lunes, 11 de octubre de 2021

Cajeta Lugo Etiqueta Naranja

 


De nuestro álbum de los recuerdos

 De nuestro álbum de los recuerdos


En 1935, año que fue tomada esta fotografía, así se veía nuestro Centro Histórico en lo que toca a la vista de los Portales Rayón a la izquierda, y al frente el Portal Libertad. Al fondo el edificio de la Presidencia Municipal en tanto a la derecha de la gráfica, se ´puede apreciarla parte norte de la entonces Plaza del Comercio, aún con puestos ambulantes dado que todavía no empezaban los trabajos para edificar el que sería Mercado Díaz Negrete obra que empezaría hasta 1936-37.  La calle Independencia-16 de Septiembre, luciendo su empedrado que así permanecería por 36 años más hasta 1971 año en que comenzó la pavimentación de las primeras calles de la ciudad, cuya primer calle que se pavimentó fue precisamente esta comenzando en su cruce con la calle López Cotilla. Del Sayula que se nos fue  (Foto: Archivo de Horizontes)

 Rinden protesta nuevos  funcionarios municipales

*Ratificado por regidores de su partido el Secretario General a pesar de acusación en redes de gastar 17 mil pesos mensuales en gasolina* Oposición se abstuvo en su ratificación.


El día 1 de octubre en el primer minuto, se realizó la Sesión de Ayuntamiento, llamada de instalación.

Los regidores Gerardo Morales Huerta y Fabiola Valencia Macchetto, solicitaron la aclaración del gasto excesivo de combustible que circula en redes sociales, atribuible al secretario del ayuntamiento saliente y propuesto para el periodo 2021/2024, los cuales se abstuvieron de votar su nombramiento abstención fundamentada en los mencionados señalamientos ciudadanos.

Los nombramientos del Titular de la Hacienda, Encargado del Órgano de Control, Juez Municipal y el encargado de la Delegación de Usmajac, Agencia Municipales de Tamaliahua y El Reparo, la votación fue únanime.

Se designaron las comisiones edilicias, solicitando por parte de la regidora Fabiola Valencia su inclusión a la Comisión de Hacienda, solicitud que no fue tomada en cuenta, no obstante, de contar con el perfil necesario ya que laboró como Jefa de Control y Evaluación en la Unidad de Vigilancia del Congreso del Estado, encargada de la revisión de las cuentas públicas, sin embargo, la solicitud no fue tomada en cuenta y no se integró a la edil en dicha comisión por lo que se integraron las comisiones sin   respetar los perfiles que marca el artículo 58 del Reglamento Municipal de Gobierno y Administración Pública.

En cuanto a la reducción salarial se propuso ratificar un punto de acuerdo del año 2018,  a este respecto Gerardo Morales Huerta  aclaró que parte del sueldo que el gana, quisiera apoyar a otras personas y hacer obras por su parte, la regidora Rosa Margarita González Aguayo, señaló que no está aquí por un sueldo sino por convicción y siempre ha sido luchadora social y considera que su sueldo debe de ser donado a la gente más necesitada,  ya que durante la campaña conoció a gente que vive en las periferias donde nadie nunca le ha tocado beneficio alguno, que viven en extrema pobreza y considera que su partido y para nosotros "primero los pobres".

 En uso de la voz la regidora Valencia solicitó el documento con el punto de acuerdo del año 2018, aclarando que se estaba ante una cuestión presupuestal y no era el momento de votar presupuesto, que no se juegue con las palabras, que si se votaba por la reducción que fuera por el sueldo presupuestado desde hace tres años que es de 10 mil pesos y que quedará en 5 mil, que no está en contra de la reducción sino de cómo se maneja la propuesta,  por lo que los regidores Rosa Margarita, Fabiola y Gerardo se abstuvieron de emitir su voto y fue la aplanadora naranja quien lo votó a favor.

 EDITORIAL

Lo que sucedió en la red este 4 de octubre

Por Moisés Zepeda Gómez


El día 4 del presente mes de octubre, los usuarios de redes a nivel mundial se vieron sorprendidos por la interrupción injustificada de las aplicaciones Instagram, WhatsApp y Facebook, dejando en el limbo informático cerca de 2 700 millones de usufructuarios.

Estas plataformas pertenecen a un solo dueño Mark Zuckerberg que tuvo en sólo 6 horas una pérdida de bienes en sus redes por cerca de 6 mil millones de dólares, según estimaciones de varios diarios internacionales como El País en España y nacionales como La Jornada y El Sol; cuestión que no sabemos que le incomode porque son estimaciones establecidos en las bolsas de valores, las cuáles son como jugar al póker, unos ganan y otros pierden (ganan los que saben el juego). Así que, como jugador de grandes ligas es "peccata minuta" y para el día 5 ya estará restablecido en sus precios de mercado acostumbrados.

Pero ¿qué sucedió? Existen muchas versiones, una que es un cambio de plataforma tecnológica y se les fue de las manos. Para mí (que me he dedicado por 45 años a estos asuntos) es que es posible, tomando en cuenta que todos los sistemas de Internet están migrando a la famosa 5G, que conlleva la altísima velocidad de transferencias, almacén y entrega de datos, pero lo más significativo es que ya interacciona con la inteligencia artificial permitiendo que desde tus redes puedas interactuar con tu auto, refrigerador, estufa lavadora, luces de casa, determinar destinos, reconocimiento facial de personas en lugares como aeropuertos, terminales de trenes, autobuses y pasajes de alta densidad.

