Por Arturo Fernández Ramírez
Todos hemos notado que en los últimos años el uso de un medio de transporte ha crecido en forma significativa: las motocicletas.
Y es entendible, si lo comparamos con las bicicletas y los automóviles, resulta ser, por un lado, más cómodo porque no se hace esfuerzo físico y se avanza a mayor velocidad. Y, por otro lado, gasta mucha menos gasolina que un carro y su mantenimiento es barato.
Por eso, cada día se ha hecho más popular la motocicleta, a tal grado que las tiendas departamentales han sabido aprovechar esta situación promocionándolas en aparente bajo costo y hasta con facilidades de pago, motivando así a que muchas familias cuenten con una motocicleta.
Sin embargo, el crecimiento en el uso de las motos ha traído en forma aparejada diversos problemas que deben ser atendidos y regulados por las autoridades correspondientes y por nosotros mismos como sociedad para evitar que las cosas se salgan de control en perjuicio de todos.
Los diversos medios de comunicación dan cuenta en forma constante de accidentes viales en los que participan motocicletas, muchos de ellos con resultados bastante lamentables al haberse perdido vidas de los tripulantes o de personas que se encontraban en el momento y lugar equivocados.
Entonces, sí es importante que se tomen todas las medidas que sean necesarias para evitar accidentes viales de motociclistas.
No se trata de ir en contra de quienes utilizan este medio de transporte, ni de ser más estrictos que con los automovilistas mismos, tampoco inhibir este medio de transporte, por supuesto que no, el único objetivo es garantizar la seguridad de los conductores, tripulantes y ciudadanía en general.
En diversas ciudades, incluyendo las grandes metrópolis, han emprendido operativos para regular el uso de las motocicletas, verificando que porten sus respectivas placas, cascos y otros elementos que garanticen la seguridad de conductores y tripulantes.
Mientras no se pierda la esencia de esos operativos, aunque puedan ocasionar molestias, deben ser respaldados con el fin de evitar o disminuir los accidentes viales y las consecuencias lamentables que de ellos se origina.
El punto es que muchas veces los operativos se prestan a la corrupción por parte de los funcionarios, quienes aprovechan la situación irregular de los motociclistas para pedirles dinero a cambio de no aplicar la ley ni sancionarlos.
Y es aquí donde la sociedad pierde más, porque por un lado se tornan más antipopulares dichos operativos y, por otro lado, las situaciones irregulares que son la causa de accidente viales, no solo persisten, sino que crecen por la impunidad que se generan.
Entonces, es importante, tomar conciencia de la necesidad de tener todo en regla por parte de los motociclistas y conducir con responsabilidad para evitar no solo que la autoridad emprenda acciones en su contra, sino que logremos disminuir los accidentes. Ojalá que así lo entendamos, asimilemos y apliquemos. Comentarios y sugerencias al correo electrónico arturferam@hotmail.com
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