Crecen los accidentes viales.
Por Arturo Fernández Ramírez
381,048 accidentes de tránsito terrestre en zonas urbanas y suburbanas, que arrojaron 4,803 muertos y 90,500 heridos. Fue lo que registró en el año 2023 el Instituto Nacional de Estadística y Geografía (INEGI). En 2022 fueron 377,231 siniestros, con 5,181 fallecidos y 91,501 lesionados. Mientras que en 2021 se contabilizaron 340,415 eventos, con 4,401 difuntos y 82,466 lastimados. Aunque es variable el número de víctimas, lo cierto es que son alarmantes dichas cifras. Es lamentable que sean miles de afectadas y afectados y que los incidentes vayan en aumento. Y dadas las secuelas que dejan en las familias, resulta necesario que tomemos cartas en el asunto para lograr que cada día sean menos.
Con el registro de los anteriores datos, entre otros que podemos consultar en la página oficial del INEGI, se pretende "contribuir a la tarea institucional de proporcionar el servicio público de información estadística de interés nacional, tiene como objetivo ofrecer datos sobre el comportamiento y evolución de las principales variables relacionadas con los accidentes de tránsito viales ocurridos en caminos y carreteras de jurisdicción no federal, a fin de satisfacer las necesidades de los usuarios y apoyar la elaboración y/o formulación de políticas de prevención en el transportes".
Es alarmante contabilizar 264,467 heridos y 14,385 fallecidos, en los años 2021, 2022 y 2023. Aunado a las consecuencias que se generan en cada accidente, desde la parte económica, laboral, familiar, emocional, entre otras. Definitivamente, como se dice coloquialmente "después, ya nada es igual". Por ejemplo, la muerte o lesiones permanentes, agravándose la situación si quien las sufre generaba los ingresos del hogar. Y más casos en los que hay daños irreversibles y mucho impacto negativo.
De acuerdo a la Organización Mundial de la Salud, cada año, las colisiones causadas por el tránsito, cobran la vida de aproximadamente 1.19 millones de personas. Mientras que los traumatismos son la principal causa de mortalidad entre los niños y jóvenes de 5 a 29 años. Y este tipo de accidentes cuestan a la mayoría de los países el 3% de su Producto Interno Bruto.
Por eso es importante que las autoridades cumplan con su obligación de protegernos, pero, sobre todo, que se enfoquen en la prevención. Para evitar que en lugar de que sigan creciendo los accidentes, por el contrario, que disminuyan cada día. Balizamiento, señalética, vigilancia efectiva, tecnología, operativos, funcionarios honestos, normas claras con sanciones ejemplares, cultura vial. Son algunas de las acciones que darán como resultado que las y los conductores actúen con responsabilidad. Que respeten el estado de derecho para beneficio de todas y todos.
Y, desde luego, también nosotros como población, debemos hacer lo que nos corresponde. Cumpliendo por convicción con dichas normas viales y de movilidad, por encima de la conveniencia particular de evitar sanciones o pretender burlar o corromper a la autoridad. Solo así, juntos, sociedad y gobierno, tendremos resultados favorables para la sociedad.
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