Por Federico González Alfaro
El templo de San José, es una joya colonial que bien puede convertirse en el museo "rulfiano" que la presente administración municipal tanto anhela. Es una joya que está aquí y ahora, frente a Ustedes. Gracias a la Reforma, pertenece a la Nación, a nadie más y sobre todo, tiene un gran valor histórico y patrimonial, no solo para Sayula, para todo el sur de Jalisco. Un gran amigo de su servidor, Néstor García, pretende rescatarlo del olvido, loable labor la suya.
Para que lo valoren, se los voy describir.
Este templo, es un buen ejemplo de la arquitectura religiosa novohispana de mediados del siglo XVI y principios del XVII. Este tipo de arquitectura, es la última expresión de la arquitectura medieval en el mundo. En Europa, este tipo de construcción ya no se utilizaba.
Este templo, como muchos de los templos novohispanos contemporáneos al mismo, cuenta con un gran atrio ocupado hoy en día, en parte, por el jardín de niños Celso Vizcaíno. Este gran espacio al descubierto, servía como una gran capilla abierta. Los naturales de estas tierras, como a los del resto de América, no gustaban de espacios cerrados (les tenían miedo, Archivo General de Indias). La razón, muy sencilla. No disponían de ellos, no los conocían. Solo, en algunos escasos centros ceremoniales contaban con galerías y "les servían", como caminos a su "inframundo", o sus tumbas de tiro, o bien, en sus muy primitivas y rusticas viviendas, tenían, lo que pudiéramos llamar, "sus espacios cerrados".
Por lo tanto, los naturales, estaban acostumbrados, por no quedarles de otra, a realizar todas sus actividades diarias y de culto al aire libre.
En el atrio del templo de San José, se encontraba el surtidor de agua (ya desaparecido, solo se conserva una enorme pila que su servidor desconoce si es parte de este surtidor o le fue añadida posteriormente), su cruz atrial (aún presente) y sus capillas posas o procesales (también desaparecidas).
Este templo toscano, fue franciscano. Es de asombrarse, que esta orden, construyo, desde el descubrimiento de América hasta 1620, más de 154 edificaciones (Manuel Toussaint).
El imafronte (fachada principal) del templo de San José, tiene una mampostería con piedra. Utilizaron piedras de cortes especiales en sus dovelas (piedras de sus arcos) y en su sillería (losas de cantera que forman el muro)
Cuenta con dos hornacinas y nicho al hueco, coronadas con un venero. Arriba de la ventana del coro, se encuentra una cartela con el emblema de la orden franciscana. Rematando en una pequeña espadaña.
Como buena parte de los templos franciscanos, cuenta con una puerta lateral o porciúncula o puerta de los gentiles, en algunos lugares conocida como la puerta del perdón. Se puede apreciar que su nave principal, estaba cubierta con estructuras de madera con sistema de nudillo, conociéndose, por crónicas que el templo, contaba con un magistral retablo de madera tallada.
El techo de madera, por sí solo, es una verdadera obra de arte en los templos contemporáneos al de San José que aún conservan el mismo. Los más elaborados se llaman alfaje. Es un techo muy artístico de madera entrelazada horizontal , en muchos casos, labrada. Este tipo de estructura de madera, contaba con una serie de vigas maestras llamadas jácenas. Sobre las jácenas, va un segundo orden de vigas de madera llamadas jaldetas, cruzadas y bien sujetas a las primeras. Esta técnica se llama artesonado, como el de la catedral de Tlaxcala que aparece en la fotografía inferior:
Si se llega a rescatar este valioso templo, sería fabuloso que el techo del mismo, siguiera el estilo de sus pares que aún conservan este maravilloso tipo de estructura.
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