Dos mil ha. de construcción, 650 de ellas con
estructuras monumentales en la Playa de Sayula, año cero a 600 de nuestra era; el antiguo Tzaulan
Reportaje de Investigación de Rodrigo Sánchez Sosa, Cronista de Sayula
Lo que el lector leerá a continuación es un fragmento de la monografía "Sayula: del antiguo Tzaulan al Sayula de los Pérez Rulfo", de mi autoría, la cual está en proceso de edición en la Secretaria de Cultura del Estado. Un año de trabajo, investigación, clasificación, redacción y tramites, hicieron posible esto, gracias al apoyo del Ayuntamiento Municipal. Esperemos que el libro se presente el año próximo, para su venta al público, a un precio que recupere la inversión que costó el mismo. Le he presentado aquí antes, fragmentos del libro, para difundir nuestro pasado y hacer conciencia de nuestra identidad. En esta ocasión, no he querido omitir las citas (el libro contiene una bibliografía de 125 volúmenes que lo sustentan, no es una ocurrencia mía) para exorcizar los demonios calvos de la ignorancia que siempre nos asechan desde sus cobardes guaridas. No podemos menos que sentirnos orgullosos del pasado grandioso que tenemos como patrimonio junto con los pueblos de los márgenes de la cuenca lacustre llamada Playa de Sayula. Las citas como las deducciones que aquí leerá respecto de nuestro pasado, son derivadas de investigaciones arqueológicas, etnológicas, geográficas, por supuesto históricas y sociológicas de nuestro pasado remoto. Se hacen citas y se tiene una bibliografía para no incurrir en el delito de plagio, el cual ocurre cuando no citamos fuentes y copiamos de Internet texto enteros para pegarlos como nuestros sin citar al autor, lo que constituye también un delito con respecto a la ley federal de derechos de autor, aparte de una patética pretensión de quien esto hace sin tener perfil. El presente texto está protegido por la ley:
"Cuando se evoca el pasado de Sayula, sin duda la primera referencia que viene a la mente es el lecho seco y salino del lago, y con ella la de la producción salinera (que se llevó al cabo en la región desde la época prehispánica alrededor del 350 a. C.)… Una región aledaña, la de Tzacoalco, aunque también tiene un pasado relacionado con la sal, es mejor identificada con la vida prehistórica gracias a los hallazgos de megafauna pleistocénica, así como de utensilios elaborados por el hombre considerados de gran antigüedad. Normalmente se les ha estimado como una unidad…" Emphoux, Jean Pierre. Schöndube, Otto y Valdez Francisco. Arqueología de la cuenca de Sayula, Universidad de Guadalajara e Institut de Recherche pour le Développement. México 2005, p p 29. (forma correcta de citar.)
La Cuenca de Sayula es una unidad geográfica delimitada por accidentes orográficos. Está ubicada al sur del estado de Jalisco, aproximada mente a 60 km de Guadalajara. Sus coordenadas geográficas están entre los 19° 50' Y20° 10' de latitud norte y los 103° 20' Y103° 40' de longitud oeste, y se eleva sobre los 1,350 m.s.n.m. Se limita por la Sierra del Tigre al este (2,400 m.s.n.m); por el oeste la Sierra de Tapalpa (2, 800 m.s.n.m.) y al sur el coloso de fuego, el volcán Colima (3870 y 3940 m.s.n.m.). Su temperatura promedio fluctúa entre los 18° y los 21° C y su precipitación pluvial varía entre los 570 y los 850 mm anuales, con temporada de estiaje y lluvias bien marcados. Al sur comprende los municipios de Techaluta, Amacueca, Sayula, Atoyac y Teocuitatlan.
