lunes, 28 de febrero de 2022

 Fragmento del libro “100 años 

de Carnaval en Sayula”

Investigación de Rodrigo Sánchez Sosa/ Cronista de Sayula

Hace ya casi cuatro años terminé una investigación histórica que incluye datos historiográficos y testimonios orales del carnaval de Sayula que da testimonio de esta fiesta año con año desde 1917 hasta 2018. Anécdotas, datos históricos, experiencias de gente que vivió esos años; nombres de presidentes municipales, del comité pro carnaval, reinas, madrinas, programas y personajes importantes que participaron y engrandecieron estas fiestas, corren por sus 245 páginas escritas e imágenes,  de la mano del testimonio de la gente común del pueblo que los vivió, y hacen de su lectura toda una experiencia cual viaje en el tiempo. Lamentablemente esta investigación no ha visto la luz en un libro como otros tres de mis trabajos de investigación sobre Sayula, debido al disintieres y falta de voluntad política de las autoridades locales en materia de cultura, y por supuesto la falta de presupuesto para su edición profesional de mi parte. En el contexto de las actuales fechas y en vista de la presentación oficial por parte del actual ayuntamiento, de un libro de tema análogo en los próximos días del Lic Emerio Cueto; compartimos con los lectores este fragmento inicial de nuestra investigación que fue rechazada por los titulares de esta misma administración en el trienio pasado como una edición en un libro de la misma, y que tampoco encontró interés alguno por parte de la iniciativa privada para su edición al alcance del público en Sayula desde casi 4 años a la fecha:



Introducción.

El Cronista emérito de Sayula, don Federico Munguía Cárdenas, hace un rastreo histórico de las fiestas de carnaval en Sayula y la región, basándose en tradiciones tanto orales como musicales, asociando estas a las fiestas indígenas que celebraban de forma particular las bodas entre los naturales de Sayula durante el virreinato y todo el siglo XIX. Cuanta Munguía Cárdenas que, cierto sonecillo de la región, tocado por músicos indígenas, conocido como Papaqui, era interpretado en el convite previo a las celebraciones nupciales. Los familiares del novio hacían una peregrinación, nos informa, por la comunidad correspondiente, acompañados de la música del son citado y cantado sus versos. La intención era visitar las casas de los invitados, donde, una vez allí, les ofrecían pan con atole a estos. 

Los versos del Papaqui de tradición indígena eran un juego de cuartetas lúdicas que hacían énfasis en la fiesta y el mitote; que luego, también, serían muy populares y emblemáticos en las fiestas carnavalescas de Sayula, ya que, musicalizados por un mariachi tradicional en los carnavales más importantes  durante la mayor parte del siglo pasado, serían referente  popular de esta nueva tradición.

Para el decano cronista de Sayula, esta celebración indígena relacionada con las bodas, el Papaqui, sería el antecedente local directo de las fiestas de Carnaval en Sayula. Lo explica así:

"…la encontramos (la explicación a esta asociación) en las disposiciones de la iglesia católica que hasta hace algunos años regían sobre la celebración de matrimonios: las velaciones se cerraban durante la época cuaresmal, por lo cual los últimos matrimonios se verificaban hasta el día anterior al miércoles de ceniza o sea el martes de Carnaval." 

Dice en su texto don Federico Munguía que, aquellos que no se casaban en la víspera de la semana santa, tenían que hacerlo hasta después del sábado de gloría. Por lo tanto, se realizaban en Sayula bodas colectivas en fechas cercanas al martes de carnaval o ese mismo día. El mariachi tocaba toda la jornada y  la celebración era masiva a ritmo de Papaquí y sus juguetones versos, confeti, comida, mezcal y velada; acota Munguía Cárdenas. 

La tradición del Papaqui se ha perdido hoy en día. Una de las personas entrevistadas para este trabajo, la señora Rufina Larios Castillo, menciona el citado sonecillo, recordando que aún era interpretado en las fiestas carnestolendas de este municipio en los años treinta del siglo pasado.  

El presente trabajo, es un recorrido por cien años de esta celebración que marca a Sayula y los sayulenses en su identidad. El lector encontrará en él, costumbres, particularidades, personajes y contextos históricos que enmarcaron estás fiestas centenarias desde 1917 hasta 2018. Para ello, se segmentará en 5 etapas la revisión histórica, reconociendo en estos periodos lo particular de los mismos y su incidencia determinante en estas fiestas.  Al final de cada etapa se incluyen testimonios orales, producto de entrevistas a personas que vivieron las mismas, para complementar este trabajo de revisión histórica de la fiesta más importante de Sayula en los últimos cien años. 



Orígenes, antecedentes y organización. 


El primer carnaval en Sayula.

