martes, 1 de octubre de 2019

Especial para Horizontes...
La herencia africana en Sayula y la
 región, los afrodescendientes
Reportaje de Investigación de  Rodrigo Sánchez Sosa, Cronista de Sayula 

Hablar de México es hablar de contrastes y mestizaje. El pueblo mexicano está formado de las distintas razas (tomaremos el sentido literal de la palabra, sin ninguna intención peyorativa que pudiera atañerse al término) humanas que convergieron durante la época colonial en América. Durante los casi 500 años que duró esta etapa fue tiempo suficiente para que se fuera creando una identidad propia, y que se diera el ya mencionado mestizaje, dando como resultado las características físicas de las que gozamos actualmente. Y una de las ramas del mestizaje que existen en nuestro país es la de los afromexicanos. Se denomina así a las poblaciones que gozan de cultura y características físicas de antepasados negros, cuyos orígenes llegan a los esclavos africanos traídos por los españoles al continente.
En el pasado Censo de Población y Vivienda hecho por el INEGI en 2015 se registró a un aproximado de 1.4 millones de personas que se identifican como afrodescendientes. Ellos equivalen al 1.16% de la población nacional, de estos el 51.0% son mujeres y el 49.0% hombres. Cabe resaltar que el concepto tiende a ser inexacto, ya que el criterio que se empleó fue una pregunta en la que se cuestionaba si el ciudadano se consideraba afrodescendiente.  Con respecto a los criterios que tienen que ver con calidad de vida y salud, en muchos sentidos (según la encuesta) estos tienen porcentajes muy semejantes a los del resto de la población, para ejemplificar, en escolaridad la media nacional es de 9.1 años, mientras que entre la población afrodescendiente es del 8.9, así mismo, el acceso a seguridad social es de 82.1, a comparación del 82.2 en el resto de los mexicanos. Hubo incluso un criterio de condiciones de vivienda (Viviendas con piso de cemento o firme) donde presentaron resultados superiores al promedio nacional con un 57.9% contra un 52.7%. Pero no todo luce tan bien para ellos, la tasa de analfabetismo es tres veces mayor a la del promedio nacional con un 15.7 % contra un 5.5%.; y también, para un afromexicano es doblemente más difícil obtener un empleo remunerado con tres salarios mínimos o más que para cualquier otro mexicano con un porcentaje de 15.2 % contra el 30.4% del país. Por su parte, los estados con mayor presencia de población afrodescendiente son Guerrero con 6.5 % de su población, Oaxaca con un 4.9%, Veracruz con 3.3, en Edo. Méx. y CDMX con 1.9 % y 1.8 % respectivamente… 
 Hay bastante en nuestra historia respecto a la herencia afroamericana que ignoramos. Comencemos con que el primer pueblo de esclavos libres de América se fundó en Veracruz por el valor de un esclavo fugitivo llamado "Ñyanga" (mejor conocido como Yanga) que junto con otros "cimarrones" negros que escaparon de la esclavitud, fundó un asentamiento para fugitivos de las haciendas en 1608, y para 1630 el entonces Virrey de Cerralvo lo legitimó, llamándolo San José de los Negros. Incluso se dice que muchos esclavos fugitivos provenientes de las Colonias Inglesas (E.E.U.U.) huyeron hacia el sur, llegando a este refugio.    También es importante recordar las aportaciones que tiene la herencia negra para la creación de nuestra identidad cultural, en Guerrero, Oaxaca y Veracruz la influencia de los antepasados africanos es por demás visible en festividades como los distintos Carnavales o durante Día de Muertos a través de la música y danzas (como la de "los Diablos" en Guerrero). Además, varios personajes por demás ilustres de nuestra historia eran mulatos, como el Cura José María Morelos, Vicente Guerrero, Emiliano Zapata o el presidente Lázaro Cárdenas.
A pesar de las cifras, en lo concerniente a la integración social las cosas no son tan sencillas. Uno de los mayores retos que enfrentan las comunidades de origen negro es la discriminación.   Actualmente el panorama parece comenzar a abrirse para la inclusión de las comunidades afrodescendientes que sobrevivieron, apenas en abril de este año se aprobó la adición de un apartado C en el Artículo 2° de la Constitución mexicana, en el que se le brinda un merecido lugar dentro de la diversidad étnica de la Nación a los pueblos afrodescendientes; pero esto tendrá resultados y favorecerá a nuestro país sólo cuándo la sociedad termine de involucrarse en la vida pública y busque lograr que nuestro país sea más justo para todos. (María Fernanda Delgado)
En Sayula, Usmajac, Tamaliagua, el reparo y toda la región, las personas están poco conscientes de su herencia africana. Una importante mayoría de personas en esto que fuera la Provincia de Ávalos, aun cuando no se reconoce como en otros estados de la república, tienen en común antepasados africanos. Las facciones en muchos son obvias; pero, luego de la Independencia, visto esto como parte del antiguo orden colonial se olvidó el sistema de castas y el ideal liberal del siglo XIX se encargó de eliminar las diferencias étnicas, no había más indios, castas o criollos, sólo mexicanos, ante la constitución; luego, el racismo y clasismo hizo lo propio. Los indígenas sobrevivieron como tales gracias a  su identidad arraigada en la región, sus profundas raises. Incluso en Tuxpan los nahuas se reconocen como pueblo indígena conviviendo con mestizos hoy. Pero, los afrodescendientes desaparecieron por completo durante el siglo pasado, como denominación étnica diferenciada, aunque su legado genético y algunas costumbres sobrevivieron (San Andrés Ixtlán en el siglo XIX se conoció como San Andrés de los Negros). Ellos mismos, los afrodescendientes, terminaron perdiendo su conciencia de identidad, pero siguen aquí o seguimos aquí, mejor dicho. La llegada de los africanos a Sayula fue de esta manera:
