sábado, 10 de julio de 2010


Temas de Interés

Por Arturo Fernández Ramírez

"Los reacomodos políticos con miras al 2012"

Las elecciones del año pasado, así como las del presente año, en particular las que se acaban de llevar a cabo el pasado domingo en 12 Estados de la República, poco a poco van marcando las tendencias con miras a las elecciones presidenciales del ya próximo 2012.

 Indudablemente el otrora partido oficial sigue siendo el que avanza a pasos más firmes hacia la elección presidencial.
 El que está en el poder sigue desmoronándose y sigue sin tener un prospecto que se consolide como una propuesta política atractiva para el electorado en general.
 Por su parte, la izquierda mientras no logre unificarse, seguirá en grave riesgo de estancamiento y falta de respaldo social.
 Ahora bien, aunque pareciera que todo está listo para que el PRI logre ganar las elecciones presidenciales con Peña Nieto como candidato, la realidad es que nada está seguro y todavía pueden suceder hechos que den un giro inesperado a las tendencias actuales. Por ejemplo, si bien es cierto que en las elecciones del pasado domingo de las 12 gubernaturas que estuvieron en disputa 9 fueron para el PRI, lo que de alguna manera da la impresión que fue el gran ganador, no menos deja de ser cierto que tomando en cuenta los Estados que perdió, dichas elecciones pueden dar una lectura diferente.
 En efecto, creo que en realidad el pasado domingo todos los partidos ganaron pero al mismo tiempo todos perdieron. El PRI ganó nueve Estados, pero perdió tres que tradicionalmente se consideraban bastiones de ese partido, sobre todo Puebla y Oaxaca.
 El PAN perdió Aguascalientes que se consideraba un bastión blanquiazul.
 Por su parte el PRD perdió Zacatecas que también se había convertido en un bastión de este partido desde el momento mismo en que había logrado refrendar el triunfo hace seis años.
 Entonces, si bien hubo triunfos para todos, también las derrotas no se hicieron esperar. Por eso, creo que ningún partido político puede sentirse derrotado todavía, aunque también, ninguno puede cantar victoria.
 Todo va a depender, en primer lugar, de la manera en que logren reorganizarse de manera interna, las fisuras pueden ser decisivas. Y en más de uno están latentes las fracturas. Por ejemplo en Zacatecas lo que hizo perder al PRD fue precisamente sus pugnas y divisiones internas.
En segundo lugar, los partidos políticos van a depender de la forma en que lleguen a la ciudadanía que está desencantada de nuestro sistema político, porque es claro que no cree en los partidos ni en la clase política en general.
 Hace falta madurez en la población, pero la única manera de lograr un cambio sustancial es mediante la participación ciudadana activa pero sobre todo consciente de lo que realmente se está jugando en una elección presidencial.
 Por eso, contra las campañas mediáticas que de un tiempo para acá se han vuelto tan de moda y, hay que reconocerlo, tan exitosas para quienes hábilmente las manejan, se debe pensar en campañas que impulsen en una verdadera cultura política que permitan al electorado conocer a fondo lo que cada partido y candidato representa y en función de ello, estrictamente de su proyecto y no del glamour de sus candidatos, emitan su voto.
 Se debe trabajar en estrategias para tales fines, de lo contrario, podemos anticipar el triunfo de quien consolidando el binomio poder y prensa, logrará engañar a los electores con una campaña mediática llena de fantasías, pero hueca de contenido.
 En conclusión, a nivel nacional, aunque un partido pareciera que ha tomado una gran delantera, los otros aún tienen la oportunidad de emparejarse y rebasar, todo es cuestión de organizarse internamente y posteriormente salir con un discurso congruente que haga ver a la ciudadanía la diferencia en los proyectos de nación que se ponen en sus manos. México necesita que se trabaje así para no equivocarnos en el rumbo que damos a nuestro País al momento de votar. Sugerencias y comentarios al correo electrónico arturferam@hotmail.com

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