Por Arturo Fernàndez Ramìrez
La Universidad de Guadalajara es una institución educativa pública de Jalisco, sostenida por tanto, con los recursos del pueblo. Ciertamente no es la única en Jalisco, pero sí la más grande y por ende, la que mayor número de alumnos tiene en Jalisco. Estamos hablando de alrededor de 200,000 estudiantes. De hecho, a nivel nacional es la segunda en importancia, solo superada por la UNAM, que cuenta con una matrícula estudiantil de alrededor de 250,000 alumnos.
A partir de la década de los 90's con la llamada Red Universitaria se extendió en todo el Estado, con módulos, ya que anteriormente, salvo las preparatorias, pero el nivel licenciatura estaba instalado en la zona metropolitana de Guadalajara, por lo que quienes concluíamos nuestro bachillerato, si queríamos continuar con nuestros estudios en la alma mater, teníamos que trasladarnos hasta Guadalajara.
Ahora, como sabemos ya no, porque los Centros Universitarios Regionales han dado como resultado que se pueda estudiar sin tener que cambiar de residencia, tal y como sucede en el caso de Sayula, beneficiado con el CuSur, en el que muchos sayulenses estudian pudiendo ir y venir a diario. Entonces, el hecho de ser la Universidad Pública de Jalisco, cuyo sostenimiento corre a cargo en su mayoría del gobierno estatal y federal, trae como consecuencia que la demanda estudiantil sea alta, cando como resultado que no pueda ser cubierta en su totalidad. Y es así como cada semestre, miles de aspirantes quedan fuera de la Universidad de Guadalajara, al no obtener el puntaje suficiente para ocupar un lugar en las aulas. El punto aquí es que, de acuerdo a nuestra Constitución Federal, la educación es un derecho humano y al estar consagrado en dicha Carta Magna, es obligación del Estado garantizar su cumplimiento. Dicho en otras palabras, como derecho humano, quien tenga el interés de estudiar, no puede ser condicionado a concursar por un espacio, porque el Estado está obligado a garantizar todos los espacios para todos los que quieran ejercer su derecho a la educación.
Lamentablemente no es así y cada semestre vemos la frustración de miles de jóvenes que aspiran a un espacio en la Universidad y que al ver las listas, no ve su código, truncándose así sus deseos de estudiar, violándose así su derecho humano a la educación. Tal y como sucedió el pasado 25 de julio cuando miles consultaron el dictamen y no fueron admitidos. La única justificación por parte de las autoridades educativas es que se carece de presupuesto para ampliar la cobertura, pero insisto, la Constitución Federal es clara y categórica: la educación es un derecho para la población y por lo tanto, una obligación para el Estado. ¿Hasta cuándo se cumplirá con este elemental derecho? ¿Hasta cuándo dejará de ser un privilegio la educación? Ojala hubiera respuesta positivas para estas interrogantes. Comentarios y sugerencias al correo electrónico arturferam@hotmail.com
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