lunes, 28 de marzo de 2022

 Otto Schondube habla del antiguo Sayula, 

el comercio y la extracción de la sal

Investigación de Rodrigo Sánchez Sosa/ Cronista de Sayula

“Hay que entender que en sus inicios la Provincia de Ávalos pertenecía a la Nueva España en lo político, mientras que en lo religioso muchos de sus asuntos se manejaban desde Morelia; posteriormente sus asuntos son tratados más bien desde Guadalajara. Lo anterior causa problemas en cuanto a la ubicación de archivos y fuentes. No obstante esto, la existencia de disputas territoriales y de intereses encontrados nos permite tener a nuestra disposición materiales sobre el área con puntos de vista diversos… 


Para la región de Sayula desgraciadamente hasta ahora tenemos pocas fuentes tempranas, entre las que se cuentan la Suma de visitas (Paso y Troncoso 1905) y la que narra los incidentes sucedidos al visitador franciscano, fray Alonso Ponce (Ponce 1873) obra que ha sido publicada de nuevo por la UNAM y atribuida ahora a Antonio de CiudadReal (1976) quien era acompañante y escribano de Ponce. La primera  fuente nos da datos escuetos de pertenencia a determinada unidad territorial, número de tributarios y productos principales, existiendo en ocasiones algunos datos sobre las lenguas habladas en ciertos pueblos. Sus datos pueden contrastarse con otros datos proporcionados por libros de tasaciones. Es indudable que el número de pobladores de una región y el "valor" o cantidad de bienes obtenidos en ella en determinado momento, son datos importantes; sin embargo, hay que tener cuidado con las fuentes, pues a menudo los criterios para dar cantidades en ambos sentidos pueden ser variables de obra a obra. Así, encontramos a "particulares" que disminuyen sus recursos (humanos y materiales) para solicitar más mercedes o para evitar pagar "más impuestos"; militares que exageran el número de rivales indígenas para dar mayor realce a sus victorias, etc., etc. Al igual, hay que estar muy al tanto del aspecto contextual en el que se hizo la obra. Cuando se tienen varias fuentes sobre una fecha determinada y un aspecto dado, no hay que conformarse con leer una, es necesario leer las más posibles y contrastarlas. La obra de fray Alonso Ponce es rica en descripciones locales y es importante para relacionar algunos aspectos que da, el uso de calzadas a través del lecho del lago y la fabricación de la sal, que podemos contrastar con evidencias arqueológicas que hemos encontrad;. Ponce indica que la sal se obtenía hirviendo al fuego la salmuera puesta en recipientes, los que después deberían ser rotos para extraer los panes de sal. Su descripción nos da una explicación adecuada para interpretar las grandes cantidades de tepalcates (la mayoría de un mismo tipo) que aparecen sobre y dentro de elevaciones que bordean ciertas partes de las "playas" de Sayula; falta sin embargo encontrar los moldes que Ponce menciona afectando la forma de "hombres de sal, y medios hombres y cabezas y otras figuras"; me imagino que estos moldes figurativos no serían muy abundantes y que quizás sólo fueran usados en ocasiones muy especiales. 

AI menos otra fuente temprana de la zona Colima-Michoacán menciona el proceso de hervir la salmuera para obtener la sal; esto me lleva a preguntarme si el sistema por evaporación solar no fuera usado en el área en la época prehispánica y si los restos de este proceso que se encuentran en Sayula no son prehispánicos sino más bien coloniales y aun contemporáneos (en este sentido y con la desventaja de dar a conocer mi edad, puedo decirles que en mi infancia cuando transitaba de Tamazula a Guadalajara cruzando las playas de Sayula todavía llegué a ver este proceso con sus filtros, su pozo para agua y sus tanques [areas] de asoleado). En un trabajo reciente Neal y Weigand  describen en una forma amplia aspectos sobre la extracción de la sal en la región y usan sus datos en parte para calcular población. Esto último lo considero arriesgado, pues en primer lugar hay que considerar qué salinas estaban trabajando en forma sincrónica, aparte de dilucidar qué salinas son prehispánicas y cuáles posteriores. Ellos trabajan sobre la base de la necesidad del cuerpo humano de ocho gramos de sal al día; sin embargo la sal debió usarse también con otros fines en la época prehispánica como lo fue y lo sigue siendo en etapas posteriores.

