martes, 17 de diciembre de 2019

Especial para Horizontes...
El Parián de Sayula y la Capilla Neogótica del Siglo XIX del Instituto Helénico de la Ciudad de México
Reportaje de Investigación de  Rodrigo Sánchez Sosa, Cronista de Sayula 


La reciente decisión del ayuntamiento municipal de intervenir el color de los portales de Sayula, restituyéndolo por colores vivos, contraste primero con el reglamento del centro histórico que sólo permite colores cálidos del salmón al naranja; pero, también  descontextualiza tal tono de color  ya aplicado  hoy a parte del portal Galeana, con el entorno geográfico en el que se asienta el municipio, la cuenca endorreica de la laguna de Sayula. Mientras algunos opinan que los colores vivos, casi pasteles con que se decora la cabecera municipal lo hará más atractivo para el visitante, en el caso del centro histórico esto no aplica. El centro histórico de Sayula obedece a una historia de época en la arquitectura local, segundo tercio de 1800. El centro histórico de Sayula recibe una gran influencia de una arquitectura que no admite esos tonos de colores vivos. La urbanización del centro histórico en los decenios de 1880 y 1890 apostaron el sublime neogótico, una arquitectura derivada del gótico medieval inspirada en le misticismo europeo, cuya particularidad es su esbeltez y altura que proyecta con ornamentaciones de claro oscuros.
En el siglo XIX Sayula tenía importantes vecinos de una amplia cultura, muchos de ellos como el constructor del Parían educados en Europa, de un desarrollado buen gusto en los canones estéticos del modernismo de ese tiempo. Esto permitió la intervención educada del centro histórico colonial de entonces sin caer en las actuales estridencias de mal gusto que desconocen por completo el trasfondo de uno de los centros históricos más bellos del país. Las ciudades de las que se trae la idea de los colores ajenos a los tradicionales en Sayula, tienen un contexto geográfico y una historia muy distinta a la de Sayula. No es posible sustentar en esos ejemplos una intervención a los portales sin atender los antecedentes particulares de nuestro querido centro histórico. Por ejemplo:
El Parían de Sayula, junto con los portales de arcos ojivales  Morelos, Zaragoza, Hidalgo y  Mina, fueron planeados como una intervención de época al conjunto colonial del centro histórico. Sayula se comprometió con la visión porfirista de nación y modificó su arquitectura colonial para re urbanizarse. 
  La modificación de alto calado del centro histórico de Sayula en el último tercio del siglo XIX, fue resultado de las tendencia modernizadoras de Sayula en el tiempo  inmediato a la promulgación de la independencia de México. Reconstrucción necesaria luego de la guerra insurgente de diez años contra los realistas y la Corona española y trunca luego de lo difícil tarea que resultó, tras las luchas e la región   entre federalistas y centralistas que desembocarían en la guerra de Reforma.
Los portales tienen la función de enmarcar espacio abiertos y su utilidad práctica es la de sitios públicos de recreación y refugio del sol y la lluvia para el público que visita las ágoras que  los flanquean; así lo manifiesta una petición al Virrey que hace un vecino de Sayula para construir el hoy Portal Rayón en 1723. Argumenta el sayulense que lo construyó que: "…es necesario este portal para que la gente que asiste al mercado semanal pueda refugiarse del sol y la lluvia", en documento de la época. Originalmente, de acuerdo a crónicas de ese tiempo, portales de madera y cantera flanqueaban una gran ágora central en Sayula, producto del trazo colonial.
La gran plaza original de la colonia abarcaba un espacio que iba del hoy Portal Galeana a la hoy calle Escobedo, con portales en sus flancos norte y poniente; en el sur estaba el gran atrio de la parroquia. Entre lo que hoy conocemos como la plaza de armas de Sayula y el mercado municipal -antes la plaza de comercio - existía un espacio arbolado o alameda, donde luego se levantó el Parían. Las funciones tradicionalmente asignadas a los portales, arriba citadas, en el caso del Parían se salieron del protocolo pues, mientras que el portal Morelos e Hidalgo, cumplían con lo esperado, enmarcar espacios abiertos, los restantes Zaragoza y Mina, terminaron como partes de la acera de una calle 
 Lo que se sabe del edificio emblemático del Parían, según el libro "La Provincia de Ávalos" de don Federico Munguía Cárdenas QPD, es que fue construido en 1882 por el entonces presidente municipal de Sayula, José Julián Vázquez Morett, al cual se le atribuye haber traído el diseño de los portales de Medio Oriente a donde viajó en una fecha cercana a la construcción. Don Federico en su monografía histórica citada, no refiere fuentes al respecto   se limita a informar  sobre este posible origen del diseño, a  la que en otra parte menciona como un diseño de estilo morisco.
