Por Rodrigo Sànchez Sosa
Que la Política es necrófila dicen los periodistas de derecha en Miami; esos de la comunidad latina en aquel estado de la Unión Americana. Mire usted, veo poco los programas que producen allá los exiliados cubanos en CNN, para América Latina; porque son tendenciosos y cargados de una ideología reaccionaria de la peor de las derechas latinoamericanas. Sin embargo, de vez en cuando me gusta enterarme de las tendencias del pensamiento de esa gente que vive entre personas millonaria de América Latina que se van autoexiliada a Miami: narcotraficantes retirados, políticos corruptos y artistuchos de la farándula que viven como reyezuelos lavando dinero, y fundando "empresas" fantasmas que en el gringo land no son ilegales. Es decir nuestra clase cortesana, nuestra nobleza naca, de Niurka a Emilio Azcarraga Jean, Pasando por Luis Miguel, Shakira y Riqui Martín. Ya me imagino a Luis Miguel, Lucerito o Alejandro Fernández que nunca terminaron la primaria leyendo las columnas políticas del Miami Journal o Herald; todos los días en antes de desayunar. No pues, se imaginará usted, la vanguardia del pensamiento crítico latinoamericano en Florida.
Bueno le decía que uno de estos columnistas de Miami que publica según él en todo el mundo, en su libro, chafísma por cierto, nos explica el mundo según el Miami sun machine way of live. Según este señor que de tan asqueroso no recuerdo ni el nombre; dice, que murió la ideología, que los países que se oponen al sistema global de mercado lo hacen desde la necrofialia ideológica. No manchen… ¿en serio? "Necrofilia ideológica" eso es lo malo de hablar mocho el español y quererlo escribir peor. ¿Lo peor sabe qué fue? que sabia, el señor este, que necrofilia es un termino del psicoanálisis para definir una filia, aún así, creyó valido unir este concepto al concepto ideología y cree que revolucionó no sólo el idioma español, sino la economía política del siglo XXI en el mundo. Bueno, ni Marx ¿qué tal? ¿Qué carajos es según él "necrofilia ideológica"? pues según este señor que ya estaba grandecito para esto, o al menos así lo entendí, es cuando alguien en alguna parte del mundo utiliza conceptos de ideologías ya "superadas" para fundamentar posturas políticas y económicas que se resistan al sitema global financiera y económico; es decir, siente filia, atracción, gusto, placer, por los cadáveres de ideas. No, pues órale, Luis Miguel y Taliha deben estar extasiados; pero ya hablando en serio, esto es pura basura, con todo y el premio Ortega y Gasset que le dieron a este señor.
¿Qué me preocupa y que nos debería interesar, de esto? No sé si lo habrá notado, amigo lector, pero en un sistema económico impuesto globalmente que se piensa así mismo como la única verdad posible, el único camino para la humanidad. En él la sin razón y la barbarie caben perfectamente, porque son discursos ambos, totalitarios, autoritarios e impositivos. En el discurso hablan de dialogo, de tolerancia, de la ley, de la democracia y de la libertad; pero en los hechos no es más que la extensión de la barbarie de un sistema depredador de la naturaleza y el hombre. Los discursos que desde el siglo XVIII advirtieron de esto, los de Marx y Freud, resulta que ahora son cadáveres que ellos hace mucho que mataron y enterraron, y que, algunos locos de sus enemigos los sacan de la tumba para fornicar ideológicamente con ellos. Esto suena asqueroso, y patético.
La libertad burguesa del capitalismo ha sido cuestionada por el positivismo decimonónico en las personas de Marx y Freud, pero no se ha quedado allí, los discursos se ampliaron con la escuela de Frankfurt. Con Jung, Focuolt, Mercedes Doolto, Martín Baró, el propio Piaget y Habermas en el siglo XX y se siguen ampliando en gente como Chomsky hoy.
Pareciera que fuéramos hacia una sociedad cerrada donde el discurso de la libertad burguesa justificara todos los excesos, donde la ley y la justicia no tuvieran nada que ver, donde el capital y el mercado determinaran todo como una especie de dogma, una teología fetichista que se fundamentara en una erótica de la frivolidad. Lo mismo justifica a un Trumph que a la Fundación contra el Terrorismo de Guatemala que agrupa a los militares genocidas de la guerra civil, que a la Revolución Financiera desde Miami que pretende ser una política económica para todo América Latina. En México estamos totalmente perdidos en el discurso dogmático del neoliberalismo, del capitalismo de compadres a la mexicana: corrupción, impunidad y crimen organizado, que generan división social y violencia, y que no parecen tener solución en el dialogo, ni en la negociación, mucho menos en la legalidad.
Estamos en tiempos difíciles para la humanidad, donde no hay un discurso sencillo que lo resuelva todo, cierto; pero que, tampoco se trata de la imposición de discursos snobs o simplemente bobos. La democracia no puede darse sin la política y esta a su vez sin la diversidad, y la diversidad se resuelve en la negociación. En una democracia donde se descarta a priori las ideas y se les declara muertas unilateralmente, no es democracia. Esa es una forma a la que estaban impuestos los antiguos amos, los dictadores y la milicia latinoamericana que imponía su voluntad en países pobres del hemisferio.
Muy bien vamos a discutir la ideas, veamos cuales realmente no son viables, cuáles sólo benefician a un sector privilegiado, negando la democracia y la libertad que les son tan caras a los exiliados de Cuba, Venezuela, México, Colombia, Bolivia, ecuador, Brasil y argentina en Miami; diría yo. Es claro que las cosas no están bien en nuestros países latinoamericanos; pero, acaso somos países independientes, culpables de cada política que falla en nuestras naciones, del atraso, del saqueo, del rezago económico, social y educativo; por supuesto que no, no lo somos; simplemente porque estamos en el área de influencia de una potencia como los EUA. Somos parte de una geopolítica planetaria y de un plan global, económico, político y financiero, por el que no votamos, por el que no pedimos ni entendemos. ¿Cómo nos resolverán los problemas quienes nos los crean? Algo debe quedar claro fuera de diplomacias, una América Latina libre, feliz y opulenta significaría, exactamente, en el régimen actual global, lo contrario en los Estadios Unidos. Que no nos salgan con que nos tienen la receta de la felicidad, los gusanos de Miami.
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