La cuesta de enero, sin gasolinazo.
Por Arturo Fernández Ramírez
Como también ya es costumbre, al inicio de cada anualidad, después de las fiestas decembrinas, despertamos a la cruda realidad. Con los incrementos en los impuestos y precios de servicios y productos. Los que más afectan a la clase social baja y media, son los de consumo básico y las contribuciones del predial, agua, refrendo vehicular, entre otras. También los derechos municipales cuando tenemos necesidad de tramitar actas de nacimiento, matrimonio, defunción o diversos documentos oficiales. Debemos reconocer la ausencia del gasolinazo nuevamente. Con todo y ello, tenemos que organizar nuestras finanzas para evitar que se prolongue la crisis durante el resto del año. Considero que es la única manera de amortiguarla y revertirla.
Diciembre siempre será de gastos que por lo general se solventan con el aguinaldo o los recursos extras que se obtienen por el dinero circulante y derrama económica que se genera. Pero, enero también es de pago de compromisos, con la diferencia de que carecemos de dinero adicional. Por el contrario, entramos el año con deudas o rezagos arrastrados del mes anterior. Situación que provoca una severa crisis en la mayoría de las familias mexicanas, de manera principal a la clase social baja y media.
Cada año aumentan de manera ordinaria los impuestos y como consecuencia de ello, los precios de los productos y servicios. Aunque algunas contribuciones pueden pagarse de manera mensual o bimestral, nuestros entes de gobierno suelen ofrecer descuentos atractivos para que la mayoría cubra sus obligaciones entre enero y febrero. Lo que nos orilla a tratar de cubrirlas en el plazo de gracia que nos conceden.
Algo que se debe reconocer y que desde luego nos favorece, es que, nuevamente, estuvo ausente el gasolinazo que durante muchos años padecimos cada primero de enero. Hoy, hasta el momento, dicho combustible básico, se ha mantenido en el mismo precio de 2024 o con mínimos aumentos. Muy distantes de aquellos abusos y excesos de los gobiernos neoliberales.
Con todo y ello, es necesario que organicemos las finanzas, que tengamos disciplina en los gastos y que prioricemos los rubros en los que debemos destinar nuestro dinero. La regla de oro es nunca gastar más de lo que ganamos, ni pretenderé aparentar un estrato social diferente al que tenemos. Ajustemos el presupuesto a los ingresos fijos y seguros que vamos a percibir. De esta manera evitaremos que la cuesta de enero se prolongue durante el resto del año. Considero que es la única manera de amortiguarla y revertirla sin mayores preocupaciones ni dolores de cabeza. Espero que a todas y todos nos vaya mejor en este 2025.
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