Por Rodrigo Sànchez Sosa
Definamos qué cosa es la política antes de entrar en un análisis del la misma en lo local. La política no es otra cosa que la habilidad para crear consenso en una comunidad diversa de iguales ¿Qué quiere decir esto en cristiano? bueno, pues que un grupo de personas que a su vez se divide en grupos más pequeños, están unidas bajo unas mismas reglas que los reconoce a todos como iguales y con los mismos derechos. Es decir, este grupo se forma de otros grupos diferenciados, pero todos están de acuerdo y reconocen mediante la razón una ley que los rige en su convivencia común, en este caso, la constitución política de los Estados Unidos Mexicanos, si hablamos de nosotros como país. Estará usted de acuerdo en que estos grupos de interés que conforman un grupo mayor, que es la ciudadanía de un país, tendrán necesariamente intereses diferentes y hasta encontrados; algunos intereses serán más poderosos que otros, ya sea por el número de involucrados o por sus recursos; pero es lógico que la ley que todos aceptan impedirá que el interese de una parte, de un grupo de la sociedad, se imponga arbitrariamente a todos en perjuicio de la mayoría, esto en una sociedad democrática, claro. De otra manera, no sería posible la sociedad. Bien, pues la política es el método que se sigue para poner de acuerdo esta multitud de intereses que forman una sociedad bajo un mismo régimen e instituciones, ese es el paradigma Republicano. Esto implica que se nombren representantes de los grupos mayoritarios conformados por subgrupos, y que estos nombren representantes a los diferentes niveles de gobierno. La política es necesaria e imprescindible (ojo) para que esto funcione; esta implica la negociación, el dialogo, la correcta argumentación, la propuesta, el fundamento racional (ojo de nuevo) y la buena voluntad para conciliar intereses muchas veces en lucha. Claro que esto es un ideal, es a lo que se aspira, no una formula mágica que baste aplicar; la política es un hacer, un mejorar, un crear condiciones donde la convivencia entre iguales, pero diferentes en opinión y expectativa, se posible y llevadera. Nosotros entendemos el derecho de la mayoría para imponerse a la minoría sin más, y las mismas leyes lo reconocen hasta cierto punto así: dando poder político a los distintos grupos de forma proporcional al consenso mayoritario que logren. La cosa es que la política tiene un fin y este es, el bien común, tiene un método, y este es el racional y tiene una ideología y esta es la democracia, aún el anarquismo aspira a la democracia, porque, aunque no lo parezca es su origen el pensamiento democrático.
Como ve esto no es lo que en México entendemos por política; de hecho, parecería que es todo lo contrario. Para nosotros la política es sinónimo de corrupción, de mentiras, de ladrones, de mala fe, de lo sucio y fraudulento. Bien, pues no nos equivocamos, pero, lo que hemos vivido al menos en los últimos70 años en México, ha sido la perversión de la política, es decir la política se convirtió en nuestro país, como en muchos otros, pero particularmente me refiero a México, en su contrario. Es lógico que con esta demagogia perversa hablar de democracia sea un mero formalismo en México, en Jalisco, en Sayula. Diríamos que la dictadura priista de los últimos 78 años en México, ha sido el fracaso de la revolución democrática de 1910, estamos en la cúspide de esta perversión social desde hace 12 años, y todos lo podemos notar, sin más explicación. Pero definitivamente esto no es política.
