martes, 21 de septiembre de 2021

 Los apellidos en Sayula y su origen durante

la colonia

Reportaje de Investigación de  Rodrigo Sánchez Sosa, Cronista de Sayula 

Las primeras familias que conformaron lo que sería la villa de Sayula en 1546, fueron colonos españoles y administradores de la primera Audiencia de México, dos clérigos y soldados que resguardaban los intereses de los poderes políticos y eclesiales que en aquella época temprana representaban los intereses en juego. Todo el entramado del poder estaba fundamentado en la tenencia de la tierra, la corona española era la propietaria de esta y a través de tributos e impuestos a la producción otorgaba concesiones que a su vez representaban el estatus social de los pobladores de la colonia en esta parte de la Nueva España. Una burocracia grande y de compleja operación, por medio de leyes y normas, hacían la observancia del orden social establecido en beneficio de una monarquía totalitaria intolerante con cualquier forma de acceso al poder que desafiara lo establecido por el estatus quo impuesto por el imperio español. La cúpula de la pirámide social, la clase alta, los poderosos que movían los hilos del poder tanto en el estado español como en el clero que cogobernaba con este, estaba representado por la aristocracia, un derecho de sangre con alianzas de parentesco que comprendían el entramado el entramado del poder en las entrañas del sistema. La nobleza española ocupaba sin


excepción los cargos más importantes en la administración del imperio, de ahí que la familia a la que se pertenecía, era importante en la ambición de cualquier individuo en aquel entonces. Así pues los títulos nobiliarios se heredaban o se podían obtener por servicios a la corona, pero al mismo tiempo estaban sujetos a las políticas cortesanas y los títulos más altos eran exclusivos del derecho de sangre, ningún servicio de armas a menos que fuese una imposición por estas, podía acceder a la corona española, por ejemplo, un conquistador como Hernán Cortés con todo lo importante que fue para los intereses de la corona española, estaba muy lejos de reclamar el trono de España, tendría que haberlo arrebatado a la familia que gobernaba los reinos unificados de Castilla y Aragón, en ese tiempo, por medio de las armas; algo imposible. De hecho comenzó a representar un peligro Cortés para los poderosos en España, ante la posibilidad de que este, lejos del centro del imperio, llegase a acumular tanto poder en las tierras conquistadas que las declarase independientes del imperio español en el contexto geopolítico de la época. En 1523, tan solo dos años después de que tomara le imperio mexica el capitán Cortés y se declarara gobernador de las Nueva España, las intrigas de la corte española enviaron un emisario para frenar a Cortés en México y restarle poder, al capitán Nuño de Guzmán, junto con un ejército de burócratas que tomaron la ciudad de México y nombraron a Nuño de Guzmán  presidente de la primera audiencia de México, destituyendo a Cortés que andaba por Honduras y luego llevándolo en calidad de detenido por un juicio legal a España. Esta lucha política al interior del estado español, la gana de forma pírrica Cortés por los excesos de Nuños de Guzmán en su avanzada al occidente de la colonia en México, salvándose de la prisión, pero perdiendo el gobierno de la Nueva España, donde se nombrarán virreyes de entre las familias nobles españolas para gobernar esta colonia. A Cortés le fue concedido el título de marqués del Valle de Oaxaca,   más el título de virrey le fue dado a un aristócrata de alto rango, Antonio de Mendoza y Pacheco. Allí comenzó la debacle del conquistador y sus aliados como los Ávalos Saavedra, parientes suyos que fueron los encomenderos de los Pueblos luego Provincia de Ávalos, cuya alcaldía mayor fue Sayula. 

