lunes, 31 de mayo de 2021

 Sayula en medio de los cambios

de paradigma en la historia

Reportaje de Investigación de  Rodrigo Sánchez Sosa, Cronista de Sayula 

Sayula fue considerado como un bastión de españoles durante la independencia, y en la región despertó animadversión por la crueldad con que eran tratados los prisioneros insurgentes o cualquier sospechoso de serlo. De ahí que con el tiempo los pueblos vecinos tuvieran reservas con Sayula, que se trasformarían en resentimiento. La lucha continuó en el sur de lo que sería luego el estado de Jalisco, durante todo el decenio que se prolongó la guerra de independencia. Los intentos por pacificarla incluso con un poderoso ejército al mando del general español José de la Cruz, no fueron suficientes, la resistencia de por ejemplo los hermanos Guzmán, Gordiano y Francisco, este último muerto en la lucha temprano, llegó hasta la consumación de la independencia en 1821, cuando Agustín de Iturbide y el mulato Vicente Guerrero pactaran en Acatempan bajo la bandera de las tres garantías. El 14 de junio de 1821 se juraría en las casas consistoriales de Sayula el Plan de Iturbide, celebrando con fiesta popular, música y repique de campanas a todo vuelo. En contraste, en Guadalajara, el 13 de octubre, mientras entraba vencedor a la ciudad de México el ejército trigarante, consumando la independencia, se


celebraba el cumpleaños de Fernando VII con una recepción en palacio y una misa en catedral. La riqueza de Sayula acumulada por criollos y españoles, casi se agotó por completo en los once años de lucha armada de la idependencia, sin embargo, volvió a resurgir Sayula en la primera mitad del siglo XIX que comenzaba con un México independiente de España, por su ubicación estratégica: Como se sabe por Lagos de Moreno pasaba la ruta que unía a Guadalajara con el bajío y la ciudad de México; por Etzatlán, la que conducía a Tepic y San Blas; mientras que por suelos de Sayula atravesaba la vía rumbo a Colima y Manzanillo. El relato casi épico de la lucha de independencia en Sayula y el sur de Jalisco, que aquí recogemos, producto del trabajo de investigación y recopilación historiográfica del cronista emérito de Sayula don Federico Munguía Cárdenas, plasmado en su libro "La Provincia de Ávalos", parece reducir a tres los bandos enfrentados en esta lucha. Lo mismo los apuntes y crónicas que cita. Fuera del bando realista al que pertenecían criollos y españoles peninsulares, incluso batallones de indios organizados por la iglesia, y el bando insurgente representado por los criollos liberales y líderes indígenas rebeldes; no encontramos referencia alguna a mulatos, mestizos o castas. A pesar de que se sigue citando el orden estamentario colonial como en el caso de la república de indios, se ignora por completo en estos relatos de principios del siglo XIX citados por Munguía Cárdenas, a las castas y sobre todo a los mulatos que de acuerdo a documentos del siglo XVIII ya sobrepasaban en número a los indígenas70. El propio Munguía Cárdenas cita de un censo de 1746, una cifra de 1,676 mulatos y "716 de otras castas negroides" (sic) que habitaban en Sayula (no cita fuente, pero seguramente debe ser el archivo de la parroquia de Sayula), lo que suma 2392 personas de ascendencia africana, aunque no queda claro si se refiere a estas personas como habitantes de Sayula o sus alrededores; otro trabajo puede aclararlo, Patricia Arias y Rodolfo Fernández en su trabajo Antigua hacienda de Toluquilla, pobladores y poblamiento en Teocutitlán, dan cuenta del poblado de Teocuitatlán, mucho más pequeño que Sayula, con una población de 1146 mulatos entre 1789 y 1793, aclarándonos que la cifra sólo es inferior a la cantidad de mulatos que habitaban Sayula y San Juan Cosalá en el mismo periodo. En 1757, de acuerdo al archivo parroquial citado por Munguía Cárdenas, en Sayula y Usmajac existía una población total de 1,978 indígenas, contrastado con los 2392 de ascendencia africana del censo de 1746. Sigue Munguía citando a Carrillo Vértiz, diciendo que para 1791, Sayula dejó de ser una población predominantemente indígena, pues los indios sólo representaban la tercera parte de la población total. Los archivos parroquiales de Sayula, citados por Munguía, dan cuenta de su feligresía española "y demás gente de razón" (sic) en número de 14, 685 en 1757.73 Dice don Luis Pérez Verdía que una de las actitudes de los españoles que indignaba durante la colonia, y que fue factor para la rebelión de independencia, era que estos, con irritante superioridad que se abrogaban, se llamaron así mismo "gente de razón". Lo cierto es que el número de habitantes en Sayula y la Provincia de Ávalos o subintendencia, suscita cierta duda: Mientras los registros marcan un aumento de la población en la Provincia entre 1670 y 1790, de casi 42 mil habitantes; en la ciudad de Sayula, en los años que particularmente se nota más el incremento demográfico de la Subintendencia, en su capital, disminuye. Siguiendo a Munguía Cárdenas, sus fuentes: entre 1746 y 1757 la población aumentó en Sayula, en 99 personas. Un 1.5%, mientras que en la provincia en las mismas fechas aumentó en 4 mil personas, un 2.24% ¿Estaba creciendo Sayula por debajo del promedio regional? ¿Por qué? En 1785 disminuye la población en Sayula con respecto de 1757, pasando de 6,670 a 6,579, 1.3%. En 1801, drásticamente desciende, de acuerdo al padrón de la parroquia, de 6, 569 a 5, 993, un 8.7%. Si comparamos esta última cifra, 5, 993 con la de 1757, la primera cita del archivo parroquial, que no tiene sentido, la feligresía no creció, disminuyó en un 59%. Las cifras con respecto a la tabla citada de Muriá, efectivamente, no tienen sentido. En la tabla, sólo entre 1760 y 1790 la población en la Subintendencia de Sayula aumentó en un 46.06%. Se podría hablar de las pestes como razón de la disminución significativa de habitantes en Sayula, pero normalmente, estas mermas demográficas no se circunscribían a una sola población, más aún, por la interacción social y el aumento del riesgo de contagio, si esta era el centro comercial, económico y político de la región, como es el caso. La disminución de población desde 1548 (44, 679 habitantes) hasta 1650 (7,100 habitantes), afectó principalmente a la comunidad indígena, la recuperación tuvo que ver con la llegada de esclavos africanos en siglo XVII y el aumento del mestizaje; la recuperación, por su parte, de la población indígena fue lenta ¿Ocultan estas cifras el aumento de mulatos y otras castas, en contraste con la disminución de la población indígena en Sayula? ¿Por qué?, porque el indígena pasó de ser casi esclavo, apenas a salvo por el estatus que le daban la evangelización y su figura legal como súbdito de la corona, a símbolo catalizador de los tiempos; el buen salvaje de la ilustración. Sin embargo, la tendencia para entonces, al despoblamiento indígena, era ya marcada, al menos en Sayula. Dado que ser indígena era una desventaja en la colonia, las mujeres indígenas, rehuían el contacto sexual, recurrían al aborto o abandonaban a sus maridos buscando el contacto con españoles y con ello una mejor suerte para sus hijos mestizos; incluso en un principio se documentaron suicidios en masa de los indígenas en una total desesperanza. A medida que la explotación y despojo de tierras se recrudecía, las reacciones indígenas de resistencia eran extremas. Los varones indígenas ante su suerte se daban a la evasión en el alcohol, si es que no se los obligaba a trabajar hasta la muerte en obrajes o minas. Las comunidades indígenas, barrios o República de Indios, resguardó a muchos, pero las reformas de finales del siglo XVIII y el despojo de sus tierras, llevó a cada vez más indígenas a la indigencia y el desamparo. En 1700 y 1800, fue el auge de los mulatos y  en la antes Provincia después Subdelegación de Sayula, de acuerdo a los documentos de la época antes citados. ("Sayula del Antiguo Tzaulan al Sayula de los Pérez Rulfo".) 