Ahora bien, entremos en materia, Sayula, sus políticos y su política. Bueno pues lo mismo, es la misma historia. Curiosamente, y en la "vanguardia" de la moda, hoy en boga, Sayula desde hace 20 años, le apostó a la anti política, 17 años antes ya se había cansado de la política pervertida del PRI, cuando ganó el "Gallito Colorado" las elecciones locales no con antí política sino con política, no se utilizó entonces el termino, que no existía, para lograr el triunfo en las urnas derrotando la PRI; pero, el sistema no estaba para política y lo dejaron bien claro los antimotines que envió el gobierno del Estado para desalojar la presidencia tomada por la gente de Sayula que se resistía a la imposición del candidato del PRI, que finalmente gobernó muy tranquilo su trienio luego de esa represión; y más, en las siguientes elecciones volvió a ganar este partido en Sayula hasta 1994; en 1997, llega la inercia de la anti política, la pre política como forma política, aunque se oiga contradictoria, luego de la alternancia que un trienio antes se dio con el PAN que ganó las elecciones en un contexto donde el PRI cedía poder de manera sistemática y de acuerdo a sus intereses para calmar un país que venia de un levantamiento armado en Chiapas (EZLN 1994), el asesinato de Colosio 1994, el escándalo de la corrupción salinistas; pero sobre todo se embarcaba a México en el neoliberalismo ideológico cuya meta era privatizar PEMEX, meta lograda le año pasado (en 2000, incluso entregarían la presidencia de la República al PAN para consolidar su plan). Ante tanta barbarie, tanta perversión de la política, años de ese abuso, el repudio generalizado de esta fue una tendencia; pero no fue una tendencia en todo el país el recuperar la política verdadera, de sanear y democratizar las instituciones republicanas, sino de abolir la política, su método y hasta su concepto. Todo lo que sonara a política era sinónimo de PRI, de ladrones; era lógico, pero no racional. En tal contexto llega Samuel Rivas Peña a la presidencia de Sayula por primera vez ¿El mejor presidente de Sayula? lo más probable es que no, pero volvería a ser reelegido por 3 ocasiones.
Rivas no es político, ni antí político, es pre político. Representa si, un antagonismo en la definición clásica de la política democrática: no negocia, no argumenta, no dialoga, no concesa, no concede; pero, no es antí político. Rivas impone, en nombre de su razón particular, lo que él entiende por justo, ordenado y honrado para todos. Tampoco es político, es autoritario. Es la vieja escuela del autoritarismo que trajeron los españoles y que ha sobrevivido como esencia del poder en México hasta el día de hoy. Rivas maneja el autoritarismo clásico, paternalista, una especie de despotismo ilustrado del siglo XIX nada raro pues ese siglo sobrevive en Sayula como nostalgia. El actuar de Rivas en el poder es análogo al de los patrones hacendados de finales del siglo XIX y principios del XX en la región. Llega con toda su gente, incondicionales, y se deshace de todo aquél que le represente una resistencia, de distintas formas, sin medir consecuencias, incluso comprometiendo las finanzas al correr injustificadamente a trabajadores del municipio que considera un problema para sus formas de gobernar. Nada de negociar, nada de conceder, nada de dialogar, con dios no se discute, el tiene la razón y punto, la oposición se anula y ya. No digo que sea mal intencionado o corrupto, simplemente, eso no es política es pre política ¿Por qué genera simpatías? pues porque se opone a la política pervertida del régimen impuesta hace más de 70 años y porque su forma paternalista va acorde a nuestra nostalgia por los patrones de antaño en Sayula, tan terribles como protectores. Esto nos impide ver las fallas garrafales de su método: nunca negoció con colonos de colonias irregulares simplemente se negó a ayudarlos, en su lógica; nunca dio la cara a manifestantes como aquella marcha contra la represión a los jóvenes en 2006 donde respondió con policías y perros policías a la misma; la violencia entre pandillas juveniles pretendía resolverla con más policías. Su obra pública fue en la tónica del progreso, pero, de nuevo su estilo autoritario tuvo como consecuencia que obras millonarias se quedaran a medias como el libramiento y la brecha a Tapalpa o el centro contralas adicciones y la escuela de cerámica. Esto mismo trajo problemas a las obras realizadas, su natural paranoia contra la corrupción lo llevó a usurpar decisiones periciales, así el pavimento ecológico garantizado a 50 años, no aguantó ni 10, y los Bulevares de prolongación Juárez y Juan Rulfo, tienen fallas estructurales notables. No digo que esto sea producto de la corrupción, simplemente señaló las desventajas de su estilo de gobernar, desmitificando lo de "el mejor presidente de Sayula", no está dentro de los peores, pero lo demás es mito.
