Especial para Horizontes...
La lengua Tzaulteca, arqueología del idioma
Reportaje de Investigación de Rodrigo Sánchez Sosa, Cronista de Sayula
“Comenzaremos este ensayo histórico breve, citando como siempre a Don Federico Munguía Cárdenas y su magnífica monografía sobre la historia de Sayula. No sin aclarar que, aunque partiremos para analizar la lengua original del gran Tzaulan, de datos duros de Munguía Cárdenas, las conclusiones son especulaciones dentro de este ensayo y son por esa razón, responsabilidad de quien esto escribe.
Don Federico dice en su libro "La Provincia de Ávalos : "Dentro del hervidero de lenguas en que está clasificada la región, además del náhuatl, que era hablado por todas las tribus, destacaba el Tzayulteco…En Sayula, Amacueca, la hoy costa de Jalisco por Villa purificación, Zapotlán, Jiquilpan, era de uso común el idioma Tzayulteco." (Munguía Cárdenas Federico, La Provincia de Ávalos. Secretaria de Cultura del Estado de Jalisco; Guadalajara 2012 pp. 18)
Partimos de que la región, refiriéndose Munguía Cárdenas, a la rivera de la laguna seca de Sayula, se hablaban distintas lenguas; pero, destaca que el tzayulteco entre ellas trascendiera este entorno y se hablara en lugares lejanos como los litorales del pacifico, el valle de Zapotlán y el estado de Michoacán. Menciona en este párrafo que el náhuatl era también hablado por la mayoría de los pueblos del señorío, algo entendible pues fue esta lengua con la que se evangelizó la región y con la cual se comenzaron a comunicar españoles e indígenas, el castellano o español se generalizaría después. Antes de la llegada de los españoles el náhuatl del altiplano central, no era muy común en la región. Lo que debemos subrayar de esto es que, así como el náhuatl se popularizo por ser la legua del conquistador español en un principio; el tzayulteco debió, en un momento de la historia de la región, ser la lengua que unificaba políticamente una extensión como la que refiere Munguía, donde aún se hablaba este idioma como vestigio de la influencia política del señorío Tzayulteco.
¿De dónde venía este idioma que se habló en el antiguo Tzaulan? Continúa diciendo Munguía Cárdenas:
…El doctor J. Jesús Figueroa Torres manifiesta que pudo tratarse de una mescla de Náhuatl y tarasco; el jesuita Bravo Ugarte lo clasifica como una de las siete probables lenguas filiales (de la familia de) del grupo macro-nahua. Ignacio Dávila Garibi sugiere semejanza con las lenguas olmecas y zapotecas. Mientras que José Ramírez Flores lo coloca en el eje yuto-azteca y este pudo haber sido el producto de la influencia nahua y olmeca…" (Ibid. pp.19)
Parece que deja en claro Munguía Cárdenas que de acuerdo a su investigación el tzayulteco era derivado del nahua, una mezcla local con otros idiomas; sin embargo, desde el siglo XVIII es una incógnita el idioma tzayulteco, ya para 1700 no se hablaba en Sayula. Se sabe que para finales del siglo XV aún se hablaba en Jiquilpan y algunos pueblos de la rivera de la Playa de Sayula, al parecer para 1580 estaba en decadencia. Quizás desapareció en el siglo XVII, ya para el siglo XVIII no se podía encontrar personas que lo hablaran como asegura una crónica de esa época. Munguía Cárdenas nos dice que el sólo pudo encontrar una palabra en idioma tzayulteco en la revisión de relaciones de la región:
"Del desparecido idioma una sola palabra conoce quien esto escribe y está contenida en la Relación de Xiquilpan (Michoacán) que dice:´ El zerro alto questa a un lado deste dicho pueblo se dize en esta lengua zayulteca Huaxuhuatli que quiere decir en lengua castellana, zerro de unos árboles que se dicen vuaji (guaje)…´(sic)…A primera vista parece confirmarse su parentesco (del tzayulteco) con el náhuatl, dado que le nombre primitivo de la población de Gómez Farías antes San Sebastián del sur…era Cuauateponahuastitlan, que en náhuatl significa también ´Cerro de los huajes´…"