Los tiempos violentos, convulsos y de cambio de paradigma, que suelen durar decenas de años en la historia; terminan por desplazar no solo un orden social preestablecido sino, grupos sociales y étnicos; trasformando de tal modo el orden y la estructura de una sociedad, muchas veces hasta sus cimientos, como pudimos ver en este extracto de la historia de Sayula que aquí citamos. Si uno tiene los suficientes años para darse cuenta, el orden social en nuestro municipio, que implicaba el poder político y fáctico, incluido le orden social y de género,  se está trasformando influenciado por los cambios paradigmáticos en todo el mundo. El tejido social había ya sido trastocado a raíz de la violencia y el crimen, ahora la lucha política está a punto de trasformar otra parte del imaginario colectivo, once candidatos a la alcaldía marca marca un cambio muy evidente; la manifestación, violenta, pues no puedo llamarla de otra forma tras los hechos vandálicos, del martes pasado marcan otro hito en las relaciones de género del Sayula tradicional, pese a que las manifestantes no eran de Sayula. La forma apabullante y descarada de la campaña del candidato más joven en la contienda electoral, marca otra percepción de lo público tendiente cínicamente a la simulación y manipulación. Los poderes fácticos, agazapados en sus burbujas de privilegios impunidad, están parados sobre arena movediza, esto es un cambio de paradigma. Estamos a punto de ver trasformaciones increíbles de nuestro entorno inmediato como los relatados al final de la colonia en México y Sayula, líneas arriba. No importa cuánto se desee o cuánto poder se tenga, el cambio de paradigma trastocará todo en Sayula, como entonces sucedió, al final de la colonia. 

 


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