Otro tema posible es el Jaqueo por la sociedad Anonymous, quien se lo adjudica mediante un Twitter en @AnonymousNews_, con posible credibilidad ya que, bajaron del ciberespacio los datos de 1 500 millones de cuentas de usuarios que contienen teléfonos, lugares de residencia, profesiones y oficios, gustos, preferencias sexuales, fotografías tanto íntimas como públicas, negocios y cuentas de bancos, claves y contraseñas. Todo disponible y a la venta por piratas informáticos. Lo afirma Alon Gal, director de tecnología de la firma de inteligencia cibernética Hudson Rock. 

Un jáquer tiene la posibilidad de 1 en mil millones para encontrar la clave binaria, pero usan software y sistemas de muy alta velocidad que hacen prueba y error en milisegundos, haciendo mil intentos en sólo un segundo. Si logran ingresar, únicamente podrán obtener datos, pero no pueden alterar los sistemas operativos porque éstos, su resguardo es con sistemas activos digitales y biológicos, esto es: huellas digitales, reconocimiento facial y corroboración de pupila.

Las plataformas tienen grandes y poderosos espejos de servidores que interactúan en milisegundos para reflejar los cambios que hacen los usuarios, las granjas de servidores están en Alaska, Estados Unidos; Lulea, Suecia; Clonee. Irlanda que son inalcanzables para el común de los vivientes.

La causa del corte tuvo que ser en el área de intervención de sistema operativo, posible un reinicio obligado por los piratas cuando los administradores se dieron cuenta que estaban "robando" información, o por el cambio tecnológico que requiere volver al software embebido y hacer cambio físico de tarjetas adaptadas a la tecnología 5G.

La causa y verdad sólo el señor Zuckerberg la tiene y no creo que la comparta, más bien la usará para potenciar sus negocios y recuperar la pérdida de 6 horas en la bolsa de valores, superando con creces lo disminuido.

Para nosotros, lo único cierto es que tal vez nuestros datos ya estén en manos de gobiernos, empresas de marketing, bancos, extorsionadores y uno que otro morboso sin quehacer que se divierte mirando lo que no le importa.


Sentidos fallecimientos


 

 Mienten quienes afirman que disminuyeron contagios

*Sayula registró un aumento de once casos más y acumula 771 *Tiene la Región Incremento de 225 Contagios por Coronavirus

*Se sospecha es estrategia de gobierno para reactivar economía

 (ES).- A pesar de que autoridades municipales afirman que la pandemia está disminuyendo, este domingo el Sistema Radar Jalisco dio a conocer un impresionante incremento de 225 contagios en el Sur de Jalisco, de los cuales la inmensa mayoría pertenecen a Zapotlán el Grande.

Con estos 224 nuevos casos el Sur de Jalisco alcanza ya un acumulado de 11 mil 334 enfermos desde que inició la pandemia del Coronavirus.

Como ha venido ocurriendo desde hace varios meses, Zapotlán el Grande está registrando un alarmante incremento de contagios, pues este domingo 3 de octubre se dan a conocer 104 enfermos más y llega a los 4 mil 745 acumulados.

Zapotiltic también tiene un preocupante incremento, ya que sumó 44 enfermos para un total de 479.

Lo mismo ocurre en Zacoalco de Torres, donde fueron reportados 19 infectados para un acumulado de 546.

En Tamazula de Gordiano con 8 enfermos más ya tienen un total de mil 354 acumulados, mientras que Tuxpan con dos pacientes nuevos llega a los 460.

Sayula también tiene incremento de contagios ya que se dieron a conocer 7 enfermos más y alcanza los 767 acumulados.

En Gómez Farías registraron 3 casos nuevos de Coronavirus para un total de 380; mientras que en Tecalitlán con 4 infectados llegan a los 252 y en Mazamitla con 2 casos nuevos acumulan 247.

Tonila sigue bajando la guardia y este domingo suma 9 enfermos para un total de 141; mientras que Atoyac tiene 8 casos nuevos para un gran total de 236.

Concepción de Buenos Aires, Pihuamo y San Gabriel tienen 2 nuevos casos cada uno para un acumulado de 377, 273 y 156 acumulados respectivamente.

En Tapalpa hay 3 contagios más y llegan a los 148; en Valle de Juárez tienen 3 contagios nuevos para un total de 68.

Finalmente, Jilotlán de los Dolores reportó un nuevo caso para un acumulado de 121, y Santa María del Oro, que tenía meses sin infectados, sumó dos casos nuevos para un total de 7.


 Juan Rulfo en la ciudad de México,

el escritor y la ciudad

Investigación de Rodrigo Sánchez Sosa/ Cronista de Sayula

La Ciudad de México fue laberíntica para Juan Rulfo; La aspiración del artista adolescente dibujaría un emblema; al vincularse y confrontarse con el gremio de escritores y la mansedumbre de la burocracia que lo mantuvo en cierto anonimato; el escritor provinciano, formado de manera autodidacta, tenía una preclara conciencia del oficio del escritor. Apartarse de la historia narrada es uno de los aspectos más complejos del trabajo escritural de Juan Rulfo. Porque "llega uno a meter sus propias ideas, se siente filósofo"; Rulfo añade que la ideología y la visión que del mundo tiene el escritor se asimilan a la historia contada, y cuando eso sucede el texto de ficción se vuelve ensayo. 


