Federico Munguía Cárdenas, referente obligado en la historiografía de Sayula y la región
Reportaje de Investigación de Rodrigo Sánchez Sosa, Cronista de Sayula
Como un pequeño homenaje en este espacio al recientemente fallecido Federico Munguía Cárdenas, reproducimos en este espacio una de las tantas entrevistas a la revista Proceso de la ciudad de México, que se le realizó en Sayula. Descanse en Paz don Federico Munguía, decano del periodismo local y cronista emérito de Sayula. quien allende de cualquier crítica, su trabajo habla por sí mismo. De la vieja guardia de la historio grafía, Federico fue riguroso recopilador de nuestra historia, sus libros nos muestran un pasado visto desde la perspectiva de académicos e historiadores que él admiraba y fueron sus maestros, como Del Paso y Troncoso, con una influencia de la escuela positivista comtiana desde donde se reconstruía en base a documentos e investigaciones minuciosas, la historia nacional y regional. Federico Munguía en sus últimos años, era un hombre apacible y noble, la erudición que había ganado con años de trabajo, no la presumía ni mucho menos; era generoso con quienes se acercaban a él para pedir su ayuda con trabajos de investigación para grados académicos, estudiosos nacionales y extranjeros de nuestra historia. En lo personal, a este servidor le ayudó desinteresadamente, siempre animándome a mantener el entusiasmo y el amor por Sayula y su historia. Por muchos años cronista de Sayula, confesaba más con pena que con presunción que Juan Rulfo lo llamó maestro alguna vez, cosa que él no creía merecer, pues se reconocía como alguien que no tenía estudios formales de historiador, lo cual no lo limitó de hacer historia y convertirse, para los estudiosos de la región, en cita obligada, por su libro la Provincia de Ávalos; y para los estudiosos de Rulfo, en voz autorizada e informada. Con Munguía Cárdenas termina una época, una historia del Sayula del siglo XX y comienza otra en el siglo XXI, un Sayula enfrentado al deterioro ecológico, la decadencia social y moral producto de la incursión del crimen organizado, la generalización de la ignorancia, las drogas, el deterioro de la educación, la salud pública y la asistencia social. Uno de los logros de la generación anterior a la que pertenecía Federico, fue la dotación de servicios públicos (Agua, drenaje, luz…) educación, deporte y salud al municipio, ramas todas hoy en crisis, paradójica y tristemente.
SAYULA, JAL - Más allá de las impresiones y leyendas sobre la vida y obra de Juan Rulfo, hay datos históricos ineludibles como los que aporta el historiador, escritor y periodista jalisciense Federico Munguía Cárdenas. Juan Rulfo aparece así no sólo como uno de nuestros más grandes escritores sino como uno de los puntos fundamentales en el desarrollo de familias que han sido relevantes en Jalisco a lo largo de dos siglos. En entrevista realizada en dos sesiones en su estudio atiborrado de libros y una colección de periódicos antiguos, Munguía Cárdenas rastrea el árbol genealógico de Juan Nepomuceno Pérez Vizcaíno y asevera que, a primera vista, "uno estaría tentado a aseverar que mientras los Rulfo dieron sobre todo funcionarios, de los Vizcaíno surgieron caciques. El primer Rulfo del que tengo noticia es don Juan Manuel Rulfo que nació en 1784 en Querétaro; durante la guerra de Independencia fue delegado realista en Zapotlán (hoy Ciudad Guzmán) y tal como lo asienta en su historia Aniceto Zamacois, fusiló a muchos insurgentes de la región Don Juan Manuel, que llegó a ser el bisabuelo de Juan Rulfo, se acomodó perfectamente a la vida independiente y en 1830 ya se le podía ver en Sayula en un puesto de escribano público que era oficial y de gran reconocimiento" Juan Manuel de Rulfo se casó alrededor de la segunda década del siglo pasado con Mariana Pérez y tuvo cinco hijos: José María, Ignacio, Josefa, María de Jesús y María, ésta última abuela del gran escritor jalisciense "Allí se iniciaba una familia -asienta- que iba a tener una gran relevancia social en la llamada provincia de Avalos; una familia respetada, rica, de un gran carisma, pero al mismo tiempo de un sino trágico tal y como se puede comprobar en los efectos que tuvo la revolución de 1910 en sus posesiones y en el destino individual de varios de sus miembros"
Un paso más en la historia de Juan Rulfo lo dio el abogado Severiano Pérez Jiménez, originario de San Juan de los Lagos, que vino a radicar definitivamente a Sayula y contrajo matrimonio con María de Rulfo Pérez Parecía que la bonanza y honor de la familia estaban asegurados La hija de una familia importante en la región se unía a un joven privilegiado con una carrera profesiona. Si la fortuna se contara por el número de hijos entonces fueron más que afortunados A fin del siglo pasado y principio del presente dieron a luz a 12 entre hombres y mujeres Era ni más ni menos la prestigiada familia Pérez Rulfo: María, Juan Nepomuceno -padre de Juan Rulfo-, Victoria Esperanza, Jesús, Luis Benito, David, María Dolores, Julia, José Raúl, Rosa, Rubén y Mónica Tanto Victoria como Julia no alcanzaron siquiera los dos años de edad y Mónica murió el mismo día del nacimiento.