Parece efectivamente que el origen del tzayulteco es el nahua, el proto náhuatl, es decir, el idioma azteca hablado en el altiplano (Tenochtitlán) tenía el mismo origen que el tzayulteco, el nahua original. Pero es claro también que el nombre náhuatl de Gómez Farías apenas se parece al nombre del cerro que cita la relación de Xiquilpa en Michoacán. La raíz común se ve que es Huxtli (guaje). Munguía Cárdenas menciona otras lenguas habladas tanto en Sayula como en la periferia de la playa seca:
"…El pino o pinome era hablado en toda la región rivereña de la laguna salada y los nahuas le dieron este nombre que significa "lengua extraña", y hay dos afirmaciones: la de Bravo Ugarte que dice que era filial del grupo lingüístico macro-nahua o sea, que pudiera emparentarse también con el tzayulteco, y la de Chavero, quien dice que estos y otros idiomas eran derivados del Otomí, por lo que puedo ser el otomí la lengua extraña que se hablaba en Usmajac y Sayula…El subdelegado de Sayula (y cronista) Carrillo y Vertiz en su "Descripciones de 1791", al referirse al pueblo de Usmajac, indica confusamente que no da le significado de su nombre ´Porque en esa jurisdicción no se encuentra persona que sepa la lengua mexicana, y la mazorral, que hablan los indios, como adulterada esta y los nombres de los pueblos no da una justa idea de ellos.´ por lo que parce entenderse que (el mazorral) se trata de un mexicano corrupto o adulterado. Queda claro que en los últimos años del siglo XVIII el nahua o mexicano se había mesclado en la región sayulteca, convirtiéndose en las diversas lenguas o dialectos, para entonces en vías de extinción, pero todavía en uso." (Ibíd pp 20)
Hasta aquí lo que Don Federico Munguía diserta sobre el tzayulteco. Mi observación es la siguiente: Las relaciones fueron documentos exigidos para cuestiones estadísticas por el Imperio español alrededor de 1580; de ahí que la relación de Xiquilpan citada por Munguía Cárdenas nos hablé del nombre de un cerro en Michoacán, cuyo origen era tzayulteco, y que debió datar de antes de la llegada de los españoles pues como se sabe para 1580 el tazyulteco estaba en desuso, aunque aún se hablaba en la rivera de la laguna salada. Carrillo y Vertiz entonces alcalde de Sayula nos habla de idioma mexicano y del mazorral como una corrupción de este. Siendo 1791, doscientos años después de que el uso del tzayulteco comenzó a decaer y el uso del náhuatl del altiplano traído por españoles se popularizó, podría ser que Carrillo y Vertiz confundiera ambas lenguas catalogándolas como el mexicano antiguo, pues para él tenían la misma antigüedad, aunque en realidad el tzayulteco en la región surgió en el año 900 con la consolidación del señorío tzayulteca; mientras que el náhuatl del altiplano llegó para adaptarse, con los españoles y sus traductores aztecas, en 1522-1523. Para cuando Carrillo hace su "Descripciones de 1791" ya se había mesclado el náhuatl del altiplano con el otomí, pime y tzayulteca locales, creando el mazorral, que ya no daba cuenta de la etimología original de lugares como Usmajac; ni había gente que hablara ya los antiguos idiomas ni entre el pueblo quién hablara el náhuatl del altiplano correctamente. Como dice al final Munguía Cárdenas, las lenguas originales junto con el tyzayulteco se estaban extinguiendo. Ya nadie sabía reconocer los vocablos originales del tzayulteco o los confundía con los de otras lenguas.
¿Qué quedó entonces del idioma original del señorío de Tazaulan que se habló desde Michoacán hasta Nayarit y de Colima a Chapala antes de la llegada de los españoles?
