Recrudecida violencia que vive México,
tiene rebasado al gobierno
Por Héctor Alfonso Rodríguez Aguilar
Las recientes noticias entorno a una emboscada por parte del crimen organizado contra la policía en el estado de Michoacán donde hubo un saldo 14 policías muertos y un tanto más de heridos, nos habla del clima de violencia y descomposición social que vive aquella entidad de la república mexicana. Pero no sólo se está dando este problema en esta zona de México sino que la inseguridad y el crimen está generalizado en todo el país.
Lejos está aquel país (México) que todas sus regiones, pueblos, caminos y parajes eran apacibles o sólo en algunos casos excepcionalmente peligrosos. Hoy casi de forma común o generalizada en cualquier pueblo, camino, carretera hay posibilidad de que cualquier ciudadano pueda sufrir un acto de violencia, sea robo, secuestro, extorsión, asalto, asesinato o un una bala perdida de una arma que haya sido accionada en otra parte.
Existen estados de la república (provincias) que son mayormente inseguras como son Michoacán, Guerrero, Tamaulipas, Sinaloa, Colima, Morelos, Jalisco, Chihuahua, Guanajuato, Zacatecas, Veracruz. Así como ciudades que por la inseguridad se vuelve precautorio andar en ellas, como Ciudad de México, Tijuana, Reinosa, Fresnillo, Matamoros, Ciudad Juárez, Apatzingán y zonas territoriales especificas en los estados peligrosos.
En la coyuntura actual que vive México, en el plano social, es de un tiempo tristísimo. Sufren las familias, las mujeres, los niños el clima enrarecido social que les toca vivir. Realmente está violencia ciega que repunta estadísticamente día a día, nos habla que como mexicanos nos estamos matando entre hermanos. El promedio diario de muertes por asesinato violento son de 90 aproximadamente en todo el país.
Hay entidades (estados o provincias) donde este problema tiene rebasado a las autoridades gubernamentales (seguridad y policía). Existen estados como Michoacán donde su sociedad cuestiona fuertemente la nula capacidad de su gobierno (gobernador) para enfrentar este flagelo que vive aquella entidad.
Con respecto a la administración pública federal, que encabeza el presidente de la república, ha tomado medidas pertinentes al respecto, como es la creación de la Guardia Nacional, los apoyos sociales como son ayudas económicas para adultos mayores (ancianos), estudiantes, personas con discapacidad y marginados sociales como los jóvenes denominados NiNis: que ni trabajan ni estudian. Esto ha sido un apoyo para bajar descontento social, robos y demás, pero aún ha dejado mucho que desear la actual administración federal en materia de seguridad.
Recientemente en este clima convulso que se vive, como focos rojos en algunas regiones del país, se aprobó en la legislatura estatal de Oaxaca la despenalización del aborto o conocida también como interrupción del embarazo. Este hecho junto con el aprobado en la capital de la república (Cd. de México) da como resultado dos entidades que permite a las mujeres practicarse el aborto en embriones de 10 a 11 semanas de gestación. Este hecho que trae consecuencias filosóficamente denominadas fenomenológicas, crea una situación para esas entidades y para todo el país denominado como ley de causa y efecto (a toda acción viene una reacción) en razón que existen leyes universales que nos rigen (lo creamos o no) que al violentarlas o infringirlas nos cobrarán factura tarde que temprano, y eso es lo que le está sucediendo a México, que está "pagando" el infringir leyes que le acarrean esta gran violencia que vivimos, y que no vemos que pudiera terminar.
Esperamos pronto se pueda solucionar este grave problema de la inseguridad en que vivimos (pacificación del país). Para ello se pueda convocar a una gran asamblea que junto con el gobierno federal y de los estados, importantes instituciones como la Iglesia católica, las universidades, los empresarios, el ejército nacional y la armada de México, los partidos políticos, intelectuales, los grupos de activistas sociales mexicanos (ONGs), organismos de derechos humanos, instituciones internacionales como la ONU, la OEA, el Vaticano y protagonistas sociales internacionales como ex presidentes de repúblicas hermanas, premios nobel o el Papa, etc. Que puedan convocar para esa asamblea, donde todos esos actores pongan las bases de una estrategia (concenso) para llegar a una paz y equilibrio duradero para México, que tanto urge para miles de ciudadanos mexicanos que cada día viven con zozobra y padecen esta realidad existente.
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