"Eran muy conocidos aquí en SAyula -afirma el historiador Munguía Cárdenas- no sólo por su origen social y por su riqueza sino por su simpatía y buena presencia Por ejemplo, Jesús Pérez Rulfo tenía el alias de "Totum Revolotum" porque donde quiera que estaba hacía relajo y provocaba alegría; cantaba, bailaba declamaba y era excelente organizador de juegos y fiestas. Mi suegro Leopoldo Anaya fue padrino de Confirmación de Juan Rulfo y me platicaba de la tía de éste, María Pérez Rulfo, que si no me equivoco era sordomuda Pero tenía dos grandes cualidades: era bellísima, según muchos testimonios, y además bailaba bastante bien, aun cuando no oyera la música En los bailes del pueblo todos se peleaban por bailar con ella. Y así podríamos seguir con los ejemplos -señala Munguía- Luis Pérez Rulfo era un alma de Dios; le decían "El Perico" por ser dicharachero, cuentero y hablador. El mismo David, aun cuando era de carácter violento, siempre fue obsequioso y amable con la gente, tal como yo lo recuerdo"
-¿Qué antecedentes tiene el apellido Vizcaíno en esta región?
-En primer lugar lo que le puedo decir es que ese apellido no es español, sino americano Hubo en esta región de Sayula una gran cantidad de españoles de Vizcaya; se repartieron por Tapalpa, San Gabriel, Tuxcacuexco, Tonaya, Toliman; y como la gente decía "allí va un vizcaíno", es decir, un originario de aquella región española, se empezó a usar el apellido Pero hay un dato más concreto Sebastián Vizcaíno, aquel gran explorador que fue elogiado por el Barón de Humboldt, y que descubrió Baja California, fue mandado, como premio a sus navegaciones, con el cargo de encomendero a Sayula Se trataba de un puesto de mucha importancia y de mucha influencia ante el Virrey Llegó y dijo: yo me llamo Vizcaíno Los originarios de Vizcaya no quisieron quedarse atrás y a partir de entonces el apellido Vizcaíno empezó a proliferar Estamos hablando de principios del siglo XVII
-¿Hay alguna relación entre ese Sebastián Vizcaíno y la madre de Juan Rulfo?
-Es difícil afirmar si hay o no una línea directa, sobre todo porque en los Vizcaíno no hay un tronco común No he estudiado mucho esta rama de la familia de Rulfo Apenas sé quién era el abuelo materno del escritor: se llamaba Carlos Vizcaíno Pertenecía a una familia de hacendados que adquirió aun mucho más poder con el matrimonio que contrajo con Tiburcia Arias, hija de otros hacendados de la región
Federico Munguía, miembro de la Sociedad Geográfica y Estadística del estado, comenta que la familia de Rulfo ha estado ligada durante 2 siglos al poder en Jalisco a través de cargos públicos relevantes y por medio de grandes riquezas de tierras A primera vista uno estaría tentado a aseverar que los Rulfo dieron preponderantemente funcionarios gubernamentales; y los Vizcaíno, hacendados y caciques
"Pero hay que considerar una cosa, señala Munguía: Severiano Pérez Jiménez y otros más de la familia Rulfo llegaron a adquirir tierras gracias a sus funciones públicas, es decir, se convirtieron en hacendados también ellos; sin embargo, no se pueden negar ciertas constantes: don Juan Manuel Rulfo tenía un cargo importante en el gobierno español y luego fue escribano; su hijo José María fue secretario del subprefecto de Sayula durante el gobierno de Maximiliano Posteriormente continuó la labor de su padre como escribano Severiano Pérez llegó a ser juez y a ocupar otros puestos importantes en Sayula De los hijos de éste, destaca David, quien luego de la guerra cristera se enrola en las filas de Avila Camacho y por él llega dos veces a ser diputado federal y jefe del Departamento de Policía y Tránsito en el Distrito Federal Luis, el hermano de David, destacó menos y nunca quiso salir de aquí, pero fue diputado local y delegado de Hacienda del Estado hasta su muerte
Por otro lado, don Carlos Vizcaíno es uno de los familiares que más se recuerda por estos rumbos De hecho fue dueño de Apulco, pueblo situado a unos cuantos kilómetros de San Gabriel En 1885 compró enormes extensiones de tierras que florecieron bajo su cuidado; era el típico hacendado patriarcal que aún cien años después es recordado por el pueblo con benevolencia
