Por Rodrigo Carrión Grajeda
Después de la dichosa revolución industrial del siglo X1X a la fecha, donde el hombre logro los más importantes adelantos gracias a las máquinas y el descubrimiento científico del átomo y toda la tecnología que actualmente conocemos, las cosas parecían caminar bien en nuestro servicio hasta que nos dimos cuenta que nuestra existencia como seres humanos estaba en grave peligro por producir materiales nocivos contrarios a lo que nuestra madre naturaleza nos proporciona. Son tantos los materiales ajenos a lo natural que el día de hoy se usan casi en todos los objetos de uso personal o de trabajo, que nos faltaría ceros en una suma para contarlos. Aparte del grave peligro que ya representan todos estos materiales en desuso regados por todas partes de nuestro planeta principalmente las baterías recargables de todo tipo, pues quienes los venden o fabrican, jamás se han hecho responsables de su reciclado y darles el tratamiento adecuado evitando la contaminación de nuestra tierra y agua principalmente. Sabía usted estimado lector que tan solo una pila para reloj, contamina el agua de una alberca olímpica en su totalidad? Asi es que no la tire a la basura como cualquier otro objeto.
La grave contaminación de nuestro aire a causa de los combustibles fósiles aparte de contaminar nuestro medio ambiente con tanto humo, ha estado sobre calentando nuestro planeta algunos grados centígrados que de continuar su tendencia a la alza unos grados más, no viviremos para contarlo los que hoy habitamos la tierra. Usemos el automóvil lo menos posible. Las deforestaciones masivas sin control ha contribuido de gran manera al sobre calentamiento global con consecuencias inesperadas como la aparición de nuevas especies del mosquito trasmisor del sika o el dengue, nuevas plagas de cucarachas más resistentes y trasmisoras de otro tipo de enfermedades de las que ya trasmite, todo por el sobre calentamiento de nuestro planeta y todavía hay quien corta un árbol o un bosque como si nada pasara.
De los agro químicos que a diario se aplica a la tierra con el fin de producir más, mejor ni les cuento pues son millones de toneladas las que a diario son depositadas sin ningún control que nos garantice la degradación de nuestra madre tierra, pues una gran parte de estos productos principalmente en los abonos químicos, son sales minerales difíciles de degradarse. Optemos por abonos naturales como la gallinaza, el estiércol de marrano o abonos naturales que ya tenemos en el mercado.
Aunque parezca cuento de ciencia ficción todo lo anterior es una realidad que tenemos que reflexionar y sobre todo actuar en consecuencia si no queremos sufrir las fatales consecuencias de nuestros actos. La contaminación no solo se produce por agentes como los anteriores nombrados, también el ruido es contaminante cuando suenas el claxon de tu automóvil u otro tipo de ruidos fuerte como los horrendos cohetes caseros fabricados con pólvora y que por lo regular todas las mañanas nos despiertan con una crisis de nervios a chicos y grandes, principalmente a bebes recién nacidos, cohetes tirados por personas inconscientes bajo cualquier pretexto principalmente por motivos religiosos que por desgracia en nuestro municipio se padece mucho de esto. Aparte de la contaminación por su fuerte sonido de los cohetes, la pólvora que se quema también es contaminante directa a nuestro precioso medio ambiente. Los castillos que también se queman durante las festividades religiosas no deja de ser un fuete contaminante, práctica que por amor a nuestro semejante tiene que terminar si en verdad los que se dicen católicos aman a su prójimo como marcan las santas escrituras. Urge dejar de contaminar pues de no ser caso a todas las llamadas de antención que nos da nuestra madre naturaleza y su santo creador, muy pronto podríamos arrepentirnos siendo demasiado tarde para ello.
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