La mano de obra indígena, que comenzó a escasear a finales del siglo XVI, debido al abuso español y las epidemias, fue substituida por la fuerza de trabajo de los esclavos traídos de África, utilizándose principalmente en las minas, obrajes y los ingenios azucareros; y en menor medida como servidumbre doméstica.
"(en Sayula) Los esclavos eran objeto de compra, venta, donación o herencia, considerándoseles como bienes de mucha estima y alto costo, pues algunos llegaban a valer seiscientos pesos oro común, o sea, el mismo valor que tenía una casa en Guadalajara…" (Jesús Amaya Topete)
Durante el siglo los siglos XVI y XVII fue el auge de la esclavitud en la Nueva España. La prohibición de utilizar a los indígenas súbditos de la corona como mano de obra en las minas, incluso se prohibió utilizarlos en los ingenios azucareros, se sumó a la paulatina despoblación de naturales… 
Los Africanos esclavos que no trabajaban en las minas o plantaciones de caña, eran sirvientes de los españoles. En los primeros años del 1700, de la Mota y Escobar contabiliza más de 500 esclavos negros y mulatos trabajando como sirvientes domésticos en casas españolas y criollas en Guadalajara. Thomas Calvo en su tesis editada por el ayuntamiento de Guadalajara en 1987, titulada "Guadalajara y su región siglos XVI y XVII, registra la llegada de un considerable número de esclavos negros a Guadalajara y la región al comenzar el siglo XVII. 
Don Joaquín Fermín de Echauri, rico comerciante peninsular de la ciudad de Guadalajara y dueño de  haciendas en Sayula, donde residió, murió y fue sepultado, era un importante e influyente vecino además de mercader de esclavos africanos;   por lo que resulta muy posible que el comercio de esclavos al iniciar el siglo XVII se diera en la plaza de comercio de Sayula.  Los esclavos negros traídos a la Provincia de Ávalos y por lo tanto a Sayula procedían de Angola y Guinea Ecuatorial, África, traficados por españoles y portugueses, seguían la ruta: Sevilla, Canarias, La Habana, Santo Domingo, Veracruz, Ciudad de México, Guadalajara o Michoacán y La Provincia de Ávalos, donde pudieron ser puestos en venta en Sayula o Zacoalco para haciendas, plantaciones y minas tierra adentro o como servidumbre doméstica. La pequeña cantidad de mujeres que se traficaba desde África hasta la región, y el trabajo forzado hasta casi la muerte en las minas e ingenios azucareros de los esclavos negros, disminuyeron la presencia negra en los pueblos importantes de la Provincia. La mayoría vivía en las haciendas, ranchos,  minas, y los evadidos en el comunidades aisladas del monte, eran muy pocos los que se dedicaban al servicio doméstico en las ciudades españolas como Sayula durante el siglo XVII. 
Pese a ser de la misma región del África ecuatorial, los esclavos negros, pertenecían a diferentes pueblos y hablaban leguas distintas, lo que no permitió una consolidación cultural africana importante y por lo mismo una resistencia al exterminio de sus raíces. El mestizaje preservó la herencia africana, los mulatos y otras castas relacionadas con esta, eran numerosas de acuerdo a documentos del siglo XVII aunque la población negra como tal, había casi desaparecido para 1748; por ejemplo, en Guadalajara.  Ya en el siglo XVIII se comienza a hablar más de mulatos que de negros.   Los rasgos africanos en Usmajac, Sayula y sus delegaciones son muy comunes, así como en la región. (Sayula del antiguo Tzaulan al Sayula de los Pérez Rulfo)
"Teocuitatlán aparecía (entre 1789 y 1793) como pueblo de indios con...curato de clérigos... habitado por 1,359 almas, de las cuales eran...85 españoles, 128 indios y 1,146 mulatos...". Esa notable cantidad de mulatos sólo era inferior a las que se registraron en San Juan Cosalá y Sayula…" (Patricia Arias y Rodolfo Fernández)
"…una revisión de los libros de bautizo y defunción de mediados del siglo XVIII da cuenta de la presencia de una gran cantidad de mulatos (blanco con negra) tanto libres como esclavos, de moriscos (blanco con mulata) y lobos (indio con negra)… El Padrón de 1823 no permite distinguir ni ubicar espacialmente a la población de origen negro pero una revisión preliminar de los libros de bautizo, defunción y matrimonio sugiere que la población de ese origen vivía predominantemente en las haciendas, en menor medida en los ranchos, es decir, quizá mucho más en contacto con la población criolla y mestiza que con los indígenas del curato que, como hemos dicho, se ubicaban más bien en los barrios de los pueblos."  (Ibid)
"…de Sayula aparecen muchas anotaciones de negros y mulatos, mencionándose como dueños de esclavos…en 1622 a Juan Vizcaíno; en 1653 al Capitán Lucas Camberos; en 1663 a Francisco Cárdenas…En 1746 un padrón menciona la existencia (en Sayula) de 1,676 mulatos y 716 de otras castas negroides…"  (Federico Munguía Cárdenas)
Parte de reconocer nuestro pasado e identidad es despojarnos de los prejuicios y sentirnos orgullosos de este otro origen en la región, el Africano.



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