Muchos años después, casi al final de su vida, enfatizó: "nunca cuento un cuento en que hay experiencias personales o que haya algo autobiográfico o que yo haya visto u oído siempre tengo que imaginármelo o recrearlo, si acaso hay un punto de apoyo". Ahí se encierra el misterio de la creación; un misterio -añade el escritor- que proviene de la intuición que "Lo lleva a uno a pensar en algo que no está sucediendo, pero que está sucediendo en la escritura […] se trabaja con: imaginación, intuición y aparente verdad". Y en ese proceso el trabajo es solitario porque es la soledad que "lo lleva a uno a convertirse en una especie de médium de cosas que uno mismo desconoce, pero que, sin saber que solamente el inconsciente o la intuición lo llevan a uno a crear y seguir creando". 

Las aspiraciones estéticas en Rulfo son elevadas y están alejadas de la profesionalización del escritor: integrar el trabajo escritural a las demandas y necesidades de la industria editorial y los medios de comunicación y usufructo que redunda en la explotación de la imagen del escritor. Fue un escritor puro; produjo los textos que quiso y no los que debió escribir, en ocasiones se comprometió a entregar textos, por encargo, aunque al final desistió. Para Rulfo la literatura como la fotografía, el alpinismo y la historia eran aficiones: sublimaciones concebidas en una niñez anímicamente precaria en la cual los efectos se le escurrieron como el agua bendita de la pila bautismal. Aficiones que exaltaron hasta la virtud la imagen de la beatería de la madre. Más tarde estos gustos fueron medios que se aceleraron, aun, se precipitaron entre la rebeldía y la revelación del artista adolescente que se resistió con porfía al paraíso perdido: el mundo infantil en que la madre y el padre eran los cimientos, "la cosa de donde podemos agarrarnos para enraizar…". 

Entre la década de los treinta y los cincuenta andar por el centro de la Ciudad de México significaba un trayecto obligado para la población capitalina; ahí se encontraban los comercios y tiendas, los cines, los teatros, y casi todas las oficinas públicas y privadas, además de la Universidad Nacional: 

Saliendo de las aulas por las tardes […], solíamos ira a merendar al café situado en los bajos del arzobispado, llamado café del Seminario y cuya principal clientela era estudiantil […]. Dos lugares que me atraían por aquel entonces eran los mercados de libros viejos de la plazuela del Seminario y la Biblioteca Lancasteriana del callejón de los Betlemitas. La oscura memoria de pérdidas humanas no era el único saldo que la Revolución había dejado, porque también hubo conquistas sociales muy relevantes. El Artículo Tercero constitucional, por ejemplo, al establecer la educación primaria gratuita a toda la ciudadanía, abría enormes expectativas en la vida social y de sus instituciones no sólo de educación básica. En 1910 se creó la Universidad Nacional; se propuso agrupar y generar el saber en todos los ámbitos de la ciencia, las humanidades y las artes. Al paso de los años las editoriales -que entonces empezaron a surgir- llevaron sus acervos a las librerías y alimentaron el barrio universitario por lo menos hasta inicios de 1946 cuando el presidente Miguel Alemán concibió, a partir del modelo de los campus universitarios de Estados Unidos, una construcción superior a sus modelos, situada en un espacio que lo aislaría de la ciudad: el Pedregal de San Ángel.

Juan Rulfo quedó deslumbrado ante la idea de la Universidad concebida por Justo Sierra y reorientada por José Vasconcelos que se alimentaría en las bibliotecas. Hubo una confluencia de estratos sociales e identidades en el centro y el barrio universitario, el cual representó durante la primera parte del siglo xx el corazón de la capital del país; además de que concentraba la vida política, religiosa, social, financiera y comercial. Ahí se encontraban los maestros, los intelectuales, los artistas, los humanistas y, sobre todo, los estudiantes que buscaban a los oficiantes y los artesanos; desde optometristas hasta sastres y relojeros; también se encontraban ahí los centros de reunión para comer y departir; las fondas, los cafés, las cantinas. Esa nueva vida fue a la vez compleja y fascinante. Fue un arrebato emocional para el joven provinciano. A finales de los años treinta había bibliotecas ambulantes en el parque del Carmen; consistían en carros de madera que a los lados contenían estantes con los libros de la Secretaría de Educación Pública; se prestaban y se leían en las bancas del parque. 

