficientes para lograr reformas constitucionales, como se requieren en el caso de dicha Guardia Nacional.
Por eso, considero que es digno de resaltar que a pesar de esa ventaja, el partido en el poder optó por negociar y llegar a consensos con todas las fuerzas políticas del país en lugar de imponer con su mayoría su propuesta.
Así, podríamos decir que de manera histórica y sorprendente para la mayoría de los mexicanos, se recibió la noticia de que el pasado 21 de febrero de 2019, el Senado aprobó, sin un sólo voto en contra, ni siquiera una abstención, la creación de dicho cuerpo de seguridad.
Es decir, de los 127 senadores que integran a la cámara alta, todos votaron a favor de la Guardia Nacional, se unieron todas las fuerzas políticas del país, lo que definitivamente, insisto, es algo digno de reconocer y de resaltar. Nadie pierde, todos ganan.
Indudablemente, todas las fuerzas políticas tuvieron que ceder en sus posturas, por eso debemos reconocer la voluntad de los actores políticos que en un tema de mucha trascendencia, lograron coincidir.
Y es que, no es fácil llegar a consensos mayoritarios, mucho menos a unánimes y menos aún en temas tan delicados como la creación de un nuevo cuerpo de seguridad nacional.
Acordémonos cuando en el sexenio pasado se pretendió imponer el modelo de la fuerza única policial a nivel nacional (y también a nivel estatal), se hizo con la mayoría del partido que en ese momento estaba en el poder y los resultados fueron por todos conocidos, se politizó a tal grado que nunca se dieron buenos resultados, fue un fracaso total.
Y así pasa cuando el partido o grupo político en el poder pretende imponer las cosas sin escuchar opiniones diferentes y hasta reprimiendo a quienes se oponen a sus proyectos.
Siempre será mejor saber escuchar para llegar a los mejores consensos en bien de México.
La Guardia Nacional, más allá de lo novedoso que pueda resultar como nuevo cuerpo de seguridad, lleva el mejor cimiento: el apoyo unánime de todas las fuerzas políticas de nuestro país, quienes, por encima de sus diferencias, antepusieron el interés colectivo de nuestro país para sacar adelante un gran proyecto como lo es el que ahora nos ocupa.
Así, nadie pierde, todos ganan, pero sobre todo, se garantiza que ese nuevo modelo sí será apoyado y respaldado por todos y al tratarse de la seguridad pública como problema número uno a nivel nacional, se espera que en realidad en poco tiempo México cambie para bien de todos. Comentarios y sugerencias al correo electrónico arturferam@hotmail.com
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