Por Arturo Fernàndez Ramìrez
Llegó la Navidad, llegó la época en la que aunque pareciera que es de plena felicidad para todos, resulta que no es así, ya que de acuerdo a estadísticas es precisamente en estas fechas en las que se presenta el mayor número de suicidios de muchos que se ven afectados emocionalmente al grado de caer en graves estados de depresión como para quitarse ellos mismos la vida.
En efecto, en estas fechas es cuando se registra el mayor número de personas que cayendo en un estado de depresión, consideran que ya no vale la pena seguir viviendo y se privan de la vida.
Una razón seguramente se debe a que al ser una época de convivencia familiar, en donde son comunes los reencuentros de quienes por razón de trabajo o residencia están lejos, entonces, hay quienes sienten más la soledad, se deprimen y se quitan la vida. Ciertamente cuando estamos viviendo situaciones difíciles en la vida, nos llega la nostalgia, la tristeza y quizá la desesperación, pero aun así debemos encontrarle siempre un sentido a la vida, aunque nos cueste trabajo, pero debemos buscar una motivación para no solo seguir viviendo sino hacerlo de la mejor manera. Muchas veces no es fácil, pero debemos hacerlo.
Más allá del mercantilismo en que suele convertirse la Navidad, en donde ponderamos más lo material a través de regalos, creo que ante todo, debemos hacer prevalecer el carácter religioso de la Navidad, se trata de festejar el Nacimiento de Jesucristo y por ende, todo debe girar en torno a él.
Cuidemos entonces que las posadas sean eso y no las convirtamos en borracheras. Cuidemos entonces que la Navidad sea un momento de reflexión acerca de lo que realmente significa el Nacimiento del Mesías.
Creo que si logramos rescatar la esencia religiosa de la Navidad por encima del mercantilismo o de las distorsiones que le damos a muchos de sus rituales, podemos celebrarla en las condiciones favorables o adversas en las que nos encontremos.
Así que, de mi parte, desde este espacio, desde esta columna, quiero decirles y desearles a todos que pasen una muy FELIZ NAVIDAD, si lo vamos a hacer en familia qué bueno, pero si por alguna razón, las circunstancias nos impiden hacerlo en familia, aun así debemos tener una Feliz Navidad, recordar que la vida tiene altibajos y cuando estamos atravesando por una adversidad, se fortalece nuestro espíritu. Disfrutemos entonces de estas fiestas en un ambiente familiar, en un ambiente de reflexión. Comentarios y sugerencias al correo electrónico arturferam@hotmail.com
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