Este orden nobiliario colonial se reflejó en los extractos más bajos del criollismo español, al no todos los españoles tener acceso a títulos de nobleza en las colonias, la importancia se centraba en la familia. Así, dependía no del individuo, su lugar en el orden social, sino de la familia a la que pertenecían. Los apellidos eran importantes, por eso podemos ver durante la colonia en México la pompa en los apellidos de las clases sociales altas de poblados, villas y ciudades. Los indígenas no tendrán apellido propio, este será una concesión otorgada por la iglesia o el amo español de acuerdo a factores como le mestizaje o el servicio. Los apellidos indígenas no lo son propiamente, pues no existía esta figura de poder en los pueblos indígenas, algunos que han llegado hasta el día de hoy, son títulos indios con los que se reconocían a la nobleza indígena a la que se le otorgó por ella la concesión de preservar, siendo estos muy pocos en nuestra  región y más comunes en el sur y valle central del país. Los apellidos que representan  no solo el origen de un individuo sino su lugar en el orden social y sus derechos por ello, eran exclusivos de los españoles y cuando pasaban al indígena o al esclavo africano y luego la mestizo, no representaban para nada títulos sociales ni jerarquía alguna en este sentido. Un indígena, mulato o mestizo con apellido Ávalos por ejemplo, no podía reclamar los derechos de ese apellido, pues se entendía que era no de esa familia sino que estuvo al servicio o fue esclavo liberto de esa familia, sobra decir que el color de la piel en estos caso no cambiaba las cosas, una esclava negra o una indígena en Sayula podría parir un hijo de un español de piel blanca e incluso el padre otorgarle el apellido  sin que este dejara de ser bastardo sin posibilidad de reclamar derechos por el apellido concesionado. Tal como los reyes de la corona española podían tener hijos bastardos que por ese hecho no tenían acceso a la sucesión d la corona. 

Una sociedad está profundamente clasista. Por ello en México las personas tienen doble apellido tradicionalmente, cosa que no pasa en países de habla inglesa como Estados Unidos donde el apellido de la madre se pierde. En México la tradición de heredar el apellido de la madre era de las clases sociales altas, pues siendo las familias importantes en los derechos del individuo el poseer doble linaje otorgaba mas estatus, así incluso se podían intercambiar durante la colonia usando el que mejor convenía. Los apellidos más populares en Sayula, por ejemplo: Larios, Aceves, Alvarado, Sánchez etc…no indican nobleza alguna sino simplemente la imitación de un orden jerárquico de la clase dirigente durante el imperio español que se refleja en le orden social actual que no implica derecho alguno. Más la tradición de este clasismo colonial aun pesa y los apellidos en lugares como Sayula siguen siendo importantes en el orden social aceptado, y tener un cierto apellido otorga derechos, cada vez menos pero palpables, y relaciones que son determinantes en las relaciones de poder económico y político locales entre las clases dominantes. Es un vestigio del clasismo excluyente de la colonia.  

Sin embargo, los apellidos hoy relacionados en Sayula con una tradición de estatus y poder en el orden social, no obedecen a una herencia comprobable de aquellos apellidos importantes en la colonia, mucho menos a títulos nobiliarios. Los apellidos de poderosas familias locales y regionales de la segunda mitad del siglo pasado, que no mencionaré para no herir susceptibilidades, tiene su origen en los conflictos bélicos en el país cien años atrás, la Reforma, la revolución y la cristiada.  El poder de ciertas familias locales y regionales tiene que ver no con la colonia sino con el México independiente y liberal y el cambio de orden en la tenencia de la tierra. Los que se beneficiaron de estos conflictos, es decir las familias se impusieron en el orden social substituyendo a lo que quedaba del orden colonial familiar, pero, pretendiendo ser herederos de la nobleza de la colonia, son las hoy consideradas familias antiguas y de abolengo en Sayula. Nada más falso que eso. De hecho los herederos de colonos españoles son muy pocos, actualmente se pueden encontrar entre las capas sociales más pobres y entre la clase media local,  sin que tengan la mayoría la menor idea de ser descendientes de familias poderosas de la colonia, obviamente tampoco los mencionaré, pero los datos existen. 

Familias importantes de la colonia en Sayula como los Ávalos Saveedra, Los Echauri, De la Fuente, Bautista Ferran, De Subizar, Gallegos, Flores Bejarano, Arce, Garay, Vázquez Bravo, de Hijar, Nieto,  Estrada Flores de la Caballeria, de la Cueva, Ojeda y Palencia; no queda nada hoy (la Familia Ojeda, artesanos cuchilleros, son originarios de Zapotlán, llegaron a Sayula en el primer decenio del siglo pasado siendo apenas,  la última generación, la tercera nacida en Sayula; sin parentesco, hasta donde se sabe con don Isidro Ojeda vecino de Sayula en 1725). Mientras, aún podemos ver descendientes de Bobadilla, Camberos, Vizcaíno y Fernández de Ceballos, pero no entre quienes tiene el poder político y económico en la localidad o la región. Aun grandes terratenientes locales de finales del siglo XIX, eclipsaron su importancia social y ya para el segundo decenio del siglo XX, encontramos entre sus descendientes, usufructuarios de grandes fincas en el centro histórico, como humildes albañiles de los barrios periféricos de Sayula. Está también el caso de los Camberos y los Bobadilla primeros colonos europeos en Sayula: algunos de sus descendientes quedaron en la marginación tras los reacomodos de poder luego de la independencia de México. Por otro lado tenemos a los descendientes de gavilleros de los últimos conflictos armados en la región de la primera mitad del siglo XX, que con fortunas hechas del pillaje, se establecieron en Sayula y la región reclamando injustamente el estatus nobiliario de las familias coloniales y posicionándose con una serie de intrigas y hasta asesinatos, como Juan Rulfo, que por cierto no lo quieren y han estigmatizado,  lo denuncia en su novela Pedro Páramo. El poder local actualmente muy alejado de esos vericuetos clasistas, tiene otras aristas y protagonistas, que habrá que analizar en un futuro con lupa a la nueva clase social derivada del neoliberalismo agro empresarial y el lavado de dinero que se posesionó hoy en Sayula y la región de los cotos de poder antes en manos de los beneficiarios del triunfo de los conflictos armados del 1910 y 1936 relacionados con la tenencia de la tierra, una constante en la historia del poder en este municipio, quizás para reescribir el Pedro Páramo de Rulfo  a riesgo de ser estigmatizado. 

Apellidos más antiguos de la región en la época colonial: SOLÓRZANO: Son de Colima, el linaje se remonta al siglo XVI, su parentela está dispersa en muchos pueblos de Colima y Jalisco. Muchos de sus abuelos tuvieron puestos en los cabildos virreinales de Colima. BRIZUELA: Descendientes de una poderosa familia española avecinada en el siglo XVIII, fueron hacendados en sus tiempos y su descendencia partió de aquí hacia otras partes de México.  FUENTES o De La: Oriundos de Sevilla, España arribaron al territorio entre 1690 y 1720, tomaron parte en las tierras altas, muchos de sus descendientes viven en Comala.  VARGAS: Originarios de las costas de España llegaron al nuevo mundo y se establecieron en el centro del país. Una familia que llegó al territorio comenzó a dispersar el apellido en la villa de Colima. Datan del siglo XVII.  VALENCIA: De Sevilla y Madrid llegaron a La Nueva España en el siglo XVIII fueron atraídos al territorio por el comercio, lograron con el tiempo amasar fortunas y dejar descendencia. Tomaron Comala Colima como hogar y dejaron sus descendientes. LÓPEZ: Orgullosos mestizos y criollos guardianes del barrio de Almoloyan, descendientes de los primeros conquistadores españoles en la región, dejaron descendencia en Tecomán, Colima y Jalisco. Tomaron parte en la fundación de muchas rancherías que hoy son poblados notables. (Los hay en toda América pero solo es cuestión de investigar si eres de linaje colimote)  MORALES, Familias notables de Jalisco, arribaron al territorio en el siglo XIX. MENDOZA: Desde la conquista están presentes en esta región de occidente. Diego de Mendoza fue juez español en Colima, se distinguieron por que descendientes fueron enemigos de la corona. De Colima partieron a habitar Jalisco y Michoacán.   


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