Por Federico González Alfaro
La risa se le había hecho costumbre, era parte de su rutina en cada ocasión que el alcalde de Sayula se reunía con un grupo de ciudadanos del municipio, preocupados por nuestro medio ambiente.
Su risa sarcástica y burlona, era su hábito de renunciar a pensar. Sus limitadas herramientas políticas, pesimamente mal aprendidas de otro alcalde de su mismo partido político y peor ejecutadas, acabaron por parecer satíricas, punzantes, cínicas como su propia risa.
Estas poses de estadista de segunda, solo provoco que los inconformes buscaran apoyos en todos los frentes y a todos los niveles. El apoyo está llegando con unos alcances, que el risueño alcalde jamás se imagino que los inconformes fuesen a lograr. La población, legisladores estatales y federales, funcionarios de primer nivel, grupos ambientalistas, abogados especialistas de amplia trayectoria nacional e internacional, se sumaron a la causa del pueblo.
El que se ríe se lleva y el que se lleva se aguanta. Jamás subestimes la buena voluntad de un pueblo inconforme que solo exige RESPETO. Respeto a su persona, a sus Derechos Humanos, a un medio ambiente sano y ecológicamente equilibrado, a su derecho al agua.
El ingenuo alcalde risueño, jamás se imagino que la razón siempre vencerá a la sinrazón. Se creía seguro en el escudo de protección que le daba su cínica risa burlona y las líneas de sus testaferros "intelectuales" que representan a un sector de la prensa que ve a un Sayula, muy distinto al real, un Sayula que no existe, que lo quieren hacer a su gusto y "semejanza". Qué triste Sayula sería.
Desde su vergonzosa salida de la reunión del pasado viernes 23 de Junio y de la plural, ordenada, respetuosa y bien representada marcha su sonrisa burlona seguro cambiara.
En Europa, la comisión de medio ambiente y cambio climático y la comisión de Derechos Humanos, si llegan a intervenir en esta grave problema social y ecológico, tengan la seguridad que van a pagar justos por pecadores. Europa es muy sensible a las violaciones a los derechos de las personas, les aseguro que los grupos ambientalistas europeos y los legisladores del parlamento europeo, estarán del lado del pueblo, como siempre lo han hecho.
El asunto está caminando a una velocidad que el risueño alcalde jamás imagino. El que se ríe se lleva y el que se lleva se aguanta.
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