Por Federico González Alfaro
A petición de Julio Arechiga, un gran amigo de su servidor, que actualmente se encuentra convaleciente, con gusto les hablare de un importante ícono religioso del sur de España, la virgen de Guadalupe de Extremadura.
La leyenda, es muy parecida a la imagen de la virgen mexicana, pero más antigua. Aunque Guadalupe, no es un onomástico privativo de esta región Extremeña (Terrón Albarrán."El nombre de Guadalupe": siete siglos de fe y cultura. Argada del Rey pp. 157-195) su nombre lo toma del rio, donde surgió la leyenda.
Las cuestiones dogmáticas o de Fé, no son de importancia para su servidor. Es un Derecho Humano creer en lo que nos plazca, así que el tema religioso, propiamente dicho, lo pasare por alto. Lo que sí me parece interesante y la razón, por la que Julio me pidió hablar de ella, es por la historia detrás de esta escultura.
La primer ermita, dedicada a este ícono religioso fue construida durante el último cuarto del siglo XII, posterior a 1268, según se deduce por del deslinde entre los consejos de Trujillo y Talabera (Carta firmada por Alfonso X). En 1326, ya se habla del primer testimonio escrito, firmado y sellado por 19 prelados, que hacen constar del peregrinaje a la iglesia. Para 1335, esta pequeña iglesia presentaba ya un estado ruinoso y media caída, como dice el propio rey Alfonso XI.
El rey, viendo la importancia de tener en Extremadura un sitio estratégico para fijar población en esta zona y fomentar así el intercambio comercial por las cañadas reales hasta tierras de Extremadura y Andalucía, Alfonso XI, mando transformar la iglesia de Guadalupe en el primer santuario nacional dedicado a la virgen de Guadalupe. Otro beneficio, sería, tener un gran centro de peregrinaje en el sur, similar al del Santiago de Compostela en el Norte. La tercera razón, era finiquitar la contienda entre el arzobispo de Toledo y el obispo de Plasencia, consiguiendo la intervención del papa Benedicto XII (bula Dum ad personam) el 2 de junio de 1335, en la que se confiere y asigna la rectoría de la iglesia de santa María de Guadalupe al cardenal Pedro Gómez Barroso (Archivum Secretum Vaticanum. Registum Vaticanum, 120, ep 60 Benedictus XII).
Este ícono religioso, como muchos otros, solo lograron tener un arraigo regional, por más intentos, historias y empeños que se le hicieron.
La descripción artística de la imagen, es similar a la mayoría de los íconos religiosos del resto de la península, así como los elaborados en América. Es una efigie de madera de cedro, lígnea, realizada con medios humildes, de autor desconocido (al ícono mexicano, se le puede rastrear el autor). Posee una talla románica de arte popular sencillo, bastante tosco. Dado que la presencia árabe fue muy fuerte en el sur de España, muchas personas eran y son de tez morena. Esta virgen, pertenece al grupo de vírgenes negras de la Europa occidental del s.XII, aunque desde el siglo XIV sufrió varias modificaciones, principalmente en su cabeza y mano derecha, labrada en plata.
La religión, es un importante instrumento para conocer los movimientos sociales y económicos tanto de España como de México. Espero que la información te sea de utilidad mi estimado Julio.
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