lunes, 21 de diciembre de 2020

 Política y Lenguaje,  la manipulación de los simbólico. 

Por Rodrigo Sànchez Sosa

En el libro "Las palabras y las cosas" Michel Foucault el pensador francés más importante de los últimos 40 años y cuya obra influiría de forma importante la concepción de la ideología neoliberal sin que este se lo propusiera, nos dice sobre el leguaje y las palabras: 

"…aunque el hombre sea en el mundo el único ser que habla no por ello es una ciencia humana el conocer las mutaciones fonéticas, el parentesco de las lenguas, la ley de los deslizamientos semánticos; en cambio, se podrá hablar de ciencia humana una vez que se intente definir la manera en que los individuos o los grupos se representan las palabras, utilizan su forma y su sentido, componen sus discursos reales, muestran y ocultan en ellos lo que piensan, dicen, quizá sin saberlo, más o menos lo que no quieren, y en todo caso dejan una gran cantidad de huellas verbales de estos pensamientos, huellas que hay que descifrar y restituir en la medida de lo posible a su vivacidad representativa."  


Con ello intenta Foucault explicar que las palabras no necesariamente representan las cosas de forma objetiva, sino que pertenecen a un discurso que las crea y por ello a una visión del mundo que tiene que ver con la vivencia de grupos humanos, sus intereses y sueños. 

Hoy platicando con un muy estimable amigo en una plática informal donde más que nada intercambiamos impresiones vagas, me comentaba sobre algunas declaraciones del presidente de la República, sobre conceptos o palabras que de acuerdo a mi amigo, mostraban el desconocimiento de López Obrador en relación a las mismas. Una de ellas era "resilencia", ante la cual según mi amigo,  el presidente expreso no conocer a qué se refería tal término. Vemos el contexto: parecería increíble que el presidente del país, reconocido a nivel internacional como uno de los más populares y cuya gestión ha sorprendió a todos excepto a sus detractores - ¡claro! -, reconociera su ignorancia ante un concepto tan usado en la actualidad. Me es fácil imaginar a Francisco I Madero, preguntándose ante una entrevista, y preguntando a su interlocutor y por medio de este a su auditorio: ¿Qué es "ciencia positiva"? algo que en el contexto del positivismo comtiano prestigiado en las políticas porfiristas de principios del siglo XX,  que habría hecho reír a sus contemporáneos. Es algo que, aclaro, históricamente no sucedió, pero que uso para explicar mi punto, es decir, pudo haber pasado por las condiciones de las campañas electorales en el México de 1910 y en las condiciones geopolíticas imperantes en ese entonces. Las políticas liberales del siglo XIX tan importantes a principios de siglo XX, sobre la positividad de la ciencias, era cuestionado en los pensamientos de vanguardia científica y filosófica en el mundo occidental, al final estas últimas triunfarían y el positivismo como método quedó poco a poco en desuso, pero para 1910, si Madero como candidato o presidente de la República, hubiese dicho lo que citamos, hubiere pasado por ignorante, más si se recuerda que era conocido por su misticismo y gusto por el espiritismo, algo mal visto en las concepciones positivistas de la realidad en aquella época y que llamaría a risa, lo más probable, sus opositores de hecho lo usaban para descalificar personalmente a Madero haciéndolo pasar por ignorante. Pero ¿Tenía razón Madero? No en todo claro, pero su pregunta era totalmente oportuna, si la hubiera hecho.  Aunque pocos lo hubieran entendido. 

Volviendo a AMLO en este paradigmático 2020, con un neoliberalismo en decadencia y con un cambio de sistema inminente a nivel global, el que el presidente de México se pregunte qué es "resilencia" no es ignorancia, sino el mismo caso hipotético de Francisco I Madero que hemos imaginado. Así definen el concepto "resilencia" sus usuarios ideológicos

"…resiliencia implica dos componentes: resistencia frente a las adversidades -capacidad para mantenerse entero cuando se es sometido a grandes exigencias y presiones-, y capacidad para sortear las dificultades, aprender de las derrotas y reconstituirse creativamente, transformando los aspectos negativos en nuevas oportunidades y ventajas. El término proviene del latín resilio, es decir, volver atrás, dar un salto o rebotar, como les ocurre a las gomas elásticas cuando se estiran y regresan a su estado inicial.  El concepto se comenzó a emplear en la física y fue Michael Rutter quien lo acuñó en 1972 para las ciencias sociales. "