En 1936 Rulfo realizó exámenes para revalidar estudios e ingresar a la Universidad Nacional y estudiar la carrera de leyes; fue rechazado e ingresó al Colegio de San Ildefonso como oyente pues no le revalidaron los estudios; al mismo tiempo asistió a las clases de Filosofía y Letras en el edificio Mascarones, cuyo antecedente fue la Escuela de Altos Estudios que nació en 1910 y fue el origen de las facultades de Filosofía y Letras y de Ciencias cuyo propósito fue proporcionar un nivel de enseñanza especializada así como crear cuadros en la docencia. La Escuela de Altos Estudios, que había formado parte del barrio universitario (situada en San Ildefonso y Primo de Verdad, respectivamente) se trasladó -en 1938- a la casa de Mascarones en Ribera de San Cosme, en donde tomaron clases algunos de los humanistas y escritores más connotados de su época. Rulfo, al mismo tiempo, conoció como oyente, las aulas de la Escuela Nacional de Jurisprudencia, situada en San Ildefonso número 28, en donde permaneció hasta 1954, año en que se trasladó a la Ciudad Universitaria. La vida del escritor jalisciense estaba signada por los imponderables, el abatimiento, la ilusión… El centro-que a partir de los cincuenta fue abandonado por las clases media y alta- debió ser, sobre todo en los primeros años, el alba viva. Las aspiraciones académicas del joven escritor sólo eran un medio que alimentaba su pretensión de llegar a Europa y volverse cosmopolita in situ; alcanzar la tierra prometida de todo escritor latinoamericano con vastos horizontes. En Mascarones tomaba clases y escuchaba las conferencias de Antonio Caso, Lombardo Toledano, Menéndez Samara, González Peña, Jiménez Rueda y Narciso Bassols. Ahí tuvo sus primeras lecciones y confrontaciones como lector; se llegó a quejar que sólo hubiera clase de literatura española y que lo obligaban a leer a escritores como José María Pereda (1833-1906) y Juan Valera (1824-1905), cuya literatura rechazaba por el uso excesivo de adjetivos; en opinión de Rulfo denotaban pobreza estilística y él mismo evitó desde joven luego de aquel intento malogrado, El Hijo del Desaliento. En una ocasión el profesor Carlos González Peña pidió a los alumnos que leyeran a Pereda; Rulfo se puso a leer a Dostoyevsky y fue expulsado de la clase. "Por pelear contra el adjetivo me corrieron de la Facultad". Las mejores lecciones las encontró en las tertulias del café donde se reunían jóvenes como José Luis Martínez, AlíChumacero, Manuel González Durán.

Fue en este ambiente en el que empezó a escribir El Hijo del Desaliento, una novela "...muy larga, muy retórica, muy llena de adjetivos";  "estaba escrita en tercera persona, después fueron hechos biográficos sucedidos y tomados de la realidad y aplicados a otro individuo". Su autor sentía que simplemente estaba escribiendo por escribir. Quería expresarse. El tema y el espacio estaban delineados, pero no lo estaba desarrollando con eficacia. Hay un trasunto de alter ego que no satisfizo al escritor porque no tenía alma, era cerebral. Después de la escritura de esta novela extensa y profusa en epítetos, alcanzó la sobriedad y laconismo, consumados en El Llano en llamas (1953) y en Pedro Páramo (1955).

Juan Rulfo abandonó la novela El Hijo del Desaliento porque la consideró retórica, alambicada y rimbombante; después, como ya se ha visto, entregará -a través de Efrén Hernández- a Juan Larrea y a Juan Rejano varios capítulos para que los publicaran en la revista Romance. Casi dos décadas después recuperó el original -a través de Tomás Segovia y Antonio Alatorre-; Rulfo extrajo un fragmento que se convirtió en "Un pedazo de noche" y lo público en la Revista Mexicana de Literatura. Es probable que el relato "La vida no es muy seria en sus cosas" también saliera de esa novela escenificada en la Ciudad de México. Su autor destruyó las trescientas cuartillas que la conformaban; le pareció que era tan cursi como su título. 

En ese primer intento creativo había huellas de que él se estaba despojando del pasado aciago que en la escritura resultaba redundante y con alusiones autobiográficas. Era una liberación ante las ausencias anímicas y las carencias materiales que enfrentaba el escritor en ciernes que en un principio exaltó la orfandad, de padre, de madre y también de la tierra que lo vio nacer: la naturaleza de la vida en el campo, que podía pasar de la festividad a la violencia, reposando en una sorda mansedumbre. Años después valoraría: México no es una ciudad que tenga características propias, es una ciudad mistificada totalmente, son muchas ciudades... entonces, cuando se dice la ciudad, bueno... ¿cuál ciudad? […] Me interesa la ciudad de México en el aspecto más bien de inmigración. No el aspecto económico, sino, tal vez, el impacto psíquico. El shock que reciben al intentar adaptarse a un medio hostil, que a veces los rechaza y a veces los absorbe. 

Hombre y creador se descubren al integrarse a una colectividad: "yo vivía con la soledad. El hombre está solo. Y si quiere comunicarse lo hace por medios que están a su alcance. El escritor no desea comunicarse, quiere explicarse a sí mismo".  El personaje central de El Hijo del Desaliento, señaló el propio Rulfo, es la soledad en la ciudad que es "triste y violenta", distinta del campo desértico y las tierras de temporal que provocan hastío, desolación y miseria. Efrén Hernández -quien le publicó su primer cuento-  estimuló a Rulfo a seguir con la escritura de la novela, mientras el autor se debatía entre la autocrítica que conduce al silencio previo a la revelación o a las sombras de la esterilidad. Lo cierto es que su amigo, "Tachas", tenía la certeza porque ya se esbozaban los rasgos de una vocación emergente en el cuerpo de la creación. La escritura irrumpió en ráfagas balbuceantes, aunque el escritor aún no lo aceptaba del todo:  "Yo, en el fondo, sabía que estaba haciendo cosas superficiales. [...] los personajes, todos eran abstractos. Un señor que se pone a platicar con la soledad, se pone a platicar con su alma [...], con su angustia, con la desilusión, con todas esas cosas. Discute con la desesperación. Caí en una retórica feroz. Cuando terminé El Hijo del Desaliento." Dice Rulfo.  La adaptación del escritor a la Ciudad de México fue lenta. Rulfo siempre mantuvo vívido el recuerdo de las caminatas en el campo; siempre tuvo presente el sabor del aire de los lugares que caminó y habitó en la infancia ("...No sentir otro sabor sino el del azahar de los naranjos en la tibieza del tiempo.");  su imaginario geográfico tenía que ver con la naturaleza, ya pródiga ("…Llanuras verdes. Ver subir y bajar el horizonte con el viento que mueve las espigas, el rizar de la tarde con una lluvia de triples rizos. El color de la tierra, el olor de la alfalfa y del pan. Un pueblo que huele a miel derramada…"). o desértica: "Después de trastumbar los cerros, bajamos cada vez más. Habíamos dejado el aire caliente allá arriba y nos íbamos hundiendo en el puro calor sin aire. Todo parecía estar como en espera de algo".  Ambientes distantes de la naciente metrópoli que Rulfo gozó y padeció entre la sorpresa y la zozobra. Algunas de esas sensaciones se traslucen en los borradores contenidos en Los cuadernos de Juan Rulfo: "Era la primera vez que venía a México, donde pensaba establecerse, por razones económicas, tú sabes, pues la pensión o parte de la herencia que le pasaba su hermano, le rendiría más […] Yo le hablé de una casa en Churubusco […] Luego hablamos de viajes y de esas cosas. Después salió a relucir lo del insomnio […] Veía hacia afuera, por la ventanilla el país gris y triste de las tierras de Tlaxcala. El tren venía muy rápido. Pasábamos una estación tras otra sin detenernos y cada vez a mayor velocidad. 

