lunes, 26 de abril de 2021

 Política del amo y el esclavo, dialéctica hegeliana. 

Por Rodrigo Sänchez Sosa

"La relación entre Amo y Esclavo no es un reconocimiento propiamente dicho. Para verlo, analicemos la relación desde el punto de vista del Amo. El Amo no es el único en considerarse Amo. El Esclavo lo considera también como tal. Es pues reconocido en su realidad y en su dignidad humanas. Pero ese reconocimiento es unilateral, ya que no reconoce a su vez la realidad y la dignidad humanas del Esclavo. Es entonces reconocido por alguien a quien él no reconoce. Y allí está la insuficiencia - y lo trágico - de su situación. El Amo ha luchado y arriesgado su vida por el reconocimiento, pero sólo ha obtenido un reconocimiento sin valor para él. Porque él no puede ser satisfecho sino por el reconocimiento de aquel a quien acepta como digno de reconocerlo. La actitud del Amo es, en


consecuencia, un obstáculo existencial. Por una parte, el Amo no es Amo más que porque su Deseo ha recaído no sobre una cosa sino sobre otro deseo, que ha sido así un deseo de reconocimiento; por otra, al haber devenido Amo es en tanto que Amo que debe desear ser reconocido; y él no puede ser reconocido como tal sino haciendo del Otro su Esclavo. Mas el Esclavo es para él, un animal o una cosa. Él es pues "reconocido" por una cosa. De este modo, su Deseo se fija en conclusión sobre una cosa, y no -como parecía al comienzo sobre un Deseo (humano). El Amo, por lo tanto, ha errado el camino. Después de la lucha que ha hecho de él un Amo, él no es lo que quiso ser al emprender esta lucha: un hombre reconocido por otro hombre. Por tanto: si el hombre no puede ser satisfecho sino por el reconocimiento, el hombre que se conduce como Amo no lo será jamás. Y dado que, al principio, el hombre es ya Amo o Esclavo, el hombre satisfecho será por necesidad esclavo; o más exactamente, aquel que ha sido esclavo, que ha pasado por la Esclavitud, que ha "suprimido" dialécticamente su servidumbre. En efecto.  Así, la Conciencia no-esencial [o servil] es -para el Amo- el objeto-cosificado que constituye la verdad [o realidad revelada] de la certeza-subjetiva que él tiene de sí mismo, [puesto que él no puede "saberse" Amo sino haciéndose reconocer como tal por el Esclavó]. Pero es evidente que este objeto-cosificado no corresponde a su concepto. Porque ahí donde el Amo se realiza se ha constituido para él algo distinto de una Conciencia autónoma, [puesto que él está en presencia de un esclavo].No es tal Conciencia autónoma, sino por el contrario, una Conciencia dependiente, la que existe para él. No está, por tanto, subjetivamente, seguro del Ser-para-sí como de una verdad o de una realidad objetiva revelada. Su verdad es, en cambio, la Conciencia no-esencial; y la actividad no-esencial de esta última. [Es decir: la verdad del Amo es el Esclavo y su Trabajo. En efecto, los otros no reconocen al Amo en tanto que Amo sino porque hay un Esclavo; y la vida del Amo consiste en el hecho de consumir los productos del Trabajo servil, de vivir, de y por ese Trabajo.] Por consiguiente, la verdad de la conciencia autónoma es la Conciencia servil. Esta última aparece, es cierto, en primer término como existiendo fuera de sí y no como siendo la verdad de la Autoconciencia [puesto que el Esclavo reconoce la dignidad humana no en sí sino en el Amo, del cual depende en su existencia misma]. Pero del mismo modo que el Amo ha mostrado que su realidad esencial es la imagen-invertida-y-falseada de lo que ella quiere ser, la Esclavitud también -puede suponérselo- devendrá en su realización, lo contrario de lo que ella es de una-manerainmediata. En tanto que Conciencia comprimida en sí misma, la Esclavitud ha de penetrar en su propio interior y se transformará-y-se-falseará hasta devenir autonomía verdadera. [El hombre integral, absolutamente libre definitiva y completamente satisfecho con lo que es, el hombre que se perfecciona y se completa en y por esa satisfacción, será el Esclavo que ha "suprimido" su servidumbre. Si el Amo ocioso es un obstáculo, el Esclavo, laborioso es por el contrarío, la fuente de todo progreso humano, social, histórico. La Historia es la historia del Esclavo trabajador. Y para verlo, basta considerar la relación entre el Amo y el Esclavo (es decir, el primer resultado del primer contacto humano, social, histórico) no ya desde el punto de vista del Amo, sino del Esclavo.] Hemos visto solamente lo que es la Esclavitud en relación con el Dominio. Pero la Esclavitud es también Autoconciencia. En consecuencia es necesario considerar ahora lo que ella es, siendo ésta en y para sí misma. En primer término, el Amo es, para la Esclavitud, la