martes, 21 de septiembre de 2021

                     La Política de luto.

Por Rodrigo Sánchez Sosa

Juan José Fraustro Fajardo, fue un maestro de música de preescolar, trabajó más de 30 años ininterrumpidos como docente en las instalaciones del Centro de Desarrollo Infantil  María Johana Novoa de Cárdenas de Sayula,  en calle prolongaciones Independencia, contiguo  la unidad deportiva Gustavo Díaz Ordaz. Fue también maestro de la preparatoria regional de Sayula de la U de G en la última década del siglo pasado. Así mismo por esas fechas, principio de ese decenio, es cuando se queda a radicar en Sayula. Funda con otros vecinos del municipio el club de radio aficionados "Tzauli" para protección civil; Con el doctor Amador Serrano, el maestro, un apasionado de la búsqueda de la verdad y la sabiduría oriental, formará parte de la GFU, practicando y difundiendo el yoga y el vegetarianismo; participó activamente en talleres, cursos y enseñó a quién se lo solicitaba la técnica  y  bases musicales de distintos instrumentos,  con un espíritu altruista y de servicio incansable. Como músico, junto con otros músicos locales forma el grupo Alianza Musical y el trió "Coincidir" en los que participaron entre otros el maestro Lupe de la Cruz, J. Concepción Parrra y el maestro Jaime Medina Montes de Oca; en Ciudad Guzmán fue parte del grupo Marán ya en la década antepasada. Poco después formaría su propio grupo "Piena Luna". 


Antes de establecerse en Sayula, vivió en Guadalajara, Tijuana y los Estados Unidos. En un momento dado, contaba el maestro, con su guitarra al hombro, en su adolescencia, se fue a recorrer el país en busca de fortuna. Ayudado por su carisma natural y su habilidad para tocar la guitarra conoció muchas personas y ciudades. 

Fue hijo del maestro Arturo Fraustro y la maestra María de Jesús Fajardo, nació en Guadalajara y sus padres lo traerían de niño a vivir a Sayula. Ya casi en la adolescencia se iría a vivir a Guadalajara de nuevo, regresando a Sayula donde vivía entonces su abuela materna, por el rumbo del santuario, a los 25 años de edad. Aquí se casaría y nacerían sus hijas e hijo: Tania, Isis y Dereck. En 1990 comenzaría su labor docente en preescolares. 

El maestro Juan Fraustro fue una persona muy solidaria, un músico con estudios académicos, se interesó mucho por la pedagogía, el yoga, el vegetarianismo, el arte y la cultura; con una conciencia social y política producto de su periplos por la república, que lo comprometieron con Sayula en muchas causas sociales, culturales y de salud pública, se dio a conocer entre los sayuleneses y gozaba de mucha estima. Nunca perteneció a un partido político aunque simpatizaba con la ideología de izquierda. Su generación influenciada por la crítica social y el arte como una forma de liberación de las imposiciones del poder político, económico y clerical lo hacían una persona muy escéptica a la cual era difícil de convencer, por ello su compromiso era con causas que él consideraba correctas y justas. Se definió a sí mismo como un buscador de la verdad y procuró ajustarse a esa definición hasta donde yo lo conocí. Siempre presto a ayudar, pero también a señalar aquello que le parecía que no se hacía correctamente. 

Quien esto escribe lo conoció desde la infancia, cuando él vivía por la calle Ávila Camacho poco antes del Puente del Santuario. El debió de tener uno cinco años y un servidor entre tres o cuatro. Él nunca lo recordó, pero la descripción que alguna vez hice de su casa lo convenció de que efectivamente, mi madre visitaba a la maestra Chuy, su madre, y nos toco convivir a esa edad. Él se fue de Sayula aún niño y cuando volvió, la música nos amistaría de nuevo, hasta el domingo 12 de septiembre que fallecería sorpresivamente por la pandemia. Desde los veinte años, compartimos proyectos juntos musicales, de investigación y de análisis político-social. 

Ya en los últimos meses y jubilado, planeamos un curso en una plataforma canadiense de educación, sobre filosofía occidental y filosofía oriental de la que él era muy enterado. Lamentablemente eso no pasó, y Juan partió, luego de un trabajado titánico en la educación de Sayula. Basta con saber que sus primeros alumnos  en preescolar hoy tienen treintaisiete años y los últimos cinco años, ¡treinta generaciones educó en preescolar en un doble turno! y aproximadamente diez en bachillerato; sin contar sus alumnos de canto e instrumento entre los que me cuento.

A mi amigo Juan, le hubiera gustado que como homenaje a él como buscador de la verdad, se compartiera un texto sobre pedagogía de uno de sus pensadores contemporáneos favorito. En nombre de él, comparto esto del filósofo coreano de nombre para mi impronunciable, que él atinadamente corregía en nuestras pláticas, Byung-Chul Han: 

"El poder disciplinario consiste en entornos e instalaciones de reclusión. La familia, la escuela, la cárcel, el cuartel, el hospital y la fábrica representan estos espacios disciplinarios de reclusión. El sujeto disciplinario cambia de un entorno de reclusión a otro. Así, se mueve en un sistema cerrado. Los residentes en estos entornos permiten ser distribuidos en el espacio y ordenados en el tiempo. El topo es el animal de la sociedad disciplinaria.

En el Post-scriptum sobre las sociedades de control, Deleuze diagnostica una crisis general de los entornos de reclusión.  Su problematicidad reside en su carácter cerrado y rígido, que no es adecuado a las formas de producción inmateriales y en red. Estas presionan hacia una mayor apertura y deslimitación. El topo no puede soportar esta apertura. En su lugar surge la serpiente. Este es el animal de la sociedad de control neoliberal que sucede a la sociedad disciplinaria. A diferencia del topo, la serpiente no se mueve en espacios cerrados. El topo es un trabajador. La serpiente, por el contrario, delimita el espacio a partir de su movimiento. La serpiente es un empresario. Es el animal del régimen neoliberal.

El topo se mueve en espacios preconstruidos y se somete con ello a limitaciones espaciales. Es un sujeto sometido. La serpiente es un proyecto, en la medida en que genera el espacio a partir de su movimiento. El tránsito del topo a la serpiente, del sujeto al proyecto no es una irrupción hacia una forma de vida totalmente diferente, sino una mutación, incluso una agudización del capitalismo. Los movimientos restringidos del topo ponen límites a la productividad. Aun cuando trabaja de forma disciplinada, no supera un determinado nivel de productividad. La serpiente elimina la limitación a través de nuevas formas de movimiento. De este modo, el sistema capitalista basado en el modelo del topo cambia al modelo de la serpiente para aumentar la productividad.

El régimen disciplinario, según Deleuze, se organiza como un "cuerpo". Es un régimen biopolítico. El régimen neoliberal, por el contrario, se comporta como "alma". De ahí que la psicopolítica sea su forma de gobierno. Ella "instituye entre los individuos una rivalidad interminable a modo de sana competición, como una motivación excelente". La motivación, el proyecto, la competencia, la optimización y la iniciativa son inherentes a la técnica de dominación psicopolítica del régimen neoliberal. La serpiente encarna sobre todo la culpa, las deudas que el régimen liberal establece como medios de dominación."

Descansa en Paz, amigo Juan. 

Pronta resignación para Elvira Valencia, su esposa, sus hijos y familia.  


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