Por Federico González Alfaro
Funcionarios públicos sinvergüenzas han existido desde hace mucho tiempo en Jalisco y Sayula no es la excepción de la regla.
En cada Estado, en cada municipio de México, una facción de vividores detenta los engranajes oficiales que nutren y protegen al narcotráfico. Son un grupo de gavilleros que simulan que se agrupan en partidos políticos, cuando todos, tienen el mismo ADN en sus venas. La sinvergüenza.
Me toco vivir de cerca semejante podredumbre cuando tuve el honor de presidir la mesa regional de Seguridad Publica y ser miembro de la mesa Estatal de los Derechos Humanos en un proyecto llamado la Gran Alianza por Jalisco.
Cuando el Gobierno del Estado, se atrevió a convocar liderazgos en todo el Estado, se llevo una sorpresa mayúscula. Los ciudadanos, le salimos respondones. Demostramos en muy poco tiempo, que éramos mejores, estábamos mejor organizados, y sobre todo, mucho mejor preparados que nuestras contrapartes gubernamentales y lo peor del caso, NO TENIAMOS LAS MANOS ATADAS POR ELLOS, POR LA DELINCUENCIA ORGANIZADA NI DESORGANIZADA. Algo que les dio verdadero pavor.
La mesa Estatal de Seguridad Pública, inmediatamente la vincule a Naciones Unidas. Sabedor de la corrupción institucional, busque y obtuve el apoyo de las más altas esferas de seguridad no solo nacionales, me atreví a pedir lo que se consideraba imposible o un tabú, solicite y obtuve un fuerte y verdadero apoyo internacional.
En la Mesa Estatal de los Derechos Humanos, el caso fue igualmente espectacular. Guillermo Zepeda Lecuona, Raquel Gutierrez Nájera, Rogelio Padilla, Jorge Rocha, el ITESO, la U de G, al Arzobispado de Guadalajara, el IMDEC, el CEPAD, entre otras organizaciones, hicimos un gran equipo. De igual forma, ligamos nuestro trabajo a organismos internacionales. Vino el presidente del Tribunal Latinoamericano del Agua y lo llevamos a la cuenca del Río Santiago. Con la sorpresa, que estando frente a la escuela Mártires del Rio Blanco, el mismísimo presidente del Tribunal se estaba intoxicando por la contaminación. Se le cerró la garganta, no podía respirar. Ya se imaginaran el susto y el escándalo que hizo el Gobierno del Estado. Nos reclamo que la ropa sucia se lava en casa, que "estábamos" dejando en "ridículo al Estado y al país. Jajajajaja, ¡¡¡¡¡Hola!!!!
Los roces con el Gobierno del Estado se hicieron cada vez más intensos en ambas mesas de trabajo. El apoyo internacional, que recibíamos era cada vez más fuerte y decidido. En mi mesa de Seguridad, un alto funcionario de la ONU, me solicito venir a Jalisco a dar una conferencia a los diputados del congreso del Estado en materia de Seguridad. Esa fue la gota que derramo el vaso. Leonardo Garcia Camarena, el entonces coordinador general de la Gran Alianza por Jalisco, muy asustado, me dijo que si el pueblo de Jalisco no solicitaba la presencia de Naciones Unidas en el Estado, que se quedaran donde estaban. Como mi pecho no es bodega, di la respuesta del representante del Gobierno Estatal a Naciones Unidas. El resultado, fue la destitución del coordinador y delfín del entonces Gobernador, aunque dudo que reconozcan que esa fue la verdadera causa. Pero, las coincidencias no existen. El escándalo llego hasta la Presidencia de la República.
Fue tal la presión que ejercimos en todos los frentes y en todas las mesas, que el Gobernador acabo por disolver el programa de la Gran Alianza por Jalisco. En poco tiempo, los habíamos metido en verdaderos aprietos. Fracaso Arcediano, la cuenca del Río Santiago se posiciono en el plano internacional, Naciones Unidas se involucro directamente en los problemas de Seguridad del Estado, le llovía por todos lados al Gobierno de Jalisco. Jamás, ni remotamente, se imaginaron que unos simples ciudadanos les fueran a levantar de tal forma el telón de su teatro.
Nunca más, se han atrevido a volver convocar a los verdaderos liderazgos de Jalisco. Les estaba saliendo verdaderamente caro el experimento. Les resulta más seguro trabajar con organismos y personajes a modo, como siempre lo habían y siguen haciendo.
El diagnostico que les hicimos en seguridad, los dejo fríos. No tenía que ir muy lejos para descubrir el hilo negro del narcotráfico en Jalisco. El problema nacía en las mismas instituciones del Estado. Esto no lo decían unos simples ciudadanos. Lo confirmaban los principales expertos en seguridad internacional. Ni para donde hacerse.
El narcotráfico en Jalisco, solo se ha venido reacomodando, readaptándose a las nuevas formas del juego. Los 80´s y 90´s fueron sus años de esplendor. Este "desarrollo" jamás se pudo alcanzar sin el apoyo y protección gubernamental. Estas relaciones, les permitieron a los capos del narcotráfico incursionar no solo en el hábito político, crearon vínculos con empresarios del ramo de la construcción y agropecuario, principalmente.
Al ir desapareciendo por causas naturales o por simple cansancio, los antiguos "liderazgos" políticos y "empresariales", aunada a la detención y/o ejecución de los líderes fundadores del narcotráfico. Las relaciones entre los cachorros se han empezado a deteriorar. A varios "herederos" de "políticos" y "empresarios" simplemente no les salieron las cuentas. Al no tener la protección de sus frondosos árboles, fueron y están cayendo en desgracia con unos "socios" cada vez más violentos e impacientes.
Cada cartel en México, tiene una forma muy particular de operar. Eso, lo saben los órganos de inteligencia y seguridad del Estado. Prefieren concentrarse en los subgrupos y células más violentas y seguir fingiendo al te busco y no te encuentro.
La presión internacional es cada vez mayor. Casi todos los actores han cambiado, los "canales de comunicación" simplemente ya no son los mismos. TODO el gobierno sabe está siendo vigilado con lupa. Los príncipes ligados al narcotráfico (casi todos los gobernadores) están siendo investigados, perseguidos y serán condenados. Si eso le pasa a la "realeza gubernamental" que le irá a suceder a sus múltiples y variopintos "plebeyos".
Ya nadie está a salvo del largo brazo de la Ley norteamericana y europea.
La violencia, como es lógico, brota por todos lados. Ya nadie tiene asegurado nada.
Saben que si no caen ahora, caerán mañana. Los más tristes son los lavadores, los policías y los funcionarios públicos ligados a la delincuencia organizada. Pobres, a mayor presión, más peligro para ellos. Sus "socios", necesitan cada vez más de efectivo y protección, los van a llamar o ya los están llamando a cuentas como acostumbran. No hay dinero fácil, ya lo entenderán de la peor manera. Ni para donde se hagan, ni con Dios ni con el Diablo.
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