martes, 19 de diciembre de 2023

 A 501 años de la fundación Sayula,

el 22 de diciembre de 1522

Por Rodrigo Sánchez Sosa/ Cronista de Sayula

Existirán dos periodos en la organización administrativo-política de estos territorios a los que perteneció Tzaulan; en una primera estancia pertenecerán a la encomienda dada a un tal Martín Monje, luego serán puestos en manos del capitán  Hernando Saavedra, lo que implicaba que los indígenas de este jurisdicción tributaban y eran dependientes del encomendero asignado, en lo que se conoció primero como Los Pueblos de Martín Monje y luego Los Pueblos de Ávalos, después provincia con alcaldía mayor en Sayula, que abarcó territorialmente desde esta alcaldía citada hasta el señorío de Cocula y el lago de Chapala en su margen norte. 


Luego de la muerte de este Hernando Saavedra y Ávalos en 1535, la encomienda se dividirá y la parte norte que correspondía a Lago de Chapala pasaría a cabeza del rey, es decir a ser administrada por la corona, para luego formar parte de otra encomienda distinta a la de Los Pueblos de Ávalos. 

Para 1532 llegarán los evangelizadores franciscano que fundarán  conventos y judicaturas eclesiales en Axixic, Zapotlán y Amacueca las que administrarán espiritualmente la región y comenzaran a levantar censos, estadísticas y registros de bautismos, nacimientos, muertes, matrimonios y defunciones de la población indígena del sur de Jalisco en las distintas comunidades  a las que asignarán una visitaduría o doctrina de indios que un sacerdote desde alguno de los centros conventuales visitaba regularmente para evangelizar, decir misa y bautizar a la población, aunque también la población nativa tenía que peregrinar en muchos casos hasta los conventos antes citados para ser bautizados. 

Esto es lo que encontramos en documentos y archivos sobre este periodo relacionado con esta investigación, de lo que luego sería el Sur de Jalisco:

Los españoles dominan militarmente Tenochtitlán el 13 de agosto de 1521.  A partir de 1522 y en los años inmediatos, Cortés emprendió con rapidez la reconstrucción de la ciudad, al mismo tiempo que disponía una serie de exploraciones radiales hacia Pánuco, Coatzcaoalcos, Tututepec y Tehuantepec, Soconusco y Guatemala, hacia la costa del Mar del Sur hasta Zacatula, y hacia el occidente: Michoacán, Colima y por tierras hoy de Jalisco (sur) y Nayarit. (Romero de Solís, José Miguel. Andariegos y pobladores. Nueva España y Nueva Galicia. Colegio de Michoacán. Zamora, 2001.)

Hacia las costas de lo que es hoy Guerrero y Michoacán, región conocida entonces por los españoles como Zacatula, envió Cortés algunas expediciones a finales del año 1521, en busca de minas de oro, de las que la capital del imperio azteca obtenía parte de este metal que los soldados españoles vieron en los palacios, calles y templos de Tenochtitlán.

 Los españoles con guías mexicas o tlascaltecas llegaron hasta la capital del imperio tarasco, Tzintzuntzan, donde fueron recibidos por los principales entre los purépechas; quienes conocían ya de la toma española de Tenochtitlán. La primera expedición partió al mando de un soldado español de nombre Villadiego, con varios indios como escoltas, nunca regresó y no se supo más de ellos. Luego, otro soldado llamado Parrillas, se aventuró en la misma empresa, fue bien tratado y regresó a Tenochtitlán con algunos principales de los tarascos a los que Cortés recibió bien y mostró su poderío militar. 

Luego Cortés ordenó la marcha de una tropa en forma, junto con una embajada al rey de Michoacán, al frente iba un capitán de nombre Montaño, veinte señores de guerra indígenas y un intérprete que hablaba mexica, otomí y tarasco, esta expedición advirtió al rey tarasco Caltzontzin lo que les podría pasar en caso de resistir a los españoles, como lo hicieran los mexicas. De vuelta de esta expedición, los españoles trajeron algunas mujeres purépechas como presente, y antes de llegar a Tenochtitlán, las tomaron como amantes,  por ello, los purépechas que iban con ellos, comenzaron a llamar a los españoles "tarascos", que en lengua purépecha significa "yerno". Al regreso de esta expedición, Cortés tomó una decisión en cuanto a la conquista del imperio purépecha y manda al capitán Cristóbal de Olid al frente de 2000 españoles e indios aliados quienes llegaron a Taximaroa el 17 de julio de 1522. 

A su llegada los purépechas sacrificaron 800 prisioneros, para evitar fueran liberados por los españoles y reforzaran sus filas atacándolos. El capitán  