Ciertamente el diseño acusa influencias moriscas, lo que se puede deducir de una investigación más puntual al respecto es que el Parían  por su diseño y época en que fue construido, respondió a una tendencia en esta parte del país en la arquitectura nacional, de una expresión del historicismo moderno europeo en la arquitectura que retomó el gótico medieval creando el neogótico. El estilo gótico en la arquitectura toma influencias moriscas en sus diseños, de allí la confusión. Por eso años se hacían ferias mundiales donde se exponían edificios emblemáticos de los países de origen que exponían, en ciudades de Europa y los Estados Unidos, México por ejemplo levantaría en la feria mundial de 1850 un templo maya. Estas ferias mundiales pusieron de moda los diseños neogóticos en la arquitectura. Los arquitectos vanguardistas e ingenieros algunos de ellos con estancias de estudio en Europa, pronto trajeron esa influencia a México en el segundo tercio del siglo XIX, los alarifes o maestros de obra mexicanos tomaron el diseño neogótico comenzando con monumentos funerarios y luego con diseños para iglesias y posteriormente edificios públicos como el Parían de Sayula. La parroquia de san Miguel de Allende Guanajuato, el portal Medellín en Colima y las torres de la catedral de Guadalajara, son ejemplos de esta tendencia en la arquitectura del siglo XIX. Lo más seguro es que esta tendencia fuera la razón del diseño de los portales del Parían de Sayula en 1882, pues coincide en la época y la remodelación urbanística del centro histórico de Sayula en el modernismo de ese tiempo.
 La evidencia solida de esto, se encuentra en la ciudad de México, en una capilla del siglo XIV, cuyo diseño gótico es claramente la inspiración de los portales, no quiero decir que esta capilla en el Instituto Cultural Helénico hubiese inspirado el diseño del Parían sayuense ya que, la capilla llegó a América en los años treinta del siglo XX y a México después; sino que, el trazo gótico que luego se retomó en el neogótico del siglo XIX confirma que los portales Mina, Zaragoza, Hidalgo y Morelos, no son un diseño traído de medio oriente sino, la influencia del neogótico en los últimos decenios del siglo XIX en México.
"Fundado en 1973 y ubicado en el sur de la ciudad, sobre la Avenida Revolución, se encuentra el Instituto Cultural Helénico, espacio que ofrece una extensa oferta de cursos, diplomados, licenciaturas y maestrías, además de espectáculos, obras de teatro y talleres. Este centro cultural alberga uno de los tesoros arquitectónicos más espectaculares de esta ciudad, una capilla y un claustro medievales.
La capilla gótica del siglo XIV y el claustro románico del siglo XIII, aún en pie, hacen gala de su inconmensurable y antigua belleza, pero ¿cómo es que un claustro y una capilla medievales llegaron a la colonia Guadalupe Inn, en el sur de la Ciudad de México.
Cuenta la historia que entre 1925 y 1926 el magnate y coleccionista estadounidense William Randolp Hearst (personaje que, como dato curioso, inspiró a Orson Welles para crear a su legendario personaje, Charles Foster Kane) encontró tanto la capilla como el claustro, en ruinas, cerca de la comunidad de Ávila, en España. Siendo un hombre sin limitaciones económicas y un amante del arte y la arquitectura, organizó que ambas edificaciones fueran desmontadas (numerando cada una de las piedras), empacadas y trasladadas en barco al puerto de Nueva York.
A causa de la epidemia de fiebre aftosa que en ese entonces azotaba a España, el cargamento fue puesto en cuarentena durante 30 meses, periodo que terminó empatándose con la fuerte crisis económica de 1929. A partir de 1930, Hearst enfrentó fuertes dificultades monetarias, y las piedras medievales quedaron arrinconadas en una bodega en Nueva York durante dos décadas. En 1951, cuando el estadounidense murió, las piedras (labradas seis siglos atrás en España y aún embaladas) fueron puestas en venta por sus herederos.
En 1953, mientras Nicolás González Jáuregui, empresario y coleccionista queretano, visitaba Nueva York, se enteró de la venta del invaluable tesoro y decidió comprar el lote para traerlo a la Ciudad de México y reconstruirlo (con ayuda del arquitecto Luis Ortiz Macedo) dentro de su propiedad ubicada al norte del pueblo de San Ángel, parte de lo que alguna vez fue la Hacienda de Guadalupe y hoy es la colonia Guadalupe Inn. Los espacios vacíos (por piedras que se habían perdido o que estaban dañadas desde su origen en España) fueron llenados por Jáuregui con otras piedras y estructuras, entre ellas la portada plateresca de una iglesia que fue traída de Guanajuato." (María González de León)


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