Por Federico González Alfaro
Esta pila, que fue remodelada en la segunda mitad del siglo XIX, es todo un referente en nuestra Sayula. La boca del soldado del relieve de cantera por donde emana el agua y que fue destruida en tiempos recientes por el vandalismo, es parte del agregado que se le hizo a la sencilla, pero muy funcional pila original. Este relieve de cantera, es la esfinge del anti-héroe, el General Miguel Miramón, fusilado por querer instaurar a la última monarquía en México. Sayula, siempre ha contado con liberales y conservadores. Cada quien y sus respectivos "héroes". Sin embargo, desde mi punto de vista, es sano, que la ciudad tenga tan variada historia ya que en muchas ocasiones, un mismo hecho, tiene narraciones bastante dispares, fielmente plasmadas en sus monumentos arquitectónicos y personajes muy disparejos, inscritos con letras de oro en la casa de la cultura ¿Cuántos personajes "ilustres" de Sayula, realmente NO LO SON? Bastantes, créanmelo, bastantes.
Lejos de esta controversia, lo realmente importante, es la complejidad técnica que representaba que a esta pila le llegara agua para abastecer a esta parte de la ciudad en el siglo XIX y anteriores.
El hacerle llegar agua a nuestra querida pilita, fue todo un logro técnico de primera magnitud. Consideren que el primer pozo profundo de Sayula, data de principios del s. XX. Son varias décadas las que transcurrieron entre el primer pozo y esta pila de agua. Sobre todo, dicho pozo no suministraba agua a la red de la ciudad, era propiedad de la familia Anguiano y se utilizaba para la irrigacion de su terreno.
La pilita, se encuentra a una elevación de 1366 metros sobre el nivel del mar. La fuente principal de abastecimiento de agua se encontraba a 1840 metros sobre el nivel del mar, en el manantial del Cedazo y recorría 3.5 kilómetros para llegar al centro de la ciudad.
La caja de control de flujo, de donde el agua era canalizada por tubería de barro hasta esta pila, tiene una elevación de 1386 metros sobre el nivel del mar y esta a una distancia de 750 metros.
Con un desnivel de tan solo 20 metros y una pendiente media del 0.12%, nos da una idea del peligro de una interrupción del servicio del agua por el más mínimo error de trazado en la conducción del agua.
Lo más característico de esta obra hidráulica tan bien ejecutada en Sayula, son las distintas captaciones de agua mediante arcas individuales, de las que parten una serie de conducciones reunidas en las cuatro arcas principales que contaba el sistema.
De las cajas control de flujo de agua, como la de la calle de Ocampo, existían una serie de arcas de registro cada 100 varas aproximadamente. Estas se pueden identificar muy fácilmente. Fíjense en las esquinas de las calles que tengan una piedra de cantera y en la esquina de la construcción, tengan un pilar Toscano de cantera o unas salientes que parecen botellas de refrescos. Las piedras de las esquinas tenían dos propósitos, el primero, para evitar que las carretas invadieran la banqueta en su giro y la segunda, la más importante, al menos las que están acompañadas con otra importante referencia, el pilar toscano, se convierte entonces, en una referencia hidráulica. Dedicare una nota aparte a estas arcas de registro acompañada por fotografías de las mismas para que las puedan identificar.
Estas arcas de registro, les deja muy claro, por donde van las líneas de conducción de agua en el siglo XIX y anteriores. La red de agua, no era un secreto, tampoco eran rutas de escape y demás fantasías, mucho menos, estaban ocultas a los ojos de la población. Por el contrario, eran de vital importancia para la comunidad. Es de dar risa, la cantidad de idioteces y fabulas que de este sistema se desprenden, muchas de ellas, fruto de una grandísima ignorancia.
Así, que la próxima vez que visiten a la pilita del Ave María, imaginen la complejidad técnica que represente hacerle llegar el vital líquido a la misma.
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