Por Arturo Fernández Ramírez
Aunque muchas páginas se han dedicado ya al hoy presidente electo de Estados Unidos, vamos a plasmar nuestro punto de vista en torno a este acontecimiento de eco mundial.
Estados Unidos se ha caracterizado por ser un país racista, por lo que no extraña que el discurso del hoy presidente electo desde cuando fue precandidato se haya distinguido precisamente por eso.
Pero, tal y como se esperaba, una vez que supo que había ganado las elecciones, moderó su discurso, asumió una postura más conciliadora, dejando de lado la dureza, rudeza y belicosidad de las palabras que durante meses estuvo pronunciando en todos los foros.
Queda claro entonces que como muchos analistas políticos lo expresaron, su discurso fue parte de su estrategia central que a la postre le funcionó para lograr su objetivo de llegar a la silla presidencial.
Y al decir que su discurso duro fue solo parte de su estrategia política, no estoy diciendo que no vaya a emprender acciones anti inmigrantes, claro que lo va a hacer, solo que debemos tomar en cuenta que aun cuando hubiera ganado Hillary, también las iba a llevar a cabo, tal y como lo han hecho prácticamente todos los presidentes de aquel país.
Dicho en otras palabras, pudiéramos decir que Donald Trump a diferencia de su opositora Hillary, decidió pensar en voz alta, su estrategia la basó en no ocultar el verdadero sentir que los estadounidenses tienen contra los que no son nacidos ahí.
Porque por ejemplo, el famoso muro, no hay nada nuevo en el mismo, ya que desde hace años fue construido o se ha ido construyendo de tramo en tramo, quizá lo que ofendió del discurso fue que México lo pagaría, pero ahora como presidente electo, se ha dicho que el Congreso de Estados Unidos conseguirá los recursos para ello, incluso se ha afirmado que desde hace tiempo ha habido dinero etiquetado para la construcción del muro, solo que los presidentes no lo ejercían.
Sobre expulsar a quienes están de manera ilegal, de igual forma, siempre se ha hecho, nuestros paisanos sufren la persecución desde que pisan el territorio estadounidense, en la frontera tienen que sortear muchos riesgos y ya estando dentro, evitan ir a lugares donde saben la migra los puede aprehender con más facilidad. Con todo y eso, en forma permanente existen redadas policiacas que dan como resultado la deportación de miles connacionales.
Por otro lado y en relación a la economía de nuestro país, desde que tengo uso de razón, siempre hemos ido de crisis en crisis, no podemos salir de una cuando ya nos llega otra.
Y además, si bien con la globalización los acontecimientos de un país pueden tener repercusiones en otros, no podemos pasar por alto que en el caso de México, la corrupción y la impunidad, han sido las causas determinantes de la mayoría, si no es que de todas, nuestras crisis económicas, políticas y sociales. Estamos pobres porque la clase gobernante es corrupta y se protege así misma ¿cuántos casos de saqueo al erario público ha habido en la historia de México y cuántos han sido castigados?
Luego entonces, la llegada de Trump a la Casa Blanca no será la causa definitiva de otra crisis más de nuestro país.
Y aunque no es para alegrarnos por el triunfo de Trump, creo que tampoco es para sobredimensionarlo más de lo que en realidad merece. Eso, al menos, lo veo así. Comentarios y sugerencias al correo electrónico arturferam@hotmail.com
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