En El Llano en llamas la ciudad aparece de manera muy aislada, casi inadvertida, como un guiño para el lector; en "El Paso del Norte", un hombre deja encargados a su esposa y a sus cinco hijos con su padre para irse a Paso del Norte (Ciudad Juárez) con la expectativa de cruzar la frontera. Antes pasaría por la capital del país donde buscaría unos pesos trabajando como cargador:

-Oye, dicen que por Nonoalco necesitan gente para la descarga de los trenes. 

-¿Y pagan?

-Claro, a dos pesos la arroba.

-¿De serio? Ayer descargué como una tonelada de plátanos detrás de la Mercé y me dieron lo que me comí. Resultó con que los había robado y no me pagaron nada; hasta me cusielaron [me echaron] a los gendarmes. 

Es revelador que en las fugaces apariciones de la capital del país, en la obra de Rulfo se muestran sitios que evidencian la movilidad de la población; se infiere el bullicio y el resplandor en el cruce de sus grandes avenidas, en los ventanales de sus torres; condensadas sombras que reflejan el vacío. "Me sentí más solo que nadie cuando llegué a la Ciudad de México y nadie hablaba conmigo, y desde entonces la soledad no me ha abandonado".   ("El escritor, la ciudad y la creación literaria", Roberto García Bonilla. Parte del discurso del escritor en el Festival Rulfiano de Sayula 2017)


 La Resiliencia en el Adulto Mayor.

Lic. y M.C. en Gerontología Juan Ramón Almejo Vargas

almejovargas5@gmail.com


Los adultos mayores son un grupo de población vulnerable donde cada uno de ellos responde de modo diferente ante estas adversidades; algunos no logran superar estas circunstancias, por lo que es aconsejable no generalizar; son un grupo heterogéneo y cada uno responde de diferente manera (Banda et al, 2017).

En esta ocasión de definirá la palabra resiliencia que es la capacidad que pueden desarrollar las personas resultado del proceso dinámico en el que interactúan factores de riesgo y de protección, desde individuales hasta socioculturales, posibilitando la superación del riesgo y/o evitando los efectos negativos del mismo de una manera constructiva, con lo cual se presentará la adaptación positiva (Díaz et al, 2017).

La resiliencia ayuda a los adultos mayores a superar factores de riesgo como soledad, depresión, enfermedad crónica o el duelo por la muerte de alguna persona significativa, siendo personas espirituales, optimistas, con actitud positiva, con esperanza y con sensación de autoeficacia, que buscan información y toman decisiones, que mantienen estilos de vida saludables y en la medida de lo posible un buen estado de salud. Así mismo, realizando una reestructuración cognitiva de los acontecimientos dolorosos, y que durante dichos acontecimientos se mantenga una buena relación familiar, así como otras redes de apoyo como amigos, compañeros de trabajo y grupos religiosos (Díaz et al, 2017).

Algunos investigadores han señalado que la resiliencia no es un atributo de la personalidad del individuo, sino un conjunto de recursos que la potencian, entre ellos, se encuentra la identidad positiva, el control personal, autoeficacia, autoestima, optimismo, apoyo social y el afrontamiento (Banda et al, 2017).

En el campo de la gerontología fueron novedosos los avances en relación a conocer las conductas proactivas de los adultos mayores y poner énfasis en el proceso de envejecimiento saludable y exitoso. En este contexto, la resiliencia sería un factor fundamental para reducir la intensidad del estrés y por lo tanto la presencia de signos emocionales negativos como la ansiedad y depresión en la vejez (Vilte, 2020).

Los hombres pueden ser inhibidos, inseguros y con problemas de comunicación, mientras que las mujeres son más flexibles y capaces de pedir apoyo de las figuras de apego, lo que facilita el desarrollo de su resiliencia (Vilte, 2020). 

Las mujeres tendrían un perfil resiliente más abocado al autorreconocimiento de su entorno con mayores habilidades interpersonales y fortalezas internas, lo cual les permitiría una postura más positiva frente a las adversidades, pero conllevaría a la dependencia de las figuras de apego. Mientras que, los hombres serían más pragmáticos y se apoyarían en una respuesta generativa autónoma, prescindiendo de redes (Vilte, 2020).

