miércoles, 19 de marzo de 2025

 Fe y devoción en la Ruta del Peregrino a Talpa.

Por Arturo Fernández Ramírez


Digno de reconocer el esfuerzo y sacrificio que hacen millones de personas que cada año visitan a la Virgen del Rosario de Talpa de Allende, Jalisco. Y que constituyen una de las principales fuentes del turismo religioso de nuestra entidad federativa. Manteniendo y haciendo crecer una tradición religiosa, que con el paso del tiempo también se hace con fines culturales y de recreación. Siendo el mes de marzo y Semana Santa cuando el grueso de las y los devotos acostumbran realizar este viaje. La fe y devoción con que recorren el trayecto, es lo que les hace llegar con bien y motivarse a regresar nuevamente.

      Cerca de tres millones de personas recorren la ruta cada año, a pie, a caballo, en bicicleta, moto, camión o vehículo particular. Y aunque en todos los casos realizan un esfuerzo, debemos reconocer que el sacrificio es mayor de quienes ponen a prueba su condición física, es decir, los que se van caminando o en bici. Quienes duran meses preparándose para resistir y llegar a la meta.

      La Ruta del Peregrino, de entre 120 y 150 kilómetros, data de mediados del siglo XVIII, cuando la gente caminaba para visitar el lugar donde se dice que se apareció la Virgen del Rosario de Talpa. Cuya imagen o advocación es considerada milagrosa desde 1644. Con fe y devoción, muchas y muchos feligreses reconocen que les ha concedido grandes favores y beneficios. Desde curar enfermedades en forma inexplicable o cuando la ciencia ya los había desahuciado, entre otros apoyos recibidos.

     Y aunque el origen de la "ida a Talpa" es eminentemente religioso, con el paso del tiempo se ha consolidado como una alternativa económica, cultural, recreativa y turística. Se aprecian paisajes naturales, pueblos mágicos y edificios de gran valor arquitectónico.

     Los cuatro muros del Monumento a la Gratitud, en Lagunillas, cerca del Cerro del Obispo; la Ermita de Piedra; la Estanzuela, en Guachinango; la cuesta de Las Comadres; la montaña más alta del camino, conocida como las Majadas; el Espinazo del Diablo, con 1,950 metros de altura. Son algunos de los atractivos que se disfrutan durante el trayecto a Talpa de Allende.

      Por fe, devoción, gusto o por diversa razón que motive recorrer esta ruta, es digno de reconocer el esfuerzo y el sacrificio de las y los millones de personas que visitan a la Virgen del Rosario de Talpa de Allende, Jalisco. Las y los felicitamos por vencer todas las dificultades que seguramente se les presentan. Desde las económicas, de tiempo, laborales, familiares, de miedo, indecisión o de cualquiera otra índole. Para todas y todos, lo que a la postre cuenta, por su trascendencia y significado, es postrarse ante la imagen milagrosa y decirle "misión cumplida, nos vemos el próximo año".


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