Por: Rodrigo Sánchez Sosa.
Popularmente el parque recreacional "Santa Inés", con canchas de básquet y pista de skate bording (…), se le conoce como "el cerrito", esto debido a los vestigios del centro ceremonial indígena que data del año 400 de nuestra era (unos 1000 años antes de la llegada de los españoles), que consta de tres pirámides alineadas y orientadas al norte. Una de ellas, la mayor, que estaba dedicada al sol, se confundió por muchos años con un cerro pequeño, por su forma piramidal, de ahí la denominación popular de "el cerrito", que por estar en el predio bautizado por los españoles como "Lomas de Santa Inés", se le conoce también como "El cerrito de Santa Inés". Lugar de esparcimiento para las familias del municipio por lo menos desde los años 30, y convertido en parque municipal alrededor de los años setentas, "El cerrito de Santa Inés", guarda secretos milenarios, que han pasado por alto para la mayoría de habitantes del municipio y los distintos ayuntamiento a través de los años. Pese a que allá por los años setenta, el INAH hizo excavaciones arqueológicas en el lugar, la información obtenida por este instituto nacional, no se hizo pública, incluso la gente, creyendo que el gobierno desenterraba un tesoro prehispánico en el "Cerrito" comenzó a sabotear de noche los trabajos de los arqueólogos, tanto así que, fue necesario que el ejercito montara guardia en los trabajos para disuadir tal conducta, cuentan las crónicas de la época. Ignoramos las conclusiones de dichos estudios, sin embargo el arqueólogo alemán Otto Schöubert, quien ha trabajado en el sur de Jalisco, considera al "cerrito de Santa Inés" uno de los dos centros ceremoniales más importantes de la región. Aparte de lo anterior no encontramos más información en Iternet sobre el tema, éste se agota en citar a "Santa Inés" como centro ceremonial, no hay fotos, ni más información en las páginas del gobierno del estado. Debido a ello, y por la importancia que representa para nuestra identidad como sayulenses, así como su potencial turístico, arqueológico y económico; nos dimos a la tarea de hacer una investigación periodística al respecto, con las siguientes conclusiones: El centro ceremonial "Santa Inés" al sur de la cabecera municipal de Sayula, no posee sólo una pirámide, la que hoy está modificada pues fue mutilada para abrir paso a una calle en su lado poniente, sino que se le agregaron escaleras y una capilla con una cruz en su cúspide; el centro ceremonial consta de teres pirámides alineadas al norte, con la misma alineación que las pirámides de Gizeh en Egipto, Keops, Kefreén y Micerinos. Las otras dos se encuentran al sur del parque "Santa Inés, tras la barda perimetral del citado parque, dicho sea de paso, construida en el segundo periodo de Samuel Rivas substituyendo un lienzo de piedra que dividía el terreno que en un principio debió ser uno sólo. Tal terreno abandonado, tiene acceso por la calle del CBTA19, justo frente a la puerta principal de dicho plantel educativo, actualmente, por desgracia, es un basurero. Las dos pirámides más pequeñas, que la primera, y una más pequeña que la otra, están infestadas de maleza y mezquitera, en total abandono. El conjunto está alineado con el horizonte solar y lunar, pues como personalmente lo he constatado, cada una se alinea con un punto en el horizonte, por dónde en diferentes épocas del año sale el sol y la luna, siendo posiblemente un reloj solar y lunar, que marcaba siclos agrícolas para los indígenas que construyeron dicho centro ceremonial. Pero, también, siendo su cultura nahutl, de estos antiguos habitantes de Sayula, otomíes, copian el diseño de Teotihuacán, así pues, la principal pirámide fue dedicada al sol, la que le sigue en tamaño a la luna y la más pequeña a Quetzalcóatl o lucero de la mañana, o Venus, que es la estrella más brillante que acompaña a la luna en ciertos periodos de su ciclo y que los antiguos aztecas identificaba con la serpiente emplumada. Pero siguiendo este diseño ceremonial y el rito azteca-teotihuacano, buscamos en nuestra investigación, la referencia al tlalocán o al inframundo azteca, encontrándolo increíblemente en el lugar correcto donde se esperaría debía estar entre las pirámides dedicadas a la luna y a Venus: Un pozo de agua o noria, que fue utilizado para la bores agrícolas en tiempos modernos, pero que posiblemente date del tiempo de la construcción del centro, se encuentra en el lugar correcto de acurdo al diseño teotihuacano. Por si esto fuera poco, la experiencia de presenciar el amanecer y el cenit orientándonos con los puntos cardinales, frente a la pirámide del sol, nos da el bello espectáculo de ver un disco solar que surge, poco después del amanecer, del centro mismo de la pirámide, y en el ocaso solar, parce que el sol se mete desde el centro de la pirámide a esta. Esto ya suficiente para un documental de corte internacional, se suma que, dada la alineación de estas tres pirámides en "Santa Inés", me di a la tarea de compararlas con las pirámides de Gizeh en Egipto, que presentan tamaños proporcionales, la misma alineación y apuntan hacia el norte, y de las cuales se dice son representaciones de las tres estrellas del cinturón de orión, constelación celeste sólo visible desde el hemisferio norte; encontrando que: si se tira una línea imaginaria con la alineación de la pirámides en "Santa Inés", hacia el norte, esta se cruza con el paralelo 33 terrestre, que se sabe es, justo la mitad de la distancia entre los polos de la tierra, y sobre el cual están construidas la pirámides de Egipto en Gizeh (más aún, el paralelo 19 sobre el que se ubica Sayula, coincide son el alto Egipto y el punto donde dos ríos dan origen al rio Nilo; se los dejo de tarea…). En este punto de cruce, que se encuentra en la frontera mexicana y el estado de Arizona en EUA, se ubica un parque nacional gringo, antes territorio de la nación Hopi, indígenas de la meseta central de los Estados Unidos, de donde se cree partieron los aztecas en peregrinaje sagrado buscando su tierra prometida, según investigadores modernos. Sólo por esto, el centro ceremonial indígena en Sayula, uno de dos de importancia a las orillas de la laguna de Sayula, debería ser primero, objeto de respeto por parte de ciudadanía y gobierno de ese municipio, y luego sujeto de una investigación más atenta, considerando estos puntos expuestos; ya que el potencial que plantea para solamente la economía del municipio no es despreciable, dado lo atractivo que seria para el turismo; y dada su importancia mediática, una forma de promoción a nivel global de Sayula. La iniciativa privada, el gobierno municipal y del estado, deberían interesarse en lo anterior, pero lamentablemente no lo hacen, y peor aún la construcción de la pista de sakte bording, dentro de los terrenos del centro ceremonial es una muestra de la ignorancia y total desconocimiento de esto. No sabemos cómo el INAH, permitió que la pirámide principal fuera modificada de forma tan burda, y más, mutilada para abrir una calle. Lo mismo que las otras dos estén en el abandono y sean un basurero en un solar abandonado. En estos tiempos donde la falta de identidad nos ha forzado a adoptar una identidad frívola y superficial (Futbol, narcocorridos y narco-violencia) a los mexicanos, principalmente los más jóvenes, historias como esta, vienen desde el pasado mágicamente a recordarnos quiénes somos y cómo hemos olvidado nuestros orígenes; pero al mismo tiempo, nos ofrecen una oportunidad de retomarnos a nosotros mismos, maravillándonos de nuestros ancestros. Solo pensar que estos monumentos antiguos han soportado 1500 años para llegar hasta nosotros y ofrecernos tal oportunidad, es maravilloso y nos debe llenar de orgullo. (Para más información visite: www. la realidad desde la carreta/fecebook)
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