lunes, 28 de febrero de 2022

                Los incendios forestales

Por Arturo Fernández Ramírez


Del 01 de enero al 17 de febrero de 2022, se han registrado 222 incendios forestales en 22 estados de la República Mexicana, contra 1,043 de 2021 en este mismo periodo, es decir, 79% menos. Se han afectado 2,798.09 hectáreas, mientras el año pasado ya iban 20,674.42, esto es, hubo una disminución del 86%. El 98% de lo que se ha dañado en esta anualidad correspondió a vegetación en los estratos herbáceo y arbustivo y el 2% a arbóreo. Las entidades federativas con mayor número de incidencias, fueron Ciudad de México, Puebla, Michoacán, Chihuahua, México, Morelos, Chiapas, Veracruz, Aguascalientes y Oaxaca, que representan el 83% del total nacional. Y las que registraron más superficie afectada, son Chiapas, Oaxaca, Chihuahua, Aguascalientes, Campeche, Puebla, Ciudad de México, Michoacán, Morelos y San Luis Potosí, con el 90% del total nacional. Aunque de entrada las cifras pudieran verse alentadoras con respecto a la anualidad anterior, en realidad no lo son tanto. Primero, las principales causas que originan el fuego siguen siendo por negligencia o dolo del ser humano. Segundo, la época de mayor riesgo apenas se avecina, de ninguna manera podemos confiarnos.

    En el Reporte Semanal Nacional de Incendios Forestales de la Comisión Nacional Forestal (CONAFOR), se contiene la anterior información. Y también, en cuanto a las posibles causalidades de incendios forestales, se establece que el 49.55% es por actividades ilícitas; 10.81% por actividades agrícolas; 9.91% desconocidas; 6.76% por fumadores; 6.31% de fogatas; 4.50% actividades pecuarias; 2.70% cazadores; 1.80% quema de basureros; 0.90% residuos de aprovechamiento forestal; 0.45% otras actividades productivas naturales.

     Como podemos ver, al sumar la mayoría de las anteriores causas, nos damos cuenta que un alto porcentaje de los incendios se provocan por el ser humano. Lo peor es que no solo estamos frente a actos de negligencia, también existe dolo y mala fe, es decir, se hace con toda la mala intención. Algo que suena ilógico e incomprensible, pero es real, cierto y cada año lo vivimos. La irresponsabilidad, ambición y voracidad del hombre no tiene límites, no les importa el daño irreversible que ocasionan ni la trascendencia que se genera a las presentes y futuras generaciones. Las autoridades están obligadas a actuar con apego a la ley, ojalá que así lo hagan.

    Es buena noticia que en lo que va del año, comparado con el anterior, se han registrado menos incendios. Pero como se precisó con antelación, estos datos se opacan cuando vemos que es el ser humano el que sigue destruyendo a la naturaleza. Y, si tomamos en cuenta que el periodo de las altas temperaturas apenas va a iniciar, es necesario mantener firme la guardia. Ojala que al inicio de las lluvias el porcentaje que hoy tenemos a la baja, así se sostenga o continúe dicha tendencia. Nuestra madre naturaleza lo agradecerá.


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