La cuenca Lerma-Chapala, que formaba una unidad con la cuenca de Sayula durante el Cenolítico inferior hace 36 mil años, fue un enorme lago con un ancho de 275 kilómetros, que se extendía desde lo que hoy es el municipio de Sayula, donde alcanzaba una profundidad de 410 metros, hasta 20 kilómetros antes del actual Aguascalientes. Su potencial para sustentar la vida lo hizo habitad ideal de fauna de aquel periodo, como mamuts, mastodontes, camellos y un tipo de caballo americano que luego se extinguiría. La actividad volcánica posterior, separó el lago de Chapala de la cuenca de Sayula, aislándola . El antiguamente llamado cerro del caballo al suroeste de la actual cabecera municipal de Sayula (detrás de la escuela preparatoria CBTA 19), muestra los signos de aquella actividad volcánica, al parecer fue un antiguo volcán, cuyo cráter se derrumbó por una erupción hacia su lado oriente durante éste periodo, lo que le dio la apariencia de un cerro en forma de "U". El basamento de éste cerro así lo evidencia, parte de las terrazas aledañas al poniente del actual Sayula, están constituidas por piedra volcánica, a lo que se suma una yacimiento de caolín; además, es muy posible que la fertilidad de las tierras en la orilla sur de la cuenca de Sayula y la llanura lacustre, en especial al sureste de esta (Usmajac), además de las características de humedad del suelo y su baja salinidad comparada con el lado norte; se las de, su riqueza mineral: las cenizas de esta prehistórica actividad vulcana, constituyendo así mismo un vestigio de la formación citada.
La cuenca de Sayula ofrecía condiciones ideales para la vida humana en la prehistoria: Caza, pesca, agua y frutos comestibles para recolectar.
Los primeros hombres.
Al final de la última glaciación hace 10 mil o 13 mil años a. C apareció el hombre en la parte norte del vaso lacustre. Desde los últimos años del siglo XIX los indicios arqueológicos acusaron la presencia humana en esta zona. El arqueólogo Gullermín-Tarayre en el río Juchipila, encontraría un hacha de mano de entre 12 o 13 mil años de antigüedad; y Alberto R.V. Arellano, habla de una vértebra de Ballena encontrada en 1893 junto con huesos de mamut del mismo periodo que fueron manipulados por el hombre. En 1957 los investigadores Howard Smith, George Mitchel y el profesor Jesús Toscano Moreno, encontrarían puntas de flecha acanaladas de tipo Clovis o Clovis-Ohio, utilizadas por las culturas prehistóricas del este de Los Estados Unidos de Norteamérica, descendientes de aquellas tribus siberianas que cruzaran el Estrecho de Bering hace 40 mil años, las cuales avanzaron de lo que hoy es la Unión Americana hacia el sur y luego hasta el Occidente de México, según estas evidencias.
Hay pocas investigaciones, pero se sabe que algunas tribus nómadas que arribaron desde el norte a esta cuenca endorreica, pudieron quedarse vagando por sus márgenes cazando, pescando y recolectando, hasta que se establecieron. También hay estudios que sugirieren las migraciones desde el sur, evidenciadas por los ritos funerarios y la construcción de tumbas:
"…algunas de las tantas características culturales de tan controvertida región (El occidente de México) parecen haber sido las costumbres y ritos vinculados con la muerte, tradiciones que de alguna manera homogeneizaron el territorio basándose en la construcción de arquitectura funeraria. Son populares, por ejemplo, las tumbas ahuecadas en el subsuelo (en tobas volcánicas, en avalanchas o en mantos de roca caliza), en especial las que integran el llamado complejo de las "tumbas de tiro", las cuales son reconocidas así por tener su acceso definido por un pozo vertical que conduce hasta la cámara o cámaras de inhumación. Sin embargo tal particularidad tampoco es diagnóstico del occidente. Por lo menos no sólo es reconocida en los límites señalados anteriormente, toda vez que el hallazgo de estas