En la etapa posthispánica, la sal fue usada para dársela al ganado, en la curtiduría y en la industria de la jabonería; quizás en donde se usó en mayores cantidades fue en la minería para la obtención de la plata por el sistema de patio; a este respecto algunos investigadores señalan que para obtener una onza de plata (28.7 gr.) se hacía necesario el uso de 1.950 kg. de sal, cantidad que contrasta fuertemente con los 8 gramos diarios necesitados por el cuerpo humano. No estoy tampoco muy de acuerdo con el postulado que hacen Neal y Weigand  de que probablemente la actividad salinera fuera una labor durante todo el año. Creo que las sales no son tan fáciles de obtener ni tan ricas en la época de aguas (además de los problemas de madera seca, o de días con sol); aparte, algunas fuentes (si bien no de Sayula) hablan de la zafra de la sal, es decir de una temporada para obtenerla. En resumen, la sal es un producto muy importante en la economía de la Cuenca de Sayula y creo que para entenderlo bien, además de usar datos arqueológicos, es necesario utilizar datos escritos de las fuentes, así como documentos de carácter contable y hacendario que quizá se encuentren en archivos de minas, garitas y en el llamado Real Consulado. Es sugestivo que a partir de la conquista la mayoría de los pueblos de Ávalos y de zonas circundantes usen para el consumo humano la sal procedente de la costa de Colima; esto nos hace suponer que la sal local se obtenía para cubrir otras necesidades. Es verdaderamente una desgracia para nosotros el que la Relación Gografica de Sayula (siglo XVI) siga perdida; pero existen las relaciones correspondientes a las áreas aledañas: Tamazula-Tuxpan-Zapotlán, Amula, Ameca (Jalisco), y la de Jiquilpan (Michoacán); estas fuentes, aunque hacen escasa o nula mención de la región de Sayula, nos dan una idea clara de lo que pasaba en su vecindad. No puedo explicar claramente el por qué la región que nos ocupa conservó durante largo tiempo un carácter bastante indígena en cuanto a sus habitantes y sus costumbres (al menos hasta los inicios del siglo XIX), quizás se debiera a su puesto de frontera occidental de la Nueva España; a su relativa unidad y a la continuidad de sus dirigentes, al peculiar carácter de sus pobladores, etcétera. La circunstancia anterior otorga a los arqueólogos, por una parte, una mayor seguridad en el uso de las fuentes con fines comparativos para interpretar las evidencias arqueológicas; pero, por el otro lado, se presenta la dificultad de que, por el hecho de que muchas de las cosas se siguieron haciendo de la misma manera, es a menudo difícil el saber si determinadas evidencias (muros, terrazas, canales, restos de chozas, etc., y las salinas mismas) son de época prehispánica o postiriores. Fray Alonso Ponce nos habla de una calzada "del tiempo de la gentilidad" que cruzaba la laguna, creo por desgracia que la calzada que él describe debe de estar tapada totalmente por el camino actual que une a Atoyac con el área de Techaluta; sin embargo en nuestros recorridos ya hemos encontrado una calzada que sí consideramos prehispánica; ésta une un área de "tepalcateras", ligada a la extracción de la sal dentro del vaso lacustre, con la tierra firme un poco al sur de Cuyacapán. Las fuentes nos hablan también de animales y de plantas recolectadas y cultivadas; nos hablan por ejemplo de huertas en la región de Amacueca. Mencionan que el comercio y la producción de la nuez es un asunto de indígenas; esto suena interesante pues actualmente la distribución de las nogaleras en la región es muy especial. Los mismos españoles hacen diferencias entre los tipos de nuez producida, y la arqueologa Isabel Kelly presentía que se trataba de un cultivo prehispánico. Un aspecto importante es el de las lenguas habladas, es dificil, si no imposible de dilucidar por medio de los datos arqueológicos; son las fuentes escritas las que dan un poco de luz al respecto. El trabajo de Kelly (inédito), ubica las lenguas habladas en la región de estudio, que incluyen: sayulteca, pinome, "mexicano corrupto", tachtoque, coca y tarasco. Para la época del contacto la mayoría de la gente de la región usaba el náhuatl como lengua franca. De las lenguas mencionadas al menos el sayulteca y el mexicano "corrupto" son lenguas hermanas (nahoas). El pinome presenta algunas dificultades de adscripción. A las lenguas mencionadas debemos de agregar dos más: el otomí que aparece en un documento que recientemente me fue facilitado referente a la hacienda de Amatitlán (el que quisiera revisar con más detalle, ya que es una versión con mala paleografía y no muy clara); y la llamada lengua mazorral. Hay que tomar en cuenta que nombres diferentes de lenguas no necesariamente implican lenguas diferentes; en ocasiones cronistas diferentes dan nombres distintos a una misma lengua. Baste como ejemplo decir que para Zapotlán (Ciudad Guzmán) una fuente dice que se hablaba zapoteco, por ello muchos historiadores locales piensan equivocadamente en relaciones con Oaxaca, lo más probable es que se tratase de mexicano (nahoa) al que se le dio como calificativo el toponímico del lugar.  

El asunto tarasco se amplía, pues al leer una historia de tipo local , se dice que Tangamandapio -cercano a Zamoraes una de las fronteras del señorío tarasco y que los purépecha, para control de su frontera llevaron ahí a gente de Tamazula, Jiquilpan, así como de Sayula y Amula. Las fuentes de Amula y Jiquilpan confirman esta versión. El asunto va más allá del aspecto militar, es probable que mucha de la gente removida y ubicada entre tarascos se haya aculturado a su forma de vida y posteriormente haya regresado a su lugar de origen, es decir hay que tomar en cuenta movimientos en ambos sentidos. Las fuentes escritas son también muy útiles para analizar las toponimias, ayudan en la ubicación de ciertos lugares que actualmente llevan otros nombres y, por lo mismo, nos llevan a conocer mejor el territorio en un sentido dinámico. La Relación de Sayula del siglo XVIII  confirma lo que en forma fragmentaria dicen otras fuentes: que la mayoría de la población era campesina; que pese a esto, hay también hasta cierto punto una especie de especialización en los pueblos; sobre todo por su ubicación. Por ejemplo, los pueblos de Tapalpa en la sierra están dedicados a la explotación maderera así como a la extracción del pulque; el pueblo de San Martin de la Cal hacía el producto que le da el nombre; otros pueblos elaboraban petates, trabajaban pieles, hacían calzado, vestimentas, etcétera. Lo anterior propiciaba la relación entre los pueblos por medio de un comercio dentro de la propia región. La Cuenca de Sayula a su vez, está en una posición geográfica muy especial dentro de un corredor natural, a la vez que se ubica a manera de núcleo o centro de diversas regiones periféricas; por ello Sayula mismo debió ser un centro comercial importante con nexos extraregionales, al respecto las fuentes nos dicen que en ella residían múltiples comerciantes (indígenas) que eran diestros en hablar varias lenguas." (Otto Schondube, La región de Sayula a través de las fuentes historiográficas)


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