El chino es un idioma tonal, es decir, mientras nosotros tenemos la tilde para indicar una variación en el español para los acentos, ellos tienen cinco variaciones tonales, por ello el chino mandarín es difícil de aprender. La acentuación de un idioma prevalece al aprender otro, por eso podemos distinguir el español hablado por alguien cuya lengua madre es el inglés, porque asunta el español como se acentúa el inglés; lo mismo hace el chino al hablar español y nosotros tendemos a acentuar estos idiomas con las variaciones tonales del español. A los españoles durante la colonia les pasó lo mismo con las lenguas que encontraron en México, las acentuaban conforme el castellano que hablaban, así se castellanizaron los vocablos del náhuatl, tal que, Meshico, pronunciación aproximada en náhuatl, paso a ser México, donde la "X" suena como jota y se acentúa la "e". Un caso más cercano a nuestra experiencia es el de los argentinos que hablan el español con acento italiano o la gente de Yucatán que habla el español con acento maya. Es posible que muchos argentinos no hablen una palabra de italiano o que algunos yucatecos no hablen maya, pero la tradición oral ha preservado la acentuación y esta nos da una idea de cómo suena el italiano en el caso de los argentinos, sin conocerlo, o cómo suena el maya si es que nunca lo hemos escuchado.
Siendo Sayula el epicentro político del señorío del antiguo Tzaulan, es posible que nuestro acento conserve las formas de acentuación del tzayulteco en el sonido de nuestro modo particular de hablar en la region el español, dándonos una idea de cómo sonaba el tzayulteco. Nuestro oído acostumbrado a la forma de hablar en Sayula no lo notará al principio, pero con un poco de atención lograremos reconocer el acento, y con un método adecuado clasificarlo y profundizar en el origen del mismo, descartando las influencias ajenas y denotando las coincidencias con otras formas regionales de acentuación dentro del límite de la región comprendida por el señorío antiguo de Tzaulan y la antigua Provincia de Ávalos. Tarea obviamente de un lingüista y un etnólogo. El idioma tzayulteco puede que no se haya perdido en su totalidad, que sobreviva en nuestra acentuación, y aún esto que parece insignificante sin más información sobre esta lengua, podría abrir un universo de posibilidades en el entendimiento de la cosmogonía de los antiguos habitantes de estas tierras, pues en idiomas como el chino la forma del acento es la diferencia entre el significado y la intención de una palabra, así que si ciertas palabras direnciadas en español, las acentuamos con el mismo acento, tendremos una intención que corresponde a esta no tan perdida lengua original de Sayula. Es importante el tzayulteco por el hecho de que fuera el idioma de demarcación política prehispánica y se popularizará más allá de las fronteras de esta. Si así fue, pudo ser que esta lengua en particular permitiera expresar más eficientemente ideas abstractas, y por lo tanto ampliar la concepción de la realidad y del universo indígena, además de las implicaciones simbólicas de sus palabras y la composición compleja de estas. Sus formas como su acento pueden haber sobrevivido, las primeras en las lenguas indígenas que aún se hablan en el sur de Jalisco, como el Náhuatl de Tuxpan; incluso, como palabras confundidas entre las propias del náhuatl. Haría falta una investigación profesional al respecto para ampliar esta idea. No es descartable que algunas palabras propias de Sayula que creemos son del castellano, no sean sino castellanización de vocablos tzayultecas, así de repente se me ocurre una: "Nango" vocablo sayulense cuyo significado es "tonto", "pelmazo", "idiota" o "ingenuo"; pero, de su origen no se conoce, hasta donde este autor sabe, una etimología. Y así deben de existir otras palabras en nuestra tradición oral, tal vez no muchas, pero si algunas que han viajado a través de esta tradición 500 años hasta nosotros como reminiscencias de nuestro origen: la lengua natural del antiguo Tzaulan.
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