realidad-esencial. La Conciencia autónoma existente para sí es pues, para ella, la verdad [o una realidad revelada], que sin embargo, para ella, no existe todavía en ella. [El Esclavo se subordina al Amo. Él estima, reconoce pues el valor y la realidad de la autonomía, de la libertad humana. Mas él no la halla realizada en él mismo. La encuentra en el Otro. Esa es su ventaja. El Amo, por no poder reconocer al Otro que lo reconoce, se encuentra en un callejón sin salida. El Esclavo, por el contrario, reconoce desde el principio al Otro (el Amo). Le bastará pues imponerse a él, hacerse reconocer por él, para que se establezca el reconocimiento mutuo y recíproco, que sólo puede realizar y satisfacer al hombre plena y definitivamente. Por cierto, para que eso sea así el Esclavo debe cesar de ser Esclavo: debe trascenderse, "suprimirse" en tanto que Esclavo. Pero si el Amo no tiene ningún deseo -y por tanto ninguna posibilidad- de "suprimirse" en tanto que Amo (puesto que significaría para él devenir Esclavo), el Esclavo tiene el mayor interés en dejar de ser Esclavo. Además, la experiencia de esa misma lucha que ha hecho de él un Esclavo, lo predispone a ese acto de autosupresión, de negación de sí, de su Yo dado que es un Yo servil. Por cierto, en primer término el Esclavo que se solidariza con su Yo dado (servil) no tiene en sí esa "negatividad". No la ve sino en el Amo, que ha realizado la "negatividadnegatriz" pura al arriesgar su vida en la lucha por el reconocimiento.] No obstante, en realidad, es en sí misma donde la Esclavitud tiene esa verdad [o realidad revelada] de la negatividad-negatriz pura y del Ser-para-sí Pues ha hecho en sí misma la experiencia de esa realidad-esencial. A saber, esa conciencia servil ha tenido miedo no por esto o por aquello, no durante tal o cual momento, sino por su [propia] realidad-esencial completa. Pues ha experimentado la angustia de la muerte, del Amo absoluto. En esa angustia, la conciencia servil se ha diluido interiormente; se ha estremecido íntimamente en sí misma y todo lo que es fijo-y-estable ha temblado en ella. Pero ese movimiento [dialéctico] universal puro, esa liquefacción absoluta de toda estabilidad es la realidad-esencial simpleo-indivisa de la conciencia de sí, la negatividad-negatriz absoluta, el Ser para sí puro. Y ese Serpara sí existe sólo en esta conciencia servil. [El Amo está petrificado en su Dominio. No puede superarse, cambiar, progresar. Debe vencer -y devenir Amo o mantenerse en tanto que tal- o morir. Se lo puede matar; no se lo puede transformar, educar. Ha arriesgado su vida para ser Amo. El Dominio es para él el valor supremo dado que no puede superar. El Esclavo, por el contrario, no ha querido ser Esclavo. Ha devenido esclavo porque no ha querido arriesgar su vida para ser Amo. En la angustia mortal, ha comprendido (sin advertirlo) que una condición dada, fija y estable, aunque sea la del Amo, no puede agotar la existencia humana. Ha "comprendido" la vanidad de las condiciones dadas de la existencia. No ha querido solidarizarse con la condición de Amo, no se solidariza tampoco con la condición del Esclavo. No hay nada fijo en él. Está dispuesto al cambio; en su mismo ser es cambio, trascendencia, transformación, "educación"; es devenir histórico desde su origen, en su esencia, en su existencia misma. Por una parte, no se solidariza con lo que es; quiere trascenderse por negación de su estado dado. Por otra parte, tiene un ideal positivo para alcanzar: el ideal de la autonomía, del Serpara-sí, que encuentra en el origen mismo de su servidumbre, encarnado en el Amo.] Ese elemento constitutivo del Ser-para-sí existe también para la Conciencia-servil. Pues en el Amo, el Ser-para-sí es, para ella, su objeto-cosificado. [Un objeto que ella sabe que es exterior, opuesto a ella, y del cual tiende a apropiarse. El Esclavo sabe que es ser libre. Sabe también que no es, y que quiere devenir libre. Y si la experiencia de la Lucha y su resultado predispone al Esclavo a la trascendencia, al progreso, a la Historia, su vida de Esclavo que trabaja al servicio del Amo realiza esa predisposición.] Además, la Conciencia servil no es solamente esa disolución universal [de todo lo que es fijo, estable, y dado], tomado en-tanto-que-tal: al servicio del Amo, cumple esa disolución de una-manera-objetivamente real [es decir concreta]. En el servicio [en el trabajo forzado ejecutado al servicio de otro (del Amo)], la Conciencia servil suprime [dialécticamente] su nexo con la existencia natural en todos los elementos constitutivos particulares aislados; y elimina por el trabajo esta existencia…" Hegel


No hay comentarios:

Publicar un comentario