Doce dimensiones de la resiliencia. 1.- Identidad: autodefinición básica, autoconcepto relativamente estable en el tiempo, caracterización personal. 2.- Autonomía: sentimiento de competencia frente a los problemas, buena imagen de sí mismo, independencia al actuar. 3.- Satisfacción: percepción de logro, autovaloración, adaptación efectiva a las condiciones ambientales, percepción de desarrollo. 4.- Pragmatismo: sentido práctico para evaluar y enfrentar los problemas, orientación hacia la acción. 5.- Vínculos: condiciones estructurales que sirven de base para la formación de la personalidad. Relaciones vinculares, apego. Sistema de creencias. 6.- Redes: condiciones sociales y familiares que constituyen un apoyo para el sujeto. Sistemas de apoyo y referencia cercanos y disponibles (Saavedra & Varas, 2013). 

7.- Modelos: personas y situaciones que sirven de guía al sujeto para enfrentar sus problemas. Experiencias anteriores que sirven de referente frente a la resolución de problemas. 8.- Metas: objetivos definidos, acciones encaminadas hacia un fin. Proyección a futuro. 9.- Afectividad: autoreconocimiento de la vida emocional del sujeto, valoración de lo emocional, características personales en torno a la vida emocional. Tono emocional, humor, empatía. 10.- Autoeficacia: capacidad de poner límites, controlar los impulsos, responsabilizarse por los actos, manejo de estrés, terminar lo propuesto. 11.- Aprendizaje: aprovechar la experiencia vivida, aprender de los errores, evaluar el propio actuar y corregir la acción. 12.- Generatividad: capacidad de crear respuestas alternativas frente a los problemas, construir respuestas, planificar la acción (Saavedra & Varas, 2013).



 Política y literatura, don Quijote de la Mancha.

Por Rodrigo Sànchez Sosa

Cuando la paradoja es ama y señora del destino de los pueblos, surge la locura individual como respuesta a la contradicción neurótica colectiva, que pronto se volverá una liberación del alma comunal. Qué es el loco sino el producto sano de una sociedad enferma. Con los valores trastocados y mozalbetes como gobernantes, Sayula se ve lejos de locos que trastoquen la idiotez que se ha vuelto norma, devolviéndonos la cordura a todos. El refugio de la neurosis generalizada es la psicosis del héroe.  De Diógenes a don Quijote, de Jesús a Marx, el insano sana a los que se han perdido en la sin razón de los espejismos y amenazan con ahogarse en masa en el río de Narciso.  

Don Quijote de la Mancha 1ª Parte  


   En un lugar de la Mancha, de cuyo nombre no quiero acordarme, no hace mucho tiempo que vivía un hidalgo de lanza en astillero, adarga antigua, rocín flaco y galgo corredor. Una olla de algo más vaca que carnero, salpicón las más noches, duelos y quebrantos los sábados, lentejas los viernes, algún palomino de añadidura los domingos, consumían las tres partes de su hacienda. El resto de ella concluían sayo de velarte, calzas de velludo para las fiestas, con sus pantuflos de lo mismo, y los días de entresemana se honraba con su vellorí de lo más fino. Tenía en su casa una ama de llaves que pasaba de los cuarenta y una sobrina que no llegaba a los veinte, y un mozo de campo y plaza que así ensillaba el rocín como tomaba la podadera. Frisaba la edad de nuestro hidalgo con los cincuenta años. Era de complexión recia, seco de carnes, enjuto de rostro, gran madrugador y amigo de la caza. Quiero decir que tenía el sobrenombre de Quijada, o Quesada, que en esto hay alguna diferencia en los autores que de este caso escriben, aunque por conjeturas verisímiles se deja entender que se llamaba Quijana. Pero esto importa poco a nuestro cuento: basta que en la narración de él no se salga un punto de la verdad. Es, pues, de saber que este sobredicho hidalgo, los ratos que estaba ocioso -que eran los más del año-, se daba a leer libros de caballerías, con tanta afición y gusto que olvidó casi de todo punto el ejercicio de la caza, y aun la administración de su hacienda; y llegó a tanto su curiosidad y desatino en esto, que vendió muchas hanegas de tierra de sembradura para comprar libros de caballerías que leer, y así, llevó a su casa todos cuantos pudo haber de ellos. Y, de todos, ningunos le parecían tan bien como los que escribió el famoso Feliciano de Silva, porque la claridad de su prosa y aquellas intricadas razones suyas le parecían de perlas; y más cuando llegaba a leer aquellos requiebros y cartas de desafíos, donde en muchas partes se hallaba escrito: "La razón de la sinrazón que a mi razón se hace, de tal manera mi razón enflaquece, que con razón me quejo de vuestra hermosura." Y también cuando leía: "…los altos cielos que de vuestra divinidad divinamente con las estrellas os fortifican, y os hacen merecedora del merecimiento que merece vuestra grandeza" Con estas razones perdía el pobre caballero el juicio, y desvelábase por entenderlas y desentrañarles el sentido, que no se lo sacaría ni lo entendería el mismísimo Aristóteles,  si resucitara para solo ello. No estaba muy bien con las heridas que don Belianís daba y recibía, porque se imaginaba que por grandes médicos que le hubiesen curado, no dejaría de tener el rostro y todo el cuerpo lleno de cicatrices y señales. Pero, con todo, alababa en su autor aquel acabar su libro con la promesa de aquella inacabable aventura, y muchas veces le vino el deseo de tomar la pluma y darle fin al pie de la letra, como allí se promete; y sin duda alguna lo haría y aun tendría éxito en ello, si otros mayores y continuos pensamientos no le estorbaran. Tuvo muchas veces diálogos con el cura de su lugar -que era hombre docto, graduado en Cigüenza- sobre cuál había sido mejor caballero: Palmerín de Ingalaterra o Amadís de Gaula. Mas el maestro Nicolás, barbero del mismo pueblo, decía que ninguno llegaba al Caballero del Febo, y que si alguno se le podía comparar era don Galaor, hermano de Amadís de Gaula, porque tenía muy buena condición para todo; que no era caballero melindroso, ni tan llorón como su hermano, y que en lo de la valentía no le iba en zaga. En resolución, él (don Quijote) se enfrascó tanto en sus lecturas de libros de caballería, que se le pasaban las noches leyendo de claro en claro, y los días de turbio en turbio; y así, del poco dormir y del mucho leer, se le secó el celebro de manera que vino a perder el juicio. Llenóse de fantasía de todo aquello que leía en los libros, así de encantamientos como de pendencias, batallas, desafíos, heridas, requiebros, amores, tormentas y disparates imposibles: y asentósele de tal modo en la imaginación que era verdad toda aquella máquina de aquellas soñadas invenciones que leía, que para él no había otra historia más cierta en el mundo. 