A don Carlos no sólo la revolución acabó con sus riquezas; también su fe religiosa, que le apuraba a comprar la salvación de su alma En 1892 prometió solemnemente levantar un templo en el mero Apulco Y apenas 18 años después vio logrado su propósito, metió prácticamente toda su fortuna -según apunta don Federico Munguía- y se quedó casi en la calle
"Se gastó incluso un capital que le había dejado su suegra doña Feliciana Vargas, esposa ésta de don Juan Arias: mandó traer adornos y aperos de Roma y, aún más, se llevó consigo en 1900 al padre Romero quien ayudaba en las obras del templo, en un viaje de seis meses por Europa de donde trajeron el modelo del altar mayor Cuando se bendijo la obra el 4 de julio de 1910 Carlos había invertido ya una fabulosa riqueza"
Se dice que el abuelo de Rulfo, en pleno auge de su hacienda, no sólo era piadoso para con Dios sino también para con sus trabajadores, a los que nunca les faltó trabajo manutención y sueldos justos El y su esposa Tiburcia Arias se constituyeron en benefactores de los huérfanos de la región
Don Carlos Vizcaíno murió el 13 de septiembre de 1921 y fue sepultado en San Gabriel
"Para ese entonces -acota el historiador- los Vizcaíno, al igual que los Pérez Rulfo, resistieron en carne propia la violencia de la revolución A don Severiano Pérez le quitaron toda la hacienda de San Pedro, rumbo a Tolimán, vecina de la hacienda de Apulco sin que los agraristas dejaran siquiera el casco de la finca El merodeo regular que hacía por esas regiones un sinfín de bandidos, en especial Pedro Zamora, retomado por Rulfo en sus cuentos, obligó a la familia a buscar un lugar seguro para vivir
"Esa hacienda fue administrada por el hijo de don Severiano, Juan Nepomuceno "Cheno", como le decían al padre de Rulfo, conoció así a su futura esposa Por la violencia revolucionaria se radicó junto con ella en Sayula, en la casa del coronel David Pérez Rulfo, ubicada en la calle Madero No 32, hoy calle Avila Camacho 124-A"
En 1923 fue asesinado Juan Nepomuceno, y entonces menos quiso la familia enredarse en problemas de reclamar sus antiguas riquezas Don Severiano Pérez murió en junio de 1924 En este mundo revuelto y amargo nació Juan Rulfo
Para el historiador, su lugar de nacimiento es Sayula, y no San Gabriel, como se ha venido manejando; y no en 1918, como es aceptado, sino el 16 de mayo de 1917 Esto según el acta original de nacimiento
"Compareció el ciudadano Nepomuceno Pérez Rulfo, casado, agricultor, de 28 años de edad, originario y vecino de esta ciudad y expuso que nació en tercer lugar a las 5 de la mañana del día 16 del actual un niño que presenta vivo a quien puso por nombre Juan Nepomuceno Pérez Vizcaíno, hijo legítimo del exponente y de su esposa, María Vizcaíno Arias, de 20 años de edad Son abuelos paternos, Severiano Pérez Jiménez y María Rulfo y maternos, Carlos Vizcaíno y Ruburcia Arias Fueron testigos de este acto los ciudadanos Gerónimo Celis, casado de 41 años de edad y Luis Ochoa Rodríguez, soltero, ambos empleados y vecinos de aquí sin parentesco con el nacido"
Ambos documentos fueron publicados por Munguía Cárdenas en su libro La provincia de Avalos, aparecido en 1976, "libro que salió a instancias precisamente de Juan Rulfo, quien le puso el título y fue quien me contactó con el Departamento de Bellas Artes del gobierno de Jalisco" Se tiraron pocos ejemplares, la mayoría distribuidos en el Distrito Federal
Dos veces preguntó el historiador a Juan Rulfo su procedencia; la primera, le contestó que de Apulco; la segunda, de San Gabriel, donde -le dijo- "yo tuve por primera vez uso de razón; allí jugué, tuve amigos, fui a la escuela, por eso me siento en realidad de San Gabriel"
Las investigaciones de Munguía lo llevaron a determinar el nacimiento de Rulfo en Sayula Pero entrevistado en la ciudad de México, el hijo de Rulfo, Pablo, señaló que "hay muchas actas como ésas"
Si no hay otro dato que lo desmienta -afirma el historiador-, Rulfo pasó en lo que hoy es Ciudad Venustiano Carranza apenas dos años, posiblemente alrededor de 1923 y 1925, por lo que su encuentro reiterado con San Gabriel fue posterior Munguía Cárdenas aventura la hipótesis de que la búsqueda de las raíces que emprendió el escritor en ese pueblo tiene relación con su madre, a quien se parecía mucho:
"Ella era huraña, silenciosa y muy amante de la soledad"
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