Por Arturo Fernández Ramírez
Nuevamente la iniciativa privada llevará a cabo lo que ha dado en llamar el fin de semana más barato del año con el fin de ofrecer al consumidor, productos y servicios a bajos costos.
Y aunque ya son varios años en que se ha organizado el llamado Buen Fin, le sigue haciendo falta que se cumpla a cabalidad su verdadera esencia: vender a ofertas reales, no simuladas.
En efecto, si bien muchas tiendas departamentales de prestigio sí ofrecen precios bajos, también no menos deja de ser cierto que son amplios sectores del comercio que, o no participan en el Buen Fin o lo hacen en forma simulada, lo que, desde luego, genera desconfianza en los consumidores.
Como lo hemos precisado en años anteriores, si el Buen Fin fue creado con inspiración en una costumbre de Estados Unidos, entonces que no se pierda esa razón de ser, porque en el vecino país sí existen ofertas reales y sorprendentes, tanto que muchos mexicanos acostumbran ir a hacer compras en esa fecha, lo que nos da una idea clara de que efectivamente sí se venden muchos artículos a un bajo costo.
Luego entonces, lo que nos hace falta es que todos los comerciantes y empresarios, no solo entiendan la esencia del Buen Fin, sino que la apliquen, que se organicen y que ofrezcan productos y servicios en verdadera oferta, que se den cuenta que las verdaderas utilidades no solo se generan en los altos precios sus productos, más bien, vendiendo en corto plazo.
En efecto, de acuerdo a conocedores de las artes del comercio y de la economía, es mejor vender los productos en menor tiempo en lugar de tenerlos en exhibición hasta que los compren en un precio alto.
Una venta rápida hace circular el dinero y por ende, la economía se fortalece por la derrama que se genera, en cambio, una mercancía sin enajenar representa dinero ahí estancado que a su vez representa pérdida cada día que pasa por el costo de mantenimiento.
Por eso, es importante que los comerciantes que decidan participar en el Buen Fin, lo hagan con verdadera convicción de vender a bajos precios con la intención de lograr que en tres días saquen su mercancía que tendrían ahí estancada en uno o dos meses.
Y es que muchos que son organizados, suelen aprovechar las ofertas del Buen Fin para comprar los regalos de la Navidad, de lo contrario, se esperarán a que llegue esta temporada para ver si se ofrecen productos a bajo precio.
En fin, ya llegó el Buen Fin, ojalá que realmente todos los negocios participen con ofertas reales para que los consumidores ganemos comprando barato y los comerciantes también ganen vendiendo en tres días lo que en meses pudieran lograr. Comentarios y sugerencias al correo electrónico arturferam@hotmail.com
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