Decía él que el Cid Ruy Díaz había sido muy buen caballero, pero que no tenía que ver con el Caballero de la Ardiente Espada, que de solo un revés había partido por en medio a dos fieros y descomunales gigantes. Mejor estaba con Bernardo del Carpio, porque en Roncesvalles había matado a Roldán el Encantado valiéndose del mito de Hércules, cuando ahogó a Anteo, el hijo de la Tierra, entre los brazos. Decía muchas cosas buenas del gigante Morgante, porque, con ser de aquella generación gigantea, en la que todos son soberbios y descomedidos, él solo era afable y bien criado. Pero sobre todos estaba interesado con Reinaldos de Montalbán, y más cuando le veía salir de su castillo y robar cuantos topaba, y cuando en allende robó aquel ídolo de Mahoma que era todo de oro, según dice su historia. Diera él, por dar la mano al traidor de Galalón, por el ama que tenía, y aun a su sobrina de añadidura. En efecto, rematado ya su juicio (enloquecido), vino a dar en el más extraño pensamiento que jamás dio loco en el mundo; y fue que le pareció convenible y necesario, así para el aumento de su honra como para el servicio de su república, hacerse caballero andante y irse por todo el mundo con sus armas y caballo a buscar las aventuras y a ejercitarse en todo aquello que él había leído que los caballeros andantes se ejercitaban, deshaciendo todo género de agravio y poniéndose en ocasiones y peligros donde, venciéndolos, cobrase eterno nombre y fama. Imaginábase el pobre ya coronado por el valor de su brazo, por lo menos del imperio de Trapisonda; y así, con estos tan agradables pensamientos, llevado del extraño gusto que en ellos sentía, se dio priesa a poner en efecto lo que deseaba. Y lo primero que hizo fue limpiar unas armas que habían sido de sus bisabuelos, que, tomadas de orín y llenas de moho, luengos siglos había que estaban puestas y olvidadas en un rincón. Limpiolas y enderezolas lo mejor que pudo, pero vio que tenían una gran falta, y era que no tenían celada de encaje, sino morrión simple; mas a esto suplió su industria, porque de cartones hizo un modo de media celada, que, encajada con el morrión, hacían una apariencia de celada entera. Es verdad que para probar si era fuerte y podía estar al riesgo de una cuchillada sacó su espada y le dio dos golpes, y con el primero y en un punto deshizo lo que había hecho en una semana; y no dejó de parecerle mal la facilidad con que la había hecho pedazos, y por asegurarse de este peligro la tornó a hacer de nuevo poniéndole unas barras de hierro por de dentro, de tal manera que él quedó satisfecho de su fortaleza, y sin querer hacer nueva experiencia de ella la diputó y tuvo por celada finísima de encaje. Fue luego a ver su rocín, y aunque tenía más cuartos que un real y más tachas que el caballo de Gonela, le pareció que ni el Bucéfalo de Alejandro, ni Babieca el del Cid con él se igualaban. Cuatro días se le pasaron en imaginar qué nombre le pondría, porque -según se decía a sí mismo- no era razón que caballo de caballero tan famoso, y tan bueno él por sí, estuviese sin nombre conocido; y ansí, procuraba acomodársele de manera que declarase quién había sido antes que fuese de caballero andante y lo que era entonces, pues estaba muy convencido en razón que mudando su señor mudase él también el nombre, y le diese fama y  estruendo, como convenía a la nueva orden y al nuevo ejercicio que ya profesaba. Y así, después de muchos nombres que formó, borró y quitó, añadió, deshizo y tornó a hacer en su memoria e imaginación, al fin le vino a llamar Rocinante (a su caballo),nombre, a su parecer, alto, sonoro y más significativo de lo que había sido cuando fue rocín, antes de lo que ahora era: que era antes y el primero de todos los rocines del mundo. Puesto nombre, y tan a su gusto, a su caballo, quiso ponérsele a sí mismo, y en este pensamiento duró otros ocho días, y al cabo se vino a llamar don Quijote, de donde -como queda dicho- tomaron ocasión los autores de esta tan verdadera historia que sin duda se debía de llamar Quijada, y no Quesada, como otros quisieron llamarle. Pero acordándose que el valeroso caballero Amadís no sólo se había contentado con llamarse Amadís a secas, sino que añadió el nombre de su reino y patria, por hacerla famosa, y se llamó Amadís de Gaula, así quiso, como buen caballero, añadir al suyo el nombre de la suya y llamarse don Quijote de la Mancha, con que a su parecer declaraba muy al vivo su linaje y patria, y la honraba con tomar el sobrenombre de ella. Limpias, pues, sus armas, hecho del morrión celada, puesto nombre a su rocín y confirmándose a sí mismo, se dio a entender que no le faltaba otra cosa sino buscar una dama de quien enamorarse, porque el caballero andante sin amores era árbol sin hojas y sin fruto, y cuerpo sin alma. Decíase él: -Si yo, por malos de mis pecados o por mi buena suerte me encuentro por ahí con algún gigante, como de ordinario les acontece a los caballeros andantes, y le derribo de un encuentro o le parto por mitad del cuerpo, o, finalmente, le venzo y le rindo, ¿no será bien tener a quien enviarle a que se hinque de rodillas ante mi dulce señora y diga con voz humilde y rendida: Yo, señora, soy el gigante Caraculiambro, señor de la ínsula Malindrania, a quien venció en singular batalla el jamás como se debe alabado caballero don Quijote de la Mancha, el cual me mandó que me postrase ante vuestra merced para que vuestra grandeza disponga de mí a su gusto? ¡Oh, cómo se holgó nuestro buen caballero cuando hubo hecho este discurso! Y más cuando halló a quien dar el nombre de su dama; y fue, a lo que se cree, que en un lugar cerca del suyo había una moza labradora de muy buen parecer, de quien él un tiempo anduvo enamorado, aunque, según se entiende, ella jamás lo supo ni se dio cuenta de ello. Llamábase Aldonza Lorenzo, y a ésta le pareció ser bien darle título de señora de sus pensamientos; y buscándole nombre que no desdijese mucho del suyo y que tirase y se encaminase al de princesa y gran señora, vino a llamarla Dulcinea del Toboso -porque era natural del Toboso-: nombre, a su parecer, músico y peregrino y significativo, como todos los demás que a él y a sus cosas había puesto.