Más peligroso que el autoritarismo ingenuo y anacrónico descrito es, la anti política, ya que es producto de la poca información y la falta de preparación, eso puede llevar a un autoritarismo peligroso en cualquier parte del mundo, allí esta Trump. El cansancio por la perversión de la política y los políticos pervertidos, lleva a esta tendencia, a abolir la política. No a ciudadanizar la política, sino a abolirla como un mal. Error, craso error. Porque la anti política también es política, pero de baja calidad. Ahora para ganar elecciones los políticos se dicen no políticos, su plan es menos política ¿Qué demonios es eso? ¿Es producto de la ignorancia o es una broma del cinismo, de la perversión de los políticos? pues es todo eso y más. Esta tendencia llegó a Sayula hace un año, con el activismo contra el alza a los precios de la gasolina, obtuvo su carta de naturalización con el activismo contra los sueldos de funcionarios públicos locales, luego con el activismo contra los cañones anti granizo y recientemente en una lucha contra el desabasto de medicamento: Está bien el fin, las demandas son justas, pero el método es errado y peligro. Dicen. "Menos política y más acciones", curiosamente este era un lema de la Alemania nazi, del nazimo. Si tú me dices: "menos política y más acciones", partes del hecho que no hay dialogo, no hay argumentación, negociación, acuerdos, se hará lo que se tenga que hacer (estilo Rivas, pre político también) ¿Se hará lo que se tenga que hacer?...¿de acuerdo a quién, a qué criterio a qué interés? ¿Al del pueblo? Decir "Pueblo" es como decía Hitler "Alemania" o hoy dice Trump "América", es hablar en nombre de algo abstracto que pretende representar a todos los intereses sin negociar con ellos, sin tener consenso, sin hacer política, es una imposición en nombre de un supuesto, es autoritarismo, es dictadura, no es democracia. El pueblo es un conjunto de puntos de vista e intereses diversos, para obtener esa mayoría y hablar por ella políticamente tienes que tener el apoyo de por lo menos la mitad de los votantes, en Sayula alrededor de 8 500 personas, y de los sayulneses en general habría que tenerse la simpatía de por lo menos 18 mil habitantes, esto sin contar que la mitad no estaría de acuerdo y también tienen derechos; entonces, "Pueblo" no es un argumento valido para imponer nada, es anti política, anti democracia, la moda da la política pervertida. Pongamos como ejemplo el problema del tianguis de Sayula, seguramente el próximo activismo. El interés de los que se oponen al cambio de ubicación de este, no han demostrado esta mayoría, son intereses que se quieren imponer por sobre el dialogo, la argumentación y la negociación; anti política. Este es un conflicto perfecto para el oportunismo electorero, un terreno que se debe de decir, fue una tranza de la anterior administración priista municipal con una compañía cocesionaria de la obra pública: "Te contrato, luego violó el contrato, me demandas y embargas y luego vendes ese embargo a un banco por 80 millones y los dos gamos." Es claro ver la tranza que tiene nombres. Bueno, ahora resulta que, el despojo del que fue víctima el pueblo de Sayula, que aún conserva la posesión del bien, debe ser respetado por la gente de Sayula y entregado el terreno al banco y no ser utilizado para cubrir una necesidad consensada cuando legalmente por la posesión es viable. ¡Absurdo! Esa es la anti política, un absurdo, por ello veo con mucha preocupación que los políticos jóvenes y viejos y hasta candidatos nos hablen de esta forma perversa de la política y que aún genera simpatías la pre política. Poco digno para un pueblo con historia de vanguardia política como Sayula, leamos nuestra historia para que nos de pena esto.
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