¡1972¡ Es un concepto relativamente nuevo, no tiene ni siquiera 50 años, además es un concepto de la física que adoptó la psiquiatría, Michel Rutter es un psiquiatra infantil inglés, no olvidemos que la psiquiatría es una ciencia que pretende que las enfermedades mentales definidas por el psicoanálisis se curan no con terapias sino con químicos, medicamentos, y su historia clínica está ligada a las condiciones postraumáticas de los soldados estadounidenses veteranos de las guerras como la de Corea y Vietnam, esto es importante porque detrás del concepto "resilencia" hay un interés puntual; es un discurso compuesto, creado con un fin. Como señalamos citando a Foucault los conceptos como este tienen que ver con un sistema político económico global en expansión, es decir, con un discurso que justifica una forma ideología de ver al mundo. Otro, concepto, que mi amigo, al que estimo mucho y lo cito con todo respeto, señaló en los mismos términos como desconocido para AMLO, fue "Empatía", mismo caso de "resilencia" del que no hay espacio aquí para analizar igual y basta con decir que tiene un origen análogo. 

Siguiendo con el concepto de "resilencia" habría que añadir que este responde al individualismo extremo del sistema neoliberal, es decir, como nos enseña el filosofo coreano critico contemporáneo del sistema actual económico político, Byung-Chul Han; a la forma en que hemos estado culpándonos de nuestro fracaso individual frente a las condiciones creadas por una entidad que nos supera y que están diseñadas para que la mayoría fracase pero crea que tiene oportunidad. Es como convencer a alguien que tiene oportunidad de ganarse la lotería al comprar uno de los millones de boletos que se venden, lo cual obviamente reduce sus posibilidades al mínimo, y luego termina culpándose por no  tener el boleto premiado. Diríamos que en este caso, para que volviera a jugar a la lotería el hipotético personaje, habría que convencerlo de que tiene que desarrollar "resilencia" y reponerse de "su fracaso" volviendo a apostar con todas la probabilidades en contra. 

La pregunta de López Obrador de ¿Qué es "resilencia"? tiene como trasfondo no la ignorancia, sino la crítica de un declarado anti neoliberal que maneja un país que estuvo casi 40 años sometido a esta ideología política en decadencia que culpa al individuo de las fallas de un sistema injusto e inequitativo que no le interesa la organización de la sociedad en el paradigma democrático que implica justicia directa y no derivada de los privilegios de una clase social de elite y el individualismo que es su base ideológica y que pregona conceptos como el de "resilencia". 

Tras del éxito político de AMLO, está un mito milenario cuyos símbolos más que conceptos definen el fenómeno, Lo cual parece no entender la oposición  y a veces ni siquiera su propio partido. Mire usted: En la biblia, nos habla de un líder israelita cuyo pueblo cautivo por la potencia económica de aquel tiempo Egipto, los esclavizaba. Dice el mito que cuando nace Moisés su madre lo hecha al río en una balsa para salvar su vida, Moisés es salvado de las aguas, que es el significado de su nombre, por la hija del Faraón de Egipto y es criado como un egipcio ¿Por qué? Porque el líder de ese pueblo esclavo debía crecer  a salvo del pensamiento esclavo de su gente para poderla liberar. Dice la biblia que el pueblo de Israel, liderado por Moisés vagó 40 años en el desierto (mismo que duró en México el liberalismo, que coincidencia, ¿no?) antes de llegar a la tierra prometida hoy el estado de Israel. Pero, si uno ve en el mapa a Egipto se da cuenta que el país de Israel no está a una distancia que implique 40 años de camino ¿Por qué se tardaron tanto? Pues porque era necesario libéralos antes de llegar  a la tierra prometida, de su pensamiento esclavo que tenía que ver con el leguaje egipcio que implicaba su décadas de cautiverio; hoy dicen los descendientes de estas personas los rabinos judíos, que fue más fácil sacar al pueblo de Israel de Egipto que sacar a Egipto del corazón del pueblo de Israel.  La biblia así lo narra, los opositores a Moisés cuando este sube al Sinaí a recibir las tablas de los mandamientos de manos de Dios, a su regreso ya estaban adorando un becerro de oro, como habían aprendido en Egipto, el mismo Moisés tuvo prohibido entrar  a la tierra prometida que solo lo vio de lejos por la misma razón, el Egipto en su corazón. El relato simbólico es ilustrativo. 

Al cuestionar los conceptos neoliberales ocultos en el leguaje, AMLO no hace más que resistir al leguaje de sus adversarios en esta cuarta trasformación del país y ponerlo como cuestionable, preguntándose ¿Qué es? Lo que hace un líder según la tradición simbólica para no jugar el juego de sus adversarios aceptando los conceptos del lenguaje de estos; no digo, porque no lo sé, que esto lo haga AMLO de forma consciente y planeada, simplemente expongo algo que la antropología sabe, que los símbolos nos manipulan irremediablemente, y el caso es paradigmático.  


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