martes, 8 de mayo de 2018

Especial para Horizontes...
Leyendas y Mitos de Sayula
Reportaje de Investigación de  Rodrigo Sánchez Sosa, Cronista de Sayula 

Los mitos ancestrales, muy poco de ellos trasmitidos por tradicional oral y la mayor parte por las crónicas españolas de la conquista del Sayula indígena, tienen que ver con la cultura madre de Mesoamérica a la que pertenecía esta parte del país entonces, la teotihuacana. Los pueblos que influyeron en Sayula y la región culturalmente y difundieron estos mitos fueron principalmente los Otomíes y nahuas, Sus mitos y leyendas se reflejan hoy en parte de la cultura popular de los mitos contemporáneos, por ello, para comprender estos habrá que hacer un recuento de los mitos prehispánicos del Sayula milenario. El origen de algunos de estos podría remontarse a 300 años antes de cristo.
La mitología Otomí: 
"En 1978 tuve mis primeros contactos con los otomíes… conviví a menudo con la gente de San Nicolás, un barrio de Ixmiquilpan… participando en sus fiestas y aprendiendo de su cultura. Al mismo tiempo leí por primera vez los textos sobre la cultura de los antiguos nahuas, recopilados por fray Bernardino de Sahagún hacia mediados del siglo XVI. Pude percibir, borrosamente, la existencia de una cultura centromexicana, de raíces precortesianas (previa a los nahuas), que trascendía las fronteras lingüísticas y que se había adaptada a los nuevos contextos sociales surgidos a raíz de la Conquista…En mis apuntes del periodo 1978-1986, hay varias observaciones sobre los otomíes del Valle del Mezquital que parecen ser ecos de las tradiciones consignadas por Sahagún cuatro siglos atrás, aunque Sahagún hablaba de la cultura de los nahuas del valle de México. Uno de estos ecos se refiere a los vínculos entre las serpientes y la lluvia… El vínculo entre los tecolotes y la muerte…(y) muchas historias de brujas en el Valle del Mezquital… Los ejemplos anteriores sirven para registrar mis impresiones iniciales, que parecían indicar la existencia de un común denominador entre la cosmovisión y la ideología de los antiguos nahuas y de los otomíes del Valle del Mezquital"  (Wright Carr, David Charles. El pueblo Otomí: el pasado acumulado en el presente)
Los mitos otomíes-nahuas del Valle Central y la tradición del Sayula contemporáneo se pueden comparar, encontrando importantes coincidencias. Mencionaremos sólo tres: la asociación de las serpientes y la lluvia en el culto a Quetzalcóatl; el tecolote como anunciador de la muerte (este un mito muy común en todo México, pero con una variante en el caso de  Sayula: no se asocia a la lechuza con el mito, sino a un pájaro fantástico, de aspecto terrible, "El pájaro muertero"), y Las brujas:
La culebra de viento:
 "Este Quetzalcoatl, aunque fue hombre, tenianle por dios; y dezian que barria el camino, a los dioses, del agua. Y esto adivinavan, porque ante que comiençan, las aguas, ay grandes vientos, y polvos: y esto dezian, que quetzalcoatl, dios de los vientos, barria los caminos, a los dioses, de las lluvias: para que viniessen, a lluver."  (Sahagún, Bernardino de .  Códice florentino) “Mi padre, cuando veía venir la culebra de viento que traía la tromba, sacaba su macheta y se paraba a media parcela para cortarla mientras rezaba…decía que era la culebra del cielo, eso sería por el cuarenta y tantos (1940), yo estaba chiquilla, me acuerdo bien…"  (Registro oral de vecino de Sayula)
El pájaro muertero:
"Tambien, quando oyan cantar al buho [llamado teculutl en el texto náhuatl], estos naturales desta nueva españa: tomavan mal aguero, ora estuviesse sobre su casa, ora estuviesse sobre algun arbol cerca: oyendo aquella manera del canto del buho: luego se atemorizavan, y pronosticavan: que algun mal les avia de venir, o de enfermedad, o de muerte, o que se los avia acabado el termino de la vida, y alguno de su casa, o a todos, o que algu[n] esclavo se le avia de huyr, o que avia de venir su casa, y familia a tanto riesgo, que todos avian de perecer" 
(Sahagún, Bernardino de .  Códice florentino)
"El pájaro muertero. Bueno, así lo conoce la gente aquí, es el que canta cuando alguien se va a morir o va a enfermar… aquí en Sayula se oye cuando va a pasar algo malo …" (Registro oral vecino de Sayula)
Las brujas:
"Tenian otra supersticion, dezian: que para q[ue] no entrassen los bruxos en casa, a hazer daño: era bueno, una navaja de piedra negra, en una escudilla de agua puesta, tras la puerta, o en el patio de la casa de noche, dezian: que se vian alli los bruxos. Y en viendose en el agua, con la navaja de dentro: luego davan a huir, ni osavan mas bolver aquella casa" 
(Sahagún, Bernardino de .  Códice florentino)
"A mí me contaba mi mamá que era bueno dejar un vaso de agua y unas tijeras o un cuchillo junto a la cama, para que los brujos no entraran de noche a hacerle maldades a uno o robarse el alma de los niños…ansína le enseñaron a una… "  (Registro oral vecino de Sayula)
