Antecedentes de la Independencia
en Sayula; finales del siglo XVIII
Reportaje de Investigación de Rodrigo Sánchez Sosa, Cronista de Sayula
El próximo mes celebraremos un aniversario más de nuestra independencia. Es importante hacer una reflexión profunda al respecto dado el contexto social, político y económico por el que cruza nuestra nación. Lamentablemente, esta fecha se ha reducido a mero folclorismo de estereotipos para turistas, de clichés mercantilistas con que se vende la imagen de nuestro país al mundo, algo humillante que definitivamente no nos representa en toda nuestra complejidad como cultura ni es justo con la gloriosa historia de este país tan noble. Si las personas de finales del siglo XVIII y principios del siglo XIX pudieran ver el concepto que tenemos de la lucha de Independencia que surgió por esas fechas y culminó en 1821, se sentirían más que confundidos, muy decepcionados. Nuestro nacionalismo de suvenir está muy lejos del contexto histórico que dio origen al México Independiente y su identidad colectiva. Les sería no sólo extraño, sino totalmente ajeno, a los hombres de aquel tiempo, los grades sobreros, los enormes bigotes tipo prusianos del siglo XIX, los sarapes de colores chillones y hasta el mismísimo mariachi con sus trompetas caribeñas, sin contar con que no entenderían por qué el futbol se asociaría a la lucha que ellos comenzaron hace más de 200 años. Por supuesto que sería imposible resucitar a uno sólo de aquellos hombres que pelearon por la independencia de nuestro país; pero, es perfectamente posible que nosotros nos pongamos en su lugar, conociendo el contexto histórico que dio origen a esa lucha, para poder sentir como ellos y juzgar nuestra forma de recordar a los hombres, mujeres y niños que murieron para darnos esta patria que hemos convertido casi en una caricatura, al menos en la imagen que damos al mundo de nuestra identidad, en muchos casos por estas fechas. Y que mejor abordar ese tiempo desde la historia regional para sentirnos más involucrados. Cómo se vivió el preludio a la lucha de Independencia en Sayula:
" La situación de los mestizos, indígenas, mulatos y otras castas en Sayula y la región, no difería mucho políticamente de la de los criollos… con respecto a los españoles peninsulares; pero los primeros estaban lejos de tomar conciencia política y social de su situación por la ignorancia generalizada, la pobreza y las condiciones de explotación en que la mayoría vivía. Empujados a las más miserables condiciones de vida, la gran mayoría, se refugiaban en la fe, apacentados por la religión. Algunos grupos de estos, cada vez más numerosos, ante la situación desesperada de su existencia o por franca rebeldía, desafiaban el orden establecido, convirtiéndose en salteadores de caminos, haciendas y pueblos, volviéndose legendarios bandidos algunos de ellos. La concentración de la riqueza en pocas manos y las restricciones déspotas del estado español, desataron la violencia, tanto por la necesidad de sobrevivir como por la necesidad de autoafirmación y reconocimiento. Los desposeídos tenían una agenda política y social distinta de los criollos, aunque no se dieran plena cuenta de ello. Los primeros, influidos por los ideales liberales de la Europa ilustrada, planeaban reformas que les hicieran justicia como clase social y al mismo tiempo modernizaran el orden político y económico; los segundos, en una situación desesperada, no podían planear ni hablar de reformas, sino de una necesidad apremiante, una solución radical, una revolución social, política y económica que los liberara del yugo que padecían, cuya consecuencia inevitable, llevaría a una conciencia nacionalista e independentista. Los intercambios entre estos dos sectores, dieron a los criollos la confianza de una base social e identidad (distinta a la del peninsular) y a los mestizos, comunidades indígenas, mulatos y castas, un discurso y plataforma política, una base ideológica y principios más sofisticados de logística y organización. Los salteadores y ladrones, organizados en gavillas, hablaban ya de la "gran causa" a principios del siglo XIX, como el motivo de sus despojos. Los criollos como Montenegro argumentaban el saqueo español y el empobrecimiento del pueblo como premisas válidas para exigir cambios significativos en el sistema virreinal.
Mientras Juan Antonio Montenegro (Sayulense que fue acusado en la ciudad de México de armar la primera conspiración independentista en La Nueva España, mucho antes que Hidalgo) era juzgado en la ciudad de México por la Santa Inquisición en 1794, en Sayula se mencionan dos asaltos de gavillas de bandoleros a la ciudad, una en el propio año y otra en 1795; por el rumbo de Zacoalco, las actividades de gavillas de bandoleros eran más intensas. Por la Sierra del Tigre y la ribera del Lago de Chapala en la región, hacia 1800, se hizo famosa una banda de salteadores:
´…asaltaba una famosa gavilla de bandidos capitaneados por Martín Toscano y Francisco Gil que, según la tradición (oral) llegaron a robar cantidades de dinero considerables…hacia los años 1803 y 1805 fueron capturados de forma inesperada, por el caporal de la hacienda de la Guaracha, Serafín Ceja, y fusilados, Toscano en México, y Gil en Guadalajara…Toscano afirmaba que robaban para la "causa grande" (deduciéndose que se refería a la revolución de independencia) …´
(F. Munguía Cárdenas)
Todo comenzaría con la invasión militar en marzo de 1808, de Francia a España, para tomar Portugal. Luego de que Napoleón tomara el poder en Francia, intentaría apoderarse de toda Europa. Inglaterra se le opondrá y entraran en una guerra comercial, decretándose bloqueos por parte de ambas naciones para intentar someter una a la otra. Portugal hace alianza con Inglaterra y Francia la toma militarmente en 1807; para ello pasa por España y la toma también. El rey español Carlos IV abdica en favor de su hijo Fernando VII, y este es tomado prisionero por Napoleón, obligándolo a renunciar a la corona española a favor del hermano de Napoleón, José Bonaparte. Esto deja acéfalo al imperio. En España se forman juntas de ciudadanos en las provincias para resguardar la soberanía. En la Nueva España surgen dos posturas, la de los peninsulares que proponen que todo siga igual en el virreinato hasta que regrese el rey, y la del Ayuntamiento de México que propone juntas ciudadanas como las de los liberales en España.
Los criollos ilustrados del ayuntamiento de la ciudad de México apelan a la doctrina del ´pacto social´, que seguramente en Sayula conocían los criollos de la tradición política española y la vanguardia ideológica. Existe, dice esta idea, un pacto indisoluble entre el rey y la nación, por la que esta otorga su soberanía al soberano de manera irrevocable. El rey no puede desconocer el pacto, ni el pueblo puede arrebatarle la soberanía que concedió al Monarca. Si el rey llegase a ausentarse, la nación asumirá su propia soberanía, pero una vez que éste volviese, cesa este derecho. Esto no era propiamente una idea francesa de la ilustración, el ayuntamiento de la ciudad de México se refería a la tradición democrática española, fundamentada en el juznaturalismo racionalista y las leyes castellanas en las que se asentaba, producto de antiguas legislaciones del rey Alonso el Sabio. El ayuntamiento propone una solución lejos del radicalismo liberal.
El oidor Jacobo Villaurrutia, propone la integración de un congreso con 18 delegados, donde estén representados la nobleza, el clero, la milicia y los propietarios de minas españoles, con dos representantes del gobierno general y dos del ayuntamiento. Una oligarquía que gobernaría en ausencia del Monarca la Nueva España, hasta que regresase Fernando VII. Por su parte, los criollos, proponían a través del Licenciado Primo de Verdad, que el congreso lo formaran representes de todos los cabildos, con representación de autoridades superiores y otros grupos sociales. Pese a que el virrey Iturrigaray simpatiza con la postura del ayuntamiento, los criollos ricos ven esta prepuesta con preocupación y desconfianza, temiendo se radicalicen las aposturas del ayuntamiento. En 1808 Gabriel Yermo da un golpe de estado y substituyen al virrey, se convoca a la Real Audiencia de México y se somete la Nueva España a la Junta de Gobierno de España, terminando así con la reforma pretendida,
Pedro Garibay es nombrado virrey, para luego ser destituido por la Junta Central de España y nombrado por esta, el arzobispo Francisco Lizana. Otra conspiración derroca al virrey Lizana y lo substituye por Francisco Xavier Venegas, aplicando mano dura en el gobierno de la Real Audiencia. Las posturas cerradas de la Real Audiencia y los criollos ricos, dieron origen a conspiraciones como la Conjura de Valladolid, que proponía un gobierno más representativo que conservara la soberanía del Fernando VII, y atraía a los campesinos con la promesa de la abolición de impuestos. García Obeso y José María Michelena, cabecillas del movimiento fueron encarcelados y luego liberados por el virrey en 1809; Pero, la Conjura de Valladolid ya había contactado con otra conspiración en Querétaro, donde iniciaría el movimiento de Independencia.
Lo más probable es que en Sayula, todas estas intrigas políticas fueran conocidas por los criollos ricos allí avecindados. Las posturas debieron también dividirse entre estos, tomando partido a favor y en contra de los ideales propuestos por el ayuntamiento y la audiencia de México. Es posible que aquellos que simpatizaban con los liberales, comenzaran a hacer proselitismo entre los indígenas locales, los mulatos y las castas clandestinamente, a favor de un gobierno más representativo que proponían las reformas de Primo de Verdad y la conjura de Valladolid. Igual hacían aquellos criollos vecinos de Sayula que deseaban un gobierno oligarca y conservador representado por ricos acaudalados de su clase y peninsulares sometido a la Junta Central española. Lo cierto es que una vez que se corrió el rumor del alzamiento del cura Hidalgo en 1810, el impacto social en la comuna de Sayula fue devastador:
La noticia llegó a Sayula una semana después del grito de Dolores, la trajo una diligencia que iba rumbo a Colima. Sayula, pueblo conservador y con gran número de españoles entre sus vecinos, se aterrorizó. Las noticias eran que un Insurgente de la región de Michoacán, José Antonio Torres, avanzaba asesinando españoles por el rumbo de Mazamitla y la ribera del Lago de Chapala, al grito de ´¡Viva la virgen de Guadalupe y mueran los gachupines ! ´ "
(Del libro inédito "Sayula: del Antiguo Tzaulan al Sayula de los Pérez Rulfo.")
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