La política desde gayola.
Por: Rodrigo Sánchez sosa
Los meses que
nos esperan como país no serán cómodos para ningún nivel de gobierno, incluido
el recién electo gobierno municipal en Sayula. Por su puesto que los preclaros
analistas políticos locales, en el caso del municipio, pasan por alto la crisis
que se avecina y que el gobierno federal se empeña en negar; los vemos en su
papel de toda la vida: atacar intereses
de pequeños cotos de poder político-económico en Sayula que le son adversos en
lo personal , y apuntalando indirecta y a veces directa y cínicamente aquellos
que les favorecen en esta postura mezquina que, francamente, siempre me ha dado
nauseas, aunque para ellos eso es la política indiscutiblemente. Ahora el reto
va más allá de esta política de pacotilla y se sitúa en el campo de un reto
mayúsculo, tanto par las autoridades que asumirán la administración del
municipio como de quienes con sus escritos moldean a nivel local la
opinión pública. No será ya posible,
para los editorialistas de los principales semanarios locales, dar cuenta de
una realidad que los trasciende, respondiendo a la necesidad de sus lectores de
comprender lo que en el próximo trienio pasará como resultado de un contexto
nacional complejo y una economía global en fase de contracción que implica
factores que a nivel local son no sólo ignorados, sino totalmente desconocidos.
Comencemos por
tratar de entender el grado evolutivo del capitalismo que vivimos, para
situarnos, autoridades y ciudadanos, en el terreno en que nos encontramos a la
mitad del segundo decenio del siglo XXI como país. Es claro que nuestros líderes
políticos y corporativos, están desfasados de los retos que tal contexto
internacional plantea, de hecho sería mucho pedirles que lo estuvieran, dado su
origen como detentadores del poder heredado de un régimen despótico y
dictatorial que fracasó rotundamente en su intento de transición democrática en
los últimos 15 años. La política corporativa y corrupta del partido gobernante
y los grados de complicidad de los dos principales partidos de oposición en
México, han dejado al margen de la dinámica global a nuestro país; peor aún es,
la desventaja de tener nuestra propia versión deformada de la economía global,
un capitalismo de amigos y un mercado interno dominado por la informalidad y
los monopolios. Es decir, si no conoces a nadie, ni nadie te conoce en México,
no puedes financiarte, desarrollarte, mucho menos competir. Lo de “conocer” es
un eufemismo mío para referirme al tráfico de influencias y la corrupción en los
altos círculos de la economía nacional. Por otro lado, sino no eres parte de
las 200 familias que controlan los principales negocios en el país, ni soñar
con una parte del mercado para tu producto o servicio. Cualquier otro discurso,
es puro optimismo infundado. Una gran mayoría de los negocios exitosos en
México pactan en estas condiciones, con reglas no escritas y al margen de la
ley, con estos “dueños” del México “moderno”; es decir, “lavan” dinero y
alimentan la corrupción, en uno y otro caso, sin ningún beneficio directo a la
ciudadanía, al contrario, lo poco que cae de la mesa de estos señores corruptos
y criminales, es diezmado por gravámenes a productos y servicios. Resulta pues,
irónico, que las reformas pretendidas por el estado mexicano y las cúpulas
corporativas a distintos rubros de la economía nacional como el energético,
educativo y de salud, nos sitúen dentro la lógica de liberalismo económico
global, ya de por si cuestionable, cuando pasaríamos de un estado formal que
regía la economía mexicana de acuerdo a viejos paradigmas en desuso en
occidente, a una elite del poder que regiría la economía tomando el lugar del
viejo estado, no en la lógica de una libre competencia e igualdad de
oportunidades, sino de un control centralizado de la economía en manos de unos
cuantos corporativos, familias oligarcas y jefes de cárteles del crimen
organizado, con quienes los inversionistas extranjeros tratarían sin los
candados de un estado democrático. Es decir, un estado informal y al servicio
de unos cuentos. Claro que esto tiene sus riesgos, el principal, la economía
global se desarrolla por otras vertientes, de las que estaremos tan excluidos
como hoy. Lo grave es el rezago histórico para el país que se acentuará en tal
caso, pues las cantadas reformas económicas, no distribuirán la riqueza
producida, sino que la concentrarán en pocas manos, como hasta ahora ha pasado
con el “estado neoliberal” inaugurado por Salinas de Gortari: produciendo más
pobres, y claro haciendo más ricos a los ya de por si súper millonarios Slim,
Azcárraga, Salinas Pliego, Claudio x González, Larrea o el mismísimo “Chapo”.
Qué esperar a corto
plazo y para el Municipio: primero, en los próximos días la reacción a la
devaluación en una inflación generalizada, que se tratará de parar con pactos
económicos con productores y ajustes de gasto corriente del gobierno a nivel
nacional, que fracasará, por supuesto. Esto llevará a un fenómeno social que ya
se ve, un aumento en la demanda de empleo y por ello una baja en la oferta y
poder adquisitivo del salario (las familias ante esto tendrán que aumentar sus
ingresos empleando a más miembros de estas sin importar si son o no mayores de
edad, estudien o no), una baja en el consumo y su afectación en la producción y
el mercado interno; la economía informal y el crimen organizado se verán
positivamente afectados, como es lógico suponer. El municipio, cuya economía
está fuertemente condicionada por las agro-industrias, que en su mayoría
producen para exportar, se beneficiará de la devaluación que al final del año
si bien nos va situará el tipo de cambio en casi 18 pesos por dólar; pero lejos
de beneficiar al municipio, esto podría perjudicarle, sobre todo en lo
referente a la ecología, pues seguramente se verán en la necesidad los
productores agrícolas locales, de aumentar la producción: más tierras
utilizadas, más agua, más herbicidas cancerígenos, más pesticidas tóxicos, más
mano de obra barata traída de otros estados. Bueno, esto pensando en que la
economía del principal receptor de estos productos Los Estados Unidos, siga en
recuperación económica y revaluación de su moneda, lo cual incremente el
consumo en aquél país. El otro escenario global es que, la crisis financiera a
corto plazo anunciada por expertos, afecte negativamente al vecino de norte,
como ya vimos una probadita el pasado lunes, con la caída de las bolsas de
valores en China y luego en todo el mundo. Lo innegable es que el gobierno
municipal contará con menos recursos, dado la baja de los precios del petróleo
en cualquiera de los dos escenarios (el 50% del presupuesto del gobierno
federal se sustenta en la venta de petróleo). Si la tendencia de corrupción al
interior del ayuntamiento municipal continúa en los estándares actuales, veremos
un municipio con muchas carencias y plagado de escándalos de corrupción, muy
lejos del control del presidente y cabildo electo. El reto es mayúsculo, y
coincido en esto con algunos analistas locales, aunque por distinto interés, de
que no se ve la competencia del equipo que asumirá la administración pública de
Sayula el próximo trienio. No quisiera estar en los zapatos de Jorge Campos presidente
electo de Sayula: recibirá unas arcas municipales saqueadas, un presupuesto
raquítico y la presión social será mayor dado lo arriba expuesto, ni hablar de
que alguien sea llamado a cuentas por la mala administración saliente, para
aliviar lo adverso de la opinión pública
que se volverá en su contra. Por ejemplo, hay quien ya está comprometiendo al
presidente municipal electo a cerrar cantinas que todavía no se abren. De ese
tamaño lo que podrá esperar Jorge Campos.
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