       Elecciones extraordinarias en Tlaquepaque

Por Arturo Fernández Ramírez

Apenas hace dos ediciones comentamos sobre las resoluciones de los Tribunales que revocaban designaciones de funcionarios electos en las elecciones pasadas. Y señalamos la posibilidad de que hubiera juicios pendientes, haciendo referencia que ya se habían dado casos en los que un día antes de la protesta o de asumir el cargo, se revocaban las constancias de asignación otorgadas por el Instituto Electoral. Sorpresivamente, el pasado 30 de septiembre, después de haber tomado la protesta de ley, se notificó la nulidad de las elecciones de San Pedro Tlaquepaque, Jalisco. Ahora, se ha convocado a un nuevo proceso para el 21 de noviembre de 2021 y los ganadores entrarán en funciones el 1 de enero de 2022. La polémica que se ha desatado es que solo podrán participar mujeres, es decir, quedaron vetados los hombres. No se está en contra del sexo femenino, pero sí del trasfondo, porque MC postuló a una candidata, mientras que MORENA que quedó en segundo lugar, compitió con un varón.

    Durante abril y mayo, la mayoría, por no decir que todas, las encuestas daban la preferencia al candidato de MORENA. Al final, el efecto "Lemus" favoreció a la abanderada de MC pero con números muy cerrados. En una nueva elección sin personajes de influencia como pasó en junio, se ve muy difícil que se repita un resultado a favor de quien había ganado. Lo más seguro es que el favorito de aquellas consultas ciudadanas ahora sí pueda alzarse con el triunfo. Por eso se cuestiona el impedimento hacia los hombres, el trasfondo es favorecer a quien es afín del partido del gobernador de Jalisco.

   Pareciera un juego de poder, donde a nivel federal se pretende favorecer a un partido, mientras que en lo local a otro. Recordemos que al validar las candidaturas, en forma sorpresiva el Instituto Electoral y de Participación Ciudadana negó registros de varios aspirantes, curiosamente de MORENA, como el de Tonalá. Quien tuvo que irse a los Tribunales e inició su campaña casi a la mitad del tiempo establecido. Con todo y ello ganó la elección, ahí el efecto "Lemus" topó con pared.

   Retomando el caso de Tlaquepaque, se corre el riesgo de nuevas impugnaciones por impedir que participen los hombres. Seguramente el Tribunal Electoral de Jalisco validará esa decisión, pero a nivel federal donde no alcanza la influencia del grupo político que domina Jalisco, se puede revertir esa decisión. Por eso es importante que se actúe con mayor mesura, que no se tome como pretexto una equidad de género cuando todo indica que el trasfondo es otro. Recordemos que en política la forma es fondo.

   En fin, vamos a seguir de cerca el caso que comentamos para ver cómo se desenvuelve. Pero la clase política debe entender lo que en varias ocasiones hemos dicho, con todo y que muchas veces los mismos Tribunales actúan con criterio político y no jurídico, en ocasiones sí se apegan a derecho. Y es cuando se vienen abajo procesos electorales. Ahora le tocó a Tlaquepaque, evitemos que se repita en lo sucesivo. Comentarios y sugerencias al correo electrónico arturferam@hotmail.com