A mediados del segundo decenio del siglo XX, en pleno conflicto social, la revolución de 1910, se planeó una fiesta que trascendería regionalmente por su importancia. En 1917, en medio de este conflicto nacional, se gestó la primera celebración carnavalesca formal en Sayula: Un sobrino político del entonces gobernador de Jalisco general Manuel M Diéguez, el teniente coronel Francisco Valdez, tomó posesión del gobierno municipal de Sayula viniendo de su servicio militar en Sinaloa. Valdez, convocó a varios jóvenes del municipio para plantearles la idea de celebrar un carnaval como el de Mazatlán. Los jóvenes, hijos de las familias importantes del municipio, entre ellos el tío del escritor Juan Rulfo, Luís Pérez Rulfo, además de Lauro González Guerra, Luis Mercado, Urbano Gómez, Joaquín Aguilar, Leopoldo Anaya y José Vidal y Malo; organizaron el primer baile formal de carnaval, que se escenificó en la casa de la señora Margarita Arreola viuda de Gómez. Casa habitación hoy frente al viejo edificio del cine Mario Moreno, primera cuadra de la Calle M. Ávila Camacho poniente. Amenizó una orquesta de la vecina Tuxpan. Siendo este el primer carnaval que, como tal, se organizó formalmente en Sayula. 

Existieron antes dos festividades documentadas en Sayula que se asociaron a las fechas tradicionales de esta celebración. La más antigua de la que se tiene evidencia historiográfica, se celebró en 1891 con corrida de toros y pelea de gallos en la delegación de Usmajac. En 1895, a iniciativa de los jóvenes sayulenses Manuel Bobadilla, Jacinto y Manuel Cortina, Manuel Anguiano y Camberos entre otros; los días cercanos a las fechas del carnaval, se organizó una festividad para responder a un agravio recibido por estos en una fiesta de la vecina ciudad de Zapotlán el Grande. Planeándose entonces, que los eventos superaran a aquellos en organización y fastuosidad. Se pintaron las fachadas de las casas céntricas, se organizaron corridas de toros en una plaza improvisada frente a la Parroquia de Sayula y se llevaron a cabo peleas de gallos en las que participarían los partidos más importantes del estado como los famosos hermanos Aizpuro de Guadalajara, documenta, don Federico Munguía Cárdenas. 

El espectacular carro alegórico que desfiló el día en que tocó la organización a la Hacienda de Amatitlán, el cual representaba al Dios Baco (Dios romano del vino), pasó por las calles de Sayula regalando el tradicional ponche de granada a quien se acercara a solicitarlo; esto, causó gran impacto entre los visitantes al municipio. Las fuentes de cantera de la plaza de armas se llenaron consabroso licor de granada que fue totalmente gratuito para todos los asistentes. Al parecer el entonces presidente municipal de Sayula, Vidal Gómez se oponía a las festividades y negó el permiso para estas en un principio; pero, la intervención directa del gobernador del Estado general Luís C Curiel, las hizo posibles finalmente. Una cantante local invidente, de la que sólo se recuerda su apellido: Ochoa, inmortalizó en un corrido este hecho.Versó lo ocurrido acompañada de su guitarra de forma irónica:

"Ese Manuel Robadilla

Tenía toda la razón

Nos les querían dar licencia

Pero ganaron la acción…"

Lamentablemente en ambas ocasiones no hubo seguimiento de dichas festividades y tuvieron que pasar primero 4 años y luego 22 años más para que se organizarán formalmente festividades carnavalescas en Sayula.

En 1917, como se dijo líneas antes, se organizó el primer carnaval en tiempo y forma, y se planeó su seguimiento para su próxima emición, dado su éxito;pero, no fue hasta 1923 que, a raíz de una coincidencia afortunada, dicha fiesta impactó más allá de la región.

Ese Año visitó el municipio el gobernador del Estado Antonio Valadez Ramírez, coincidiendo su arribo con los días del carnaval. En Sayula se preparó todo para que el gobernador disfrutara de unas fiestas carnavalescas excepcionales. Se organizó una kermés en plaza de armas, en la que el esmero con que se montaron comercios temporales relacionados con la fiesta sorprendió por su originalidad; por ejemplo, se montó una pagoda a la usanza china donde las meseras servían el té ataviadas con trajes típicos orientales; al igual el puesto de repostería era un enorme molino de viento holandés adornado con tulipanes. La cantina estaba escenificada como un infierno donde damas servían la bebida disfrazadas de diablesas, y así otros creativos y originales puestos. Cuenta Federico Munguía en su crónica de 1969….  (Rodrigo Sánchez Sosa, "100 años de carnaval en Sayula 1917-2018" inédito) 





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