Si los nahuas a su paso por el Valle de Sayula, legaron algunos mitos a esta región, estos no fueron los del Altiplano Central, de origen teotihuacano, que adaptarían a los propios a su llegada a donde fundarían Tenochtitlán. Los mitos llegaron a esta región desde la meseta central, o bien por los teotihuacanos o bien por los otomíes. Este autor se inclina a pensar que fueron traídos por la migración otomí,  en la variante que ha sobrevivido. Los nahuas aportaron la base de la lengua Tzayulteca que se hablaría en la región hasta la llegada de los españoles y con ello una importante base cultural complementaria, esto mismo sirvió de evidencia de su permanencia en el valle de Sayula  luego de las  migraciones de este pueblo al sur.
Los Dioses prehispánicos.
El legado del panteón teotihuacano, influencia otomí, reconocía el culto al sol, la luna y Venus; pero las deidades principales pudieron haber sido, según las crónicas y las investigaciones arqueológicas Tlaloc y Quetzalcóatl; Munguía Cárdenas menciona el culto al dios niño azteca Teopilzintli en el valle y en la región (Ameca y Tzapotlàn), que incluía el canibalismo .  El culto a los dioses locales persistió mucho tiempo después de la conquista. La orientación de complejo Santa Inés, como sede del poder político y religioso del Tzaulán, y sus montículos posiblemente alineados con  puntos en el horizonte, donde sale y se mete el sol, la luna y venus, apunta a un culto al dios teotihuacano Quetzalcóatl, en oposición a Tlaloc,  que se asociaba con la cuenca, el agua, la lluvia, el inframundo  y posiblemente la  producción de sal. Lamentablemente no hay estudios  al respecto, sólo se ha clasificado  arqueológicamente el sitio Santa Inés, etiquetándolo como una plaza central rodeada por plataformas y montículos de carácter cívico religiosa. Al parecer la evidencia de tumbas al oriente  de la cuenca (la casa del sol) sugiere el mismo culto a Quetzalcóatl.
"Al noroeste de la exploración se encuentra el área 3, de aproximadamente 220 m cuadrados , con 31 entierros depositados entre 23 y 98 cm de profundidad…El área 3 contuvo 45 individuos en 11 entierros colectivos y 20 individuales…En 8 esqueletos no se pudo identificar el sexo, y de los otras 37, 32 fueron masculinos y sólo 5 femeninos. La mayor mortalidad es en adultos jóvenes, y la población no adulta…Así, el área 3 parece destinada a hombres jóvenes, en la que a veces se depositaron mujeres, también jóvenes, pero donde los infantes estaban excluidos, pues los pocos que hay son secundarios en entierros colectivos…el área 3 no representa una población normal, ya que los femeninos son escasos y los pocos infantes, secundarios…estaría destinada solo a ciertos individuos no necesariamente familiares y más bien unidos por otras características de estatus compartido en la que la localidad de inhumación era importante…En lo referente a patología, en el área 3, de los 32 individuos masculinos 6 presentan fracturas -principalmente en costillas-, politraumatismo en una tercera parte de los casos…Es interesante señalar que el área 3 tiene la mayor cantidad de puntas de proyectil asociadas a entierros…los esqueletos del área 3 se haya una pérdida dental ante mortem que inicia antes de los 25 años y tiende a ubicarse en los dientes del frente por lo cual podría ser efecto de golpes, sugiere que fue un área especial de uso exclusivamente funerario para cierto grupo de la población posiblemente involucrado en actividades militares. Fray Bernardino de Sahagún menciona que   entre los mexicas los fallecidos en guerra iban a la parte oriental de la casa del sol; esta orientación prevalente en el área 3…Entre los mexicas, las mujeres muertas en parto o (en particular las primerizas) batalla se consideraban el equivalente femenino de los guerreros y se creía que iban también a la casa del sol"    (Emphoux, Jean Pierre. Schöndube  Otto)
De acuerdo a la monografía sobre la Providencia de Ávalos de Lucía Arévalo Vargas, se conoce que, antes de la llegada de los españoles, en Sayula y la región, existió un culto a la rana, quizás asociado a Tlaloc; Igual se daba culto a Xipe-tótec, dios de la sarna y las enfermedades de los ojos o el dios desollado;  Itlacateotl, dios al que se le sacrificaban niños ahogándolos, esto por el rumbo de Zacoalco; Huhueteotl, dios del fuego y las erupciones volcánicas; Teocoatl- Atlaquaquila, al que también se le sacrificaban niños, se piensa que el toponímico "Zacoalco" deriva del nombre de éste dios (aunque algunos otros lo traducen como "lugar de la pirámide" o "donde está la pirámide"); Centeotl, dios de las cosechas y Teopitzintli, el dios niño . El panteón es una mezcla de dioses teotihuacanos y nahuas, con la posible excepción del culto a la rana, que podría ser local.
(Tomado del libro "Sayula: del antiguo Tzaulan al Sayula de los Pérez Rulfo")


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