lunes, 13 de diciembre de 2021

 Tonatzin Guadalupe y el pintor sayulense

del Siglo XVI, Juan de Arrue y Caltzontzin

Investigación de Rodrigo Sánchez Sosa/ Cronista de Sayula

 "Sin duda es uno de los temas más extensos y, a su vez, polémicos es el de la Virgen de Guadalupe, ya que se ha transformado generación tras generación conforme el paso de los siglos; sin embargo, aún conserva lo sustancial, que es el culto a la Madre. Dentro del pensamiento colectivo muchos tienen la creencia de que este mito fue fuertemente impulsado por los frailes españoles del Siglo XVI, pero en la realidad fue que criollos, mestizos e indígenas se encargaron de fabricar más propaganda y culto a la virgen de Guadalupe. Veamos pues  el paso de Tonantzin Guadalupe a través de los siglos. 

Nican Mopohua (en náhuatl: aquí se narra  o aquí se cuenta)


 El culto a las madres no es de origen Mexica o prehispánico,el culto a las madres es incluso de origen prehistórico, de los primeros indicios que se tienen registrados de un culto a las madres proviene del cerro del Tepeyac. Los mexica veneraban a la diosa Tonantzin o Cihuacóatl, de origen otomí, lo que habla de una ocupación antigua de este grupo en el Valle de México, anterior a la llegada de los pueblos de habla nahua. Posiblemente, en su migración, los mexica, ya al asentarse en el cerro del Tepeyac, hayan adoptado el culto a la Tonantzin otomí; además, muy importante, Tonantzin-Cihuacóatl es la diosa principal de la cosmovisión mexica y Mixcóatl, su pareja, es el inventor del fuego y creador de la ceremonia del fuego Nuevo. Tonantzin y Mixcoatl aún son venerados por los otomíes al oeste del Valle de México, en el Cerro de la Campana, y en el este del estado de Tlaxcala, en la región de Huamantla; esto indica la relevancia de los otomíes en la composición de la cosmovisión mexica, sabiendo que estos adaptaban a las deidades más importantes de los pueblos mesoamericanos. Las peregrinaciones al Cerro del Tepeyac tienen su origen desde épocas prehispánicas. Fray Bernardino de Sahagún dice lo siguiente:

"[...]uno de estos está en México, donde está un montecillo que llaman Tepeacac y que los españoles llaman Tepequilla, y ahora se llama Nuestra Señora de Guadalupe. En este lugar tenían un templo dedicado a la madre de los dioses, que ellos llaman Tonantzin, que quiere decir nuestra madre. Allí hacían muchos sacrificios en honra de esta diosa, y venían a ella de muy lejanas tierras, de más de veinte leguas de todas las comarcas de México, y traían muchas ofrendas: venían hombres y mujeres y mozos y mozas a estas fiestas. Era grande el concurso de gente en estos días y todos decían 'vamos a la fiesta de Tonantzin'; y ahora que está ahí edificada la iglesia de Nuestra Señora de Guadalupe, también la llaman Tonantzin, tomando ocasión de los predicadores que también la llaman Tonantzin. ...y vienen ahora a visitar a esta Tonantzin de muy lejos, tan lejos como de antes, la cual devoción también es sospechosa, porque en todas partes hay muchas iglesias de Nuestra Señora, y no van a ellas, y vienen de lejanas tierras a esta Tonantzin como antiguamente…Su culto nace en el siglo XVI como carácter terapéutico: un empresario de una constructora tuvo una hija que se enfermó de la tos y es curada milagrosamente. Éste sería oficialmente su primer milagro…De manera irónica, la imagen de la Virgen de Guadalupe en el siglo XVI no es bien recibida por los frailes españoles, los franciscanos Pablo Bustamante y Bernardino de Sahagún dijeron que eso era idolatría y que, aquel que dijo que la imagen era prodigiosa al ser pintada por un indio de nombre Marcos (alumno de fray Pedro de Gante también franciscano), debía darle cien azotes para que se callara". (Jacques Lafaye)

En otro episodio, fray Pedro de Gante se preocupa al ver el fervor que los indígenas le tenían a Guadalupe y, constantemente, decía en náhuatl a los indígenas: "Amo teotl, cenca cipahuac ciahuatl" (Es una mujer muy limpia, pero no es diosa)   ¿A qué se debe que los indígenas eleven a la Virgen como diosa? Para ello debemos comprender que en Mesoamérica, Dios no es sólo masculino como se ve reflejado en la cosmovisión cristiana, sino que tiene un principio dual femenino y masculino como podemos verlo en Ometeotl, el dios dual, Tonacatecuhtli y Tonacacihuatl, el señor y la señora del sustento o en Tlaltecuhtli, el señor/señora de la tierra."  Tonatiuh Blakhovskiy

Fray Francisco de Bustamante, perteneciente a la Orden Franciscana, habló del "indio Marcos" Marcos Cipac de Aquino, en algunos de los documentos en los que mantenía registro de las actividades clericales en la Nueva España. En sus papeles, el religioso lo señalaba como el autor original de la imagen en la tilma de Juan Diego. De acuerdo con Edmundo O'Gorman, el hombre estaba consciente de que la adoración de la Virgen estaba poniendo en riesgo las ideas católicas tradicionales, especialmente porque se pensaba que concedía milagros y porque en la Biblia sólo Dios tenía esta facultad.

