lunes, 22 de noviembre de 2021

 Las Cofradías del Siglo XVII en Sayula,

origen de la Fiesta de los Naturales

Investigación de Rodrigo Sánchez Sosa/ Cronista de Sayula

El recuento sobre la evangelización de las poblaciones que formaron parte de la Provincia de Ávalos es el que se rescata de fuentes de autoría franciscana. Fray Antonio Tello señala que el cacique Cuantoma facilitó la conquista espiritual al ser el primero en aceptar la fe cristiana e influyó para que los indios hicieran a un lado su resistencia y recibieran el bautismo. A partir de esto se empezó a predicar la fe, a convertir y a bautizar a un gran número de pobladores de esta región. Más tarde comenzaron a erigirse los conventos. En Zapotlán, pueblo perteneciente a la Provincia de Ávalos, encontramos el primer convento fundado en Jalisco por fray Juan de Padilla en los años 1532-1535. Este convento, al convertirse en guardianía, tuvo bajo su administración los pueblos de Amacueca, Sayula, Cocula, Zacoalco y Etzatlán, hasta que se construyeron conventos. Se sabe que cuando se fundaba una "visita", esto es, un pueblo que quedaba registrado como lugar donde se había comenzado la evangelización, el franciscano encargado dejaba un alguacil, generalmente un indígena, quien estaba a cargo de vigilar que la población llevara un comportamiento acorde a los lineamientos cristianos. En caso de haber comportamientos que podrían ser sospechosos de un regreso al culto a sus deidades, el alguacil debía avisar al padre guardián.  La doctrina para indios de Sayula perteneció al convento de Zapotlán hasta el año de 1547, en que se fundó el convento de Amacueca y pasó a su administración. Para 1551 Sayula era atendido por un sacerdote confesor de españoles y predicador de indios.


En 1573 fue erigido el convento de Sayula, su primer guardián fue fray Antonio de Gordejana; tuvo bajo su administración los pueblos de Apango, Chiquilistlán, Amatitlán y Usmajac. A la conversión de la población siguió la construcción de capillas y hospitales por diversos rumbos. Estos últimos se establecían siempre y cuando no fueran pueblos pequeños. Anexas a los hospitales se levantaron las capillas dedicadas siempre a la Inmaculada Concepción.  Los hospitales tenían reglas tanto para su establecimiento como para su funcionamiento. Una de las reglas que estableció el fundador de los hospitales fue que "tendrán su altar a donde se diga misa, con su retablo de Nuestra Señora de la Concepción en sus frontales y ornamentos lo que mejor se pudiere". Uno de los principales objetivos era religioso, pues el hospital se convirtió en una de las más importantes escuelas evangelizadoras. Se trataba de llevar a los indios a la fe a través ciertas actividades como el rezo y el canto en la capilla, después hacían los trabajos en el hospital y terminaba la semana con la fiesta Mariana los sábados. Algo muy importante en cuanto a la existencia del hospital es que el ayuntamiento indígena residía en él y allí tenía sus regidores.

En Sayula, el hospital de la Purísima Concepción de los indios se construyó en el año de 1577. Contaban con ganado y tierras para su sostenimiento, además de que las comunidades indígenas también estaban a cargo de su mantenimiento.  

Según la Descripción… redactada por fray Diego Muñoz, para 1585 en Sayula ya existía un "monasterio", dedicado a San Francisco. Lo mismo sucedía con otros pueblos cercanos como Amacueca, Zapotlán, Atoyac y Techaluta. La fundación del monasterio en Sayula habría partido del de Amacueca. De acuerdo con el mismo informe, allí residían dos o tres religiosos, uno de los cuales era designado predicador. Dos años más tarde, según lo reportado por Antonio de Ciudad Real, quien registra lo sucedido al pasar por ahí el padre comisario de los franciscanos y su comitiva, hubo una gran fiesta con motivo de la visita del franciscano. La comitiva procedente de Zapotlán, al acercarse a Sayula, es recibida por varios españoles quienes "le hicieron la salva disparando sus arcabuces". Llaman la atención los altares y "ramadas" instalados por la población indígena para recibir al padre comisario, según la narración de Ciudad Real.

