Por Arturo Fernández Ramírez
Como ya se había dicho, este domingo 04 de junio de 2017 hubo elecciones en el Estado de México, Nayarit, Coahuila y Veracruz. En los tres primeros se eligió gobernador, mientras que en Veracruz únicamente munícipes.
Las cifras oficiales dan como ganador al PRI en el Estado de México y Coahuila, mientras que en Nayarit y Veracruz al PAN-PRD. En el caso del Estado de México el tricolor contendió en coalición con el PVEM-PANAL-ENCUENTRO SOCIAL. Y en Nayarit en la coalición PAN-PRD también participó el PT.
De los anteriores resultados podemos resaltar lo siguiente:
Primero, ¿dónde quedó la inconformidad del gasolinazo que a principios de este año 2017 se generó en todo el país y que aseguraban se reflejaría en estas elecciones, castigando al sistema de partidos y principalmente al PRI como partido en el poder a nivel federal? Porque las candidaturas independientes brillaron por su ausencia, los partidos tradicionales acapararon los cargos en disputa y el estado más emblemático fue ganado o retenido por el PRI.
Segundo, ciertamente puede alegarse una elección de estado en el caso de la entidad federativa de México, pero también está comprobado que cuando el pueblo se manifiesta en forma abrumadora no es posible consumar un fraude o una manipulación del voto. Muy diferente cuando se está frente a elecciones cerradas, tal y como pasó en el Estado de México.
Tercero, las alianzas y coaliciones fueron determinantes, sobre todo en el Estado de México, ya que aunque en segundo lugar quedó MORENA, fue sin embargo, el partido que más votos obtuvo, es decir, el PRI por sí solo no habría podido ganarle a MORENA.
Cuarto, MORENA sigue siendo el partido que más crecimiento político ha venido mostrando, pero ha sido insuficiente para ganar elecciones claves como la del Estado de México, donde si hubiera (aunque el hubiera no existe pero es preciso tomarlo en cuenta para las elecciones de 2018) hecho alianzas o coaliciones con las fuerzas de izquierda, principalmente con el PRD (quien obtuvo el 17% de los votos) la elección de estado que ahí se dio, no hubiera podido revertir un resultado favorable a una coalición. Se insiste, la manipulación y fraude electoral suelen darse en elecciones muy cerradas, más no cuando el margen es muy amplio.
Quinto, si el estado de México, por todo lo que representa políticamente (aporta el mayor número de votos, de ahí es Peña Nieto y es un bastión del PRI que nunca ha perdido) es hasta cierto punto un termómetro político con miras a las elecciones presidenciales de 2018, entonces podemos visualizar que el próximo año la disputa puede centrarse entre el PRI y MORENA.
Sexto, queda claro que en las presidenciales de 2018, las alianzas y coaliciones jugarán un papel decisivo, de tal manera que para ganar la elección los partidos políticos tendrán que tener la capacidad de sentarse a dialogar con quienes consideren pueden tener afinidad de proyectos. En fin, son las lecciones que desde mi punto de vista nos dejan las elecciones del pasado domingo. A partir de estos resultados se empezará a reconstruir el mapa político con miras a las elecciones presidenciales de 2018. Estemos atentos para ver cómo se moverán los actores políticos y ojala que en realidad se ponderen los proyectos y no únicamente los intereses personales o de grupo. Comentarios y sugerencias al correo electrónico arturferam@hotmail.com
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