Muy a propósito del aniversario número 211 del natalicio de Benito Pablo Juárez García, mejor conocido como Benito Juárez, celebrado el pasado 21 de marzo de 2017, bien valdría la pena reflexionar en torno a su legado político y como funcionario público.
Todos sabemos que Benito Juárez nació el 21 de marzo de 1806 en el poblado de San Pablo Guelatao, población ubicada en la cadena montañosa ahora conocida como Sierra Juárez y entonces perteneciente a la jurisdicción de Santo Tomás de Ixtláncotoyol en el estado de Oaxaca (en el presente el municipio de Guelatao de Juárez). Sus padres eran indios de la raza primitiva del país.
En este sentido, el ser de raza india y haber llegado a ser Presidente de la República en una época de fuertes convulsiones sociales y políticas de México, lo hace ya un personaje destacado.
Y podemos hablar mucho de Juárez dado que parte de su vida representa momentos cruciales de la historia de nuestro país, pero creo que analizando nuestros tiempos, nuestro sistema político actual, sería bueno destacar sus principios que como político y como funcionario público plasmó en su actuar.
Juárez fue enfático en señalar que la función pública no debía ser aprovechada para la corrupción ni para enriquecerse en forma deshonesta, hablaba de la "honrosa medianía".
Siendo gobernador de Oaxaca, en un discurso pronunciado ante la X Legislatura, al abrir el primer periodo de sus sesiones ordinarias, el 2 de julio de 1852, señaló: "Bajo el sistema federativo los funcionarios públicos no pueden disponer de las rentas sin responsabilidad; no pueden gobernar a impulsos de una voluntad caprichosa, sino con sujeción a las leyes; no pueden improvisar fortunas ni entregarse al ocio y a la disipación, sino consagrarse asiduamente al trabajo, resignándose a vivir en la honrosa medianía que proporciona la retribución que la ley haya señalado."
Es decir, Juárez rechazó la corrupción, exigió responsabilidad, rectitud, legalidad, trabajo y honradez para todos los funcionarios públicos.
Resulta claro que todos estos principios juaristas distan mucho de la realidad que se vive en nuestro país, donde la corrupción permea a la mayoría de las instituciones, donde los medios informativos dan cuenta de las grandes e insultantes fortunas que altos gobernantes logran amasar en tan solo un periodo de gobierno. Los más recientes casos de ex gobernadores son la muestra más clara que nuestro sistema político actual choca abiertamente con los principios que quiso sentar Benito Juárez.
Y si a lo anterior le agregamos las políticas de saqueo, entreguismo y venta del patrimonio de la nación a través de las privatizaciones de nuestros recursos naturales, más choque se genera entre nuestros tiempos y lo que pedía Juárez para todos los funcionarios públicos.
Por eso el título de esta columna "¿siguen vigentes los principios juaristas?". La respuesta que nos viene en forma inmediata a la mente es que no, que nuestros gobernantes actuales han olvidado a su conveniencia dichos postulados y se despachan con la cuchara grande cuando de disponer de los recursos públicos se trata.
Sin embargo, creo que sí están vigentes estos principios juaristas, lo único que falta es que México despierte, tome el ejemplo de los grandes héroes nacionales que a través de la historia ha tenido México, como Juárez por supuesto, y hagamos valer estos principios, es necesario que así se gobierne en México, en nuestras manos está lograrlo. Ojala que realmente podamos hacerlo. Comentarios y sugerencias al correo electrónico arturferam@hotmail.com
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