Por Federico González Alfaro
Las comparsas del Carnaval de Sayula, se han convertido, para asombro de propios y extraños, en una fiesta cerrada y elitista.
El negocio y no solo es del ayuntamiento en turno, es de cualquier particular que tenga una propiedad sobre la Avenida Ávila Camacho Oriente. Es bastante común, a lo largo de dicha vía, que cobren por ocupar un espacio. Los turistas y habitantes de Sayula, se deben concentrar, en los escasos espacios "públicos" para poder disfrutar de un espectáculo que se suponía era gratuito. Sin embargo, estos peleados lugares (las esquinas de la Avenida), también son acaparados por comerciantes y vehículos de todo tipo y tamaño.
Qué lejos se ven aquellos tiempos donde todos, podían disfrutar gratuitamente del espectáculo público más apreciado del carnaval de Sayula.
Fue el mismo ayuntamiento, el que comenzó a "privatizar" las comparsas, con el pretexto de recuperar la inversión. Algo que por cierto, nunca sucede, ya que siempre se reportan pérdidas millonarias. Así que el "negocio" de las comparsas fue instituido por las mismas vivas o "vivales" autoridades municipales. A fechas recientes, es tal el descontrol, que esta fiesta popular, ya se convirtió en una pesada carga financiera para el municipio.
En Sayula, sucedió exactamente lo mismo que en Sevilla. Los sevillanos con resignación, dicen que sus fiestas tienen "duende" o en decir, tienen su "dueño". Los turistas, al igual que en Sayula, se quedan desconcertados. Tanto Sevilla, como Sayula, se crearon una muy merecida mala fama de fiestas de paga. ¿Por qué en la demás ferias Andaluzas o del Sur de Jalisco no sucede lo mismo, sino al contrario, crecen cada día más?
La feria de Abril de Sevilla cumplió 170 años, la de Sayula es un tanto contradictoria pero puede tener más del siglo. En Sevilla fue un noble el primero que decidió, por puro gusto, instalar un lujoso toldo para disfrutar del ambiente, pero en un espacio "privado". Se "apropio" de la calle de San Fernando (la Ávila Camacho de Sayula), su ejemplo, fue inmediatamente replicado como en Sayula. La feria de Sevilla y las comparsas de Sayula dejaron de ser una fiesta netamente popular, para transformarse en una propaganda "social", en un negocio de vivales.
¿Se podrá corregir el rumbo? Lo dudo. Con unas autoridades tan "complacientes", ya se perdió por completo el control de las comparsas y por lo tanto, de las fiestas mismas.
En Sayula, un regidor sin una gota de cultura, sin más oficio de mostrar sus enormes carencias en cada sesión del cabildo, tiene en sus manos el "rescatar y engrandecer" a la fiesta popular más importante de la Sayula contemporánea. A todas luces, se ve que seguirá reportando enormes pérdidas al patrimonio financiero de la ciudad. Su reinado pronto terminara y volverá a ser lo que siempre ha sido, una persona inculta, sin una gota de educación, un paleto cualquiera carente de gracia alguna. Lo que no mide este risueño regidor, es que en la próxima administración municipal, es seguro que un verdadero equipo de ciudadanos honestos, va a ocupar su lugar.
Uno de los primeros puntos a tratar, será, sin ninguna duda alguna, exigir una revisión exhaustiva de las cuentas reportadas en la organización de las fiestas del carnaval. Entre otros pendientes que le despojaran el sueño.
A este risueño personaje, pronto se le va a quitar su sonrisa, el letargo y algo más, ya se lo recordare. Al tiempo, al tiempo. Le queda menos de un año para seguir haciendo el ridículo. Después, después, tendrá que pagar varias cuentas pendientes. Y las va a pagar, se los aseguro.
(Fotografía, Archivo de Horizontes)
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