construcciones se multiplica a lo largo de la franja territorial occidental entre Nayarit y Perú, y no únicamente hacia la costa, es más, dicha franja no incluye sólo a las tumbas de tiro, sino también otras maneras de resolver una tradición funeraria que diseñó y construyó tumbas en América, donde la tumba como espacio cultural y material para la muerte fue elegida desde hace muchos siglos por grupos sociales confinados a lo largo de esa enorme extensión territorial." Oliveros Morales, José Arturo. Hacedores de tumbas en el Opeño, Jacona, Michoacán. El Colegio de Michoacán. México 2000 p p 14
En el sitio del Opeño, Michoacán, parte de los valles de la antigua cuenca Lerma-Chapala- Sayula, se registraron los hallazgos más tempranos de tumbas de tiro en la región, cuya datación por carbono 14 las ubica en el año 1500 a C. Entre 1200 y 800 a C, ya se pueden encontrar actividades de culturas tempranas como la cultura Capacha, que floreció al suroeste alrededor de la sierra de Manatlán; y más tarde la cultura Teuchitlán I que nació en el periodo Preclásico superior 350-300 a.C. a 150 - 700 d.C. y se extendió por el noroccidente de Jalisco, sudeste de Nayarit y El cañón de Bolaños en Zacatecas . Más recientemente las investigaciones arqueológicas descubrieron abrigos rocosos en las sierras que rodean la cuenca de Sayula, que datan de hace 5 mil a diez mil años; y en Citala municipio de Teocuitatlán de Corona, se encontraron asentamientos que datan de 1000 a.C. ; los primeros asentamientos sedentarios datan de hace más 2000 años. Las migraciones desde el Valle del Altiplano central a esta cuenca, fueron protagonizadas por otomíes, olmecas, pinos, cocas, nohas y tecos. Se sospecha la presencia en la región de tlahuicas, tzapotecas, Chichimecas, Toltecas. Finalmente, con respecto a las migraciones, los aztecas pasarían por esta región en el año 625 de nuestra era.
Primeros asentamientos precolombinos.
Durante el inicio de la década de los años cuarenta del siglo pasado, la región despertó el interés particular de los arqueólogos. La primera exploración sistémica de esa etapa la realizó la arqueóloga estadounidense Isabel Kelly, con el apoyo de varias instituciones norte americanas y la Universidad de California Berkeley, entre 1941 y 1944, participando además importantes investigadores como Carl Sauer y Donald D. Brand. Sin excavaciones, Kelly se limitó a la recolección de material de superficie que le permitió mediante la técnica del análisis de alfarería prehispánica, producida en la cuenca de Sayula, proponer una secuencia cronológica para el periodo preclásico, clásico y post clásico que definió tres apartados o fases en la historia de las culturas de la cuenca de Sayula: Fase Verdía de 0 a 600 d. C. (aunque se encontró recientemente una fase anterior, a la que se llamó Usmajac, datada en alrededor de 300 a. C.); fase Sayula de 600 a 1100 d. C. y fase Amacueca de 1100 a 1521 d. C .
"Para Weigand la cuenca de Sayula es vista coma una unidad; de hecho buena parte de los asentamientos prehispánico se considera un solo sitio arqueológico. Así describe que la gran ruina que llamamos Techaluta: ´es muy visible y accesible; la atraviesa el ferrocarril Guadalajara-Colima y, en otra parte, la corta la nueva autopista Guadalajara-Manzanillo. Ningún punto de la ruina se encuentra a más de 3 kilómetros de una arteria importante de comunicación. Hay una concentración muy elevada de patios, pirámides, terrazas, plataformas enormes y salinas que cubre más de 2000 hectáreas. Unas 650 de estas 2000 consisten en arquitectura masiva, buena parte monumental´ (Weigand, 1993b: 113-114)." Emphoux, Jean Pierre. Schöndube, Otto y Valdez Francisco. Arqueología de la cuenca de Sayula, Universidad de Guadalajara e Institut de Recherche pour le Développement. México 2005, p p 148 y 149.
Foto: Playa de Sayula.
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