Marcos aparece en registros históricos como Marcos Cipac, Marcos Aquino o como Marcos Griego. Una investigación periodística de Ángel Vargas,  resalta el hecho de que este hombre apareció mencionado en un texto de Bernal Díaz de Castillo en el que narraba la historia de la Nueva España. El cronista lo llamó uno de los pintores más relevantes de la época y su trabajo puede encontrarse en distintos murales de diferentes conventos franciscanos en Puebla.

Otra investigación periodística publicada en el Semanario Proceso a cargo de Rodrigo Vera, revela que Cipac de Aquino fue el creador de la primera de tres imágenes que crean la Virgen de la tilma como la conocemos. Se especula que el artista fue contactado por Juan de Zumárraga para crear una obra especial con la que los indígenas pudiesen identificarse. Su primera idea fue plasmar una representación de la Virgen con el hijo de Dios en brazos, basándose en otra Virgen que se encuentra en el Monasterio de Nuestra Señora en Extremadura, España. El resultado fue un éxito; sin embargo, al poco tiempo otra imagen fue superpuesta, creada por Juan de Arrue Calzontzin en 1625, con rasgos más indígenas, sin el niño Dios y con algunas de las características simbólicas importantes, que permanecerían durante el paso de los siglos, la sustituiría.   

Aquí en Sayula, como en el resto del país, el culto a la virgen de Guadalupe se popularizo entre mestizos e indígenas, luego se extendió a criollos y españoles, aunque en menor grado de impacto como es lógico suponer. A pesar de que ya para 1625 la imagen como la conocemos se consolidó; según algunos historiadores y cronistas del siglo XIX en Sayula, el culto a la Virgen de Tepeyac   ya existía a finales del siglo XVI. Más allá del arroyo que cruza Sayula, rumbo al poniente, bajo el cerro del calvario, hoy del Tepeyac o cerrito del Santuario, como se le conoce popularmente; existía una capilla de indios dedicada a esta imagen que pudo ser la primera que los investigadores clasifican como la creada por el indio pintor Marcos Cipac de Aquino. 

No fue hasta la segunda mitad o finales del siglo XVIII que la veneración creció y se vio reforzada por el regreso de los franciscanos a Sayula después de que partieran por orden real de Sayula para dejar su lugar a al clero seglar. A su regreso se establecieron en dónde estaba la capilla de indios dedicada la Virgen de Guadalupe en Sayula, allí construyeron un nuevo convento y un templo, el de san Roque y posteriormente el santuario de Guadalupe.   

Sayula es Guadalupano, sin embargo  aquí poco se sabe de la historia del Juan de Arrue y Caltzonzin, que pudo ser nativo de Sayula y que hoy los investigadores asocian con esta milagrosa imagen, símbolo de México..

El doctor Jesús Figueroa Torres cronista y vecino de Sayula del siglo pasado, concediendo, nos dice que Juan de Arrue y Caltzonzin, nació en Sayula alcaldía mayor de la provincia de Ávalos de la nueva España. Más mesurado, Federico Munguía Cárdenas el cronista emérito de Sayula, difiere, diciendo que la Provincia de Ávalos abarcaba varios pueblos y que no existen documentos que confirmen que Arrue nació en Sayula. Sin embargo, agrega que cabría muy bien la posibilidad de que así hubiera sido; pero, mientras no se encuentre evidencia historiográfica de tal hecho, sólo es especulación. Quien esto escribe considera que, si el famoso pintor del siglo XVII en la Nueva España, al momento de su muerte reconoció ser nativo de Ávalos (la Provincia de), se debe considerar que La Provincia de Ávalos era vinculada directamente con Sayula, y la posibilidad es grande de que el maestro de la pintura colonial sacra, fuera precisamente nacido en Sayula, pues la nostalgia es grande en el lecho de muerte, Arrue se confieza nativo de los Pueblos Ávalos antes de morir,  y tal confesión la denota.   Juan de Arrúe fue hijo de Juan de Rúa un español sevillano, pintor de talento también, quien al llegar a América en 1549 cambió su apellido a Arrúe; y Marta Caltzonzin, a su vez hija del último rey purépecha. Juan de Arrue y Caltzonzin Nació muy posiblemente en Sayula en 1565.  


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