martes, 18 de febrero de 2025

          Jalisco primer lugar en incendios forestales.

Por Arturo Fernández Ramírez


Del 01 de enero al 06 de febrero de 2025, se han registrado 252 incendios forestales en 24 entidades federativas, en una superficie de 20,856.6 hectáreas. Jalisco tiene el primer lugar, le siguen Michoacán, Ciudad de México, Chihuahua, México, Baja California, Puebla, Morelos, Veracruz y Durango. Que en su conjunto representan el 86 % del total nacional. En cuanto a las posibles causas de los mismos, destacan las desconocidas, intencional, actividades agrícolas, pecuarias, fogatas, fumadores, quema de basureros, entre otras. Es decir, la mano del ser humano está presente en la mayoría de los casos. Es importante que se tomen cartas en el asunto para evitar que conforme avance la época de estiaje, aumenten drásticamente los siniestros. Ojalá que nuestras autoridades actúen de manera preventiva.

      En el periodo antes precisado, Jalisco registró 51 incendios; Michoacán 30; Ciudad de México 25; Chihuahua 23; México 22; Baja California 16; Puebla 13; Morelos 13; Veracruz 12; Durango 11. Como podemos corroborar, nuestra entidad federativa se ubica en el primer lugar de este tipo de siniestros. Lo que debe ser valorado para revertir esta tendencia.

    Los anteriores datos se desprenden de la Comisión Nacional Forestal (CONAFOR) en su Reporte Semanal Nacional de Incendios Forestales. Que si bien son útiles para orientar los esfuerzos en el combate a este problema. Debemos reconocer que en la realidad son muchas más quemas las que se realizan, ya que otras dejan de registrarse. Por lo que, en una solución integral se tiene que visualizar el contexto en su justa dimensión.

      Apenas es febrero, faltan los meses de mayor estiaje como marzo, abril y mayo, lo que nos debe preocupar y ocupar en Jalisco. Es lamentable que ocupemos el primer lugar en los incendios forestales, reflejando, por un lado, la incapacidad de las autoridades para evitar estas acciones que dañan severamente a nuestro entorno. Pero, también la negligencia y dolo de quienes provocan estos siniestros.

     El dolo ha llegado a tal grado que, en más de una ocasión, los burdos intereses de unos cuantos, provocan incendios en áreas boscosas protegidas. Para lograr los cambios de uso de suelo para que les permitan "urbanizar". Es decir, buscan lucrar a costa de lo que sea, sin medir las consecuencias y daños a la ecología.

     Por eso, urge que las autoridades tomen cartas en el asunto, actuando preventivamente, anticipándose a todo tipo de acción u omisión de la ciudadanía. Porque si esperan a hacerlo de manera reactiva, se causan daños irreversibles ante la falta de infraestructura y equipamiento para sofocar los incendios de grandes magnitudes.

    Considero que estamos a tiempo para planear la forma de evitar que conforme avance la época de estiaje, aumenten drásticamente los siniestros. Ojalá que nuestras autoridades así lo visualicen, se sensibilicen, pero, sobre todo, se responsabilicen de su deber de garantizar la protección del medio ambiente.


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