 Las cofradías

La palabra cofradía proviene de "cofrade", del latín cum "con" y frater "hermano". Según el Diccionario de la Real Academia Española es un término usado para nombrar una institución dedicada a realizar obras piadosas: "  Congregación o hermandad que forman algunos devotos, con autorización competente, para ejercitarse en obras de piedad… Gremio, compañía o unión de gentes para un fin determinado".  Define una cofradía como "una asociación de fieles que se reúnen para fines caritativos, benéfico-sociales, religiosos, piadosos, penitenciales o festivos…Las cofradías buscaban estrechar vínculos entre sus miembros y formar relaciones de mutuo apoyo entre religiosos y cofrades. De esta forma, los religiosos crearon el sistema de terceras órdenes laicales, vinculadas con la primera que era la de varones, esto es los integrantes del clero regular, y la segunda era la de las monjas. Así, para los laicos quedaban las cofradías. Éstas eran sobre todo resultado de las misiones o predicaciones cuaresmales que hacían los religiosos; posteriormente la cofradía quedaba protegida por la parroquia que la había construido, y quedaba así fundada donde no había una iglesia conventual. A pesar de estar bajo los estatutos de erección y régimen interno según el modelo primario, algunas no lo mantenían, e incluso construían su propia iglesia para funcionar con sus propios capellanes.

 … las primeras "confraternidades" nacieron en Europa en el siglo VIII y fue para estrechar los vínculos religiosos entre los feligreses y su iglesia. Coincidiendo con otros autores, éstas no dejaban su carácter laico a pesar de ser fundadas por sacerdotes. Sin embargo, en España su desarrollo se vería entorpecido temporalmente, pero a partir de la Reconquista se sentarían las bases políticas para un artesanado próspero y así el papel de las llamadas "cofradías-gremios" habría de fortalecerse. Según una atribución que tuvieron las cofradías desde sus orígenes fue la de ser sociedades cooperativas funerarias, relacionadas con los gremios. A través de sus fondos se realizaban ceremonias y entierros decentes, lo cual era la preocupación de mucha gente pobre de la Europa medieval y la temprana Europa moderna. En tal contexto, muchas asociaciones de este tipo, laicas, surgieron en tiempos de desgracia como las hambrunas y pestes. La población se quedaba falta de esperanzas debido a las experiencias de supervivencia o posiblemente debido a una pérdida de fe ante la mortandad masiva …las cofradías tenían el respaldo del Estado a través de la Iglesia en su trabajo para aliviar la pobreza y las enfermedades. La Iglesia animaba a la gente a dirigir sus esfuerzos hacia actividades morales aprobadas y caritativas.  A veces describían cofradías que parecían ser independientes, efervescentes, tumultuosas, heterodoxas o ricas […] algunas de estas organizaciones laicas se mantuvieron algo distantes del clero, llamándolo sólo cuando se les necesitaba para un propósito en particular […] la mayoría de los cofrades eran pobres e iletrados, las creencias locales "supersticiosas", y aún las "idolatrías" no eran desconocidas.  Con las órdenes religiosas llegaron  a México también las agrupaciones caritativas y otros modelos de organización social. La nueva dinámica reestructuró y redibujó las relaciones en las comunidades y calcos europeos como el de la cofradía fueron asimilados en la Nueva España. A pesar de no ser la primera herramienta evangelizadora, como el teatro, los catecismos, confesionarios y las artes y gramáticas de las lenguas originarías, las cofradías supieron asentarse y replicarse en distintas regiones del territorio mesoamericano… la cofradía representa, en su mayoría, una respuesta indígena tardía al cristianismo. No fue el producto del primer periodo de la actividad misionera. Aunque algunas cofradías indígenas se fundaron en el siglo XVI, los años de mayor vigor fueron los posteriores a 1600. A finales del siglo XVII varios cientos de ellas existían en el valle [de México], y las pruebas sugieren que por lo menos en algunos pueblos todos o casi todos los habitantes de la comunidad eran miembros. En la Nueva España existieron cofradías de españoles, mestizos, indios y negros. El trabajo de Roselló Soberón habla de la Cofradía de San Benito de Palermo, fundada en Veracruz alrededor de 1636: "A ella podían ingresar lo mismo negros libres que esclavos, negros criollos, mulatos o bozales".  

 Estas agrupaciones inexistentes en las culturas prehispánicas cobraron fuerza y arraigo en la época colonial y abrieron la posibilidad de continuar con las prácticas rituales tradicionales de estas latitudes, pero de manera encubierta por ritos cristianos: ..las cofradías desempeñaron un papel muy importante en el desarrollo del sincretismo pagano-cristiano. Injertaron el culto cristiano en la red de barrios prehispánicos y lo arraigaron en el alma popular. Así, los indios percibieron las cofradías como las manifestaciones de sus antiguas asociaciones religiosas.   Cada cofradía administraba y distribuía sus bienes para poder solventar el sinfín de festividades del calendario litúrgico, que en más de una ocasión encontraba analogías con las deidades indígenas de la lluvia o la tierra. La economía de la localidad dependía en gran medida de las aportaciones de cada cofrade y de los recursos que se obtenían para financiar las festividades sin empobrecer a las localidades, tarea difícil, ya que una de las quejas más habituales sobre las hermandades era el despilfarro en las celebraciones:

Las cofradías estaban representadas por carros alegóricos fastuosamente engalanados que en determinados sitios del recorrido se detenían para representar cuadros bíblicos. Estas obras eran acompañadas por los músicos de la iglesia al son de sus trompetas, flautas, chirimías, tambores y címbalos. […] vestían sus trajes de fiesta y, ciñendo sus cabelleras, se veían coronas de flores y plumas; los adultos lucían sus mejores prendas.

 Las cofradías fueron lugares de asistencia y ayuda humanitaria, grupos autónomos que unificaban a la comunidad proporcionando ciertos beneficios y garantías. Por ejemplo, se brindaba ayuda a viudas y huérfanos, dándoles formación profesional en el caso de los hombres y dote para las mujeres. Se ofrecían misas de difuntos y se otorgaban indulgencias:  "eran […] centros de solidaridad local contra fuerzas externas. La cofradía indígena, después de todo, era la única institución religiosa que al nivel local no era española". Generalmente la cofradía tenía a su cargo un hospital; en caso de no contar con uno, los enfermos eran visitados en sus casas y cualquier necesidad material generada por la enfermedad era cubierta por los cofrades. Estas agrupaciones se hacían cargo de los gastos funerarios de sus miembros, además de brindar compañía al difunto.   El culto prehispánico a los muertos encontró un lenguaje común en las prácticas cristianas que buscaban el descanso de éstos. La evangelización tuvo cabida en la integración de la población novohispana a grupos que brindaban una nueva y distinta identidad a una comunidad y en los que había una participación activa de todos los integrantes. Niños, mujeres y hombres conformaban las cofradías, cada uno con cargos y labores; algunos de estos cargos eran los de hermanos, hermanas, fiscal, diputados, priostes, quenque,  mayordomo y escribano, por mencionar algunos; éstos se elegían por votación y se rotaban entre los miembros.

  …sobre otras cofradías en Sayula, con base en documentación resguardada en el Archivo Parroquial de Sayula (APS) y el Archivo del Arzobispado de Guadalajara (AAG), sabemos que durante la época colonial existieron la del Santísimo Sacramento (s. XVII-XIX, antecedente de la Fiesta de los Naturales), la de la Purísima Concepción (s. XVII-XIX), Nuestra Señora de Amatitlán (s. XVII-XVIII), Nuestra Señora del Rosario (s. XVII), San Nicolás (s. XVII), las Benditas Ánimas (s. XVIII-XIX), Nuestra Señora de la Soledad (s. XVIII) y algunas otras (s. XVIII-XIX). Por las fechas, sabemos que coexistían varias cofradías al mismo tiempo, aunque desconocemos si su origen era gremial o étnico particular. Por lo visto en otras poblaciones del obispado de Guadalajara es poco probable que fuera el caso, pues se especificaría en el título del documento si eran de españoles, mulatos o el nombre del gremio. Sobre todas ellas existe alguna documentación en el AAG; sin embargo es escueta y en ocasiones se reduce a los inventarios de bienes que se entregaban al haber cambio de autoridades. No hemos encontrado actas constitutivas, informes sobre las limosnas que seguramente aportaban los cofrades, cartas u otro tipo de documentos que ofrezcan datos sobre cómo se organizaban para la fiesta, el entierro de cofrades difuntos, su testamento, o la actividad en los hospitales en caso de haberlos. (Fuente: Otictlaneuhtique tlali yaxca totlaçonantzin… "A quien arrendamos la tierra propiedad de Nuestra Señora..."  Let. hist.  no.19 Guadalajara sep. 2018)

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