lunes, 4 de septiembre de 2017

        LA CUESTA DE AGOSTO POR INICIO DE CLASES

Por Arturo Fernàndez Ramìrez

Es cierto que los programas sociales de los gobiernos en materia de útiles escolares ayudan mucho en la economía de las familias, puesto que en definitiva logran un ahorro significativo al no comprar lo que en estos programas se les entrega.
Sin embargo, debemos reconocer que no es suficiente para que muchas familias sigan padeciendo problemas económicos en estas fechas de inicio de clases.
En efecto, al inicio de cada ciclo escolar las familias padecen la que se ha dado en llamar la cuesta de agosto, ya que se tiene la necesidad de comprar más cosas para que los hijos puedan asistir a clases.
Los uniformes por ejemplo es un gasto que tienen que hacer, además de otros útiles que son solicitados por algunos maestros como complemento de sus clases.
En el caso de los uniformes algunos municipios de Jalisco otorgan este apoyo, pero no todos, ya que sus arcas públicas no se los permite, tal es el caso de Sayula.
La Mochila con útiles es un programa estatal en el que participan los municipios con el 50% de su costo, por lo que de alguna manera esto ha dado como resultado que el beneficio lo reciban a nivel estatal, pero los uniformes no, porque solo quienes están en condiciones de otorgar este apoyo lo hacen.
Ahora bien, la Mochila con útiles aplica hasta el nivel de secundaria, por lo que en el caso del bachillerato y profesional, se tiene que hacer el gasto no solo de los útiles sino también de la bibliografía que soliciten los docentes.
Considero que es necesario seguir luchando para que la educación pública sea gratuita, tal y como lo mandata la Constitución en su artículo 3.
Porque es claro que el factor económico en muchas familias sigue siendo causa del analfabetismo o deserción escolar que tenemos en México.
Es necesario que el gobierno se dé cuenta que invertir en la educación es la mejor opción para mejorar las condiciones de vida de los mexicanos.
Hemos visto cómo los medios de información dan cuenta de los miles de millones de pesos que se destinarán al sistema político, léase INE, partidos políticos y campañas, lo que resulta un insulto a los millones de pobres de nuestro país.
Invertir más en la educación daría como resultado menos inversión en las campañas políticas porque se evitaría o disminuiría la manipulación y compra del voto de los sectores sociales más vulnerables por su situación económica. O ¿será acaso por eso que a nuestro sistema político no le conviene invertir más en educación para evitar que la sociedad despierte y se dé cuenta de la forma en que saquean el erario público muchos gobernantes que dando migajas en campaña compran conciencias para después cobrarlas muy caras? Usted, estimado lector, saque sus propias conclusiones. Comentarios y sugerencias al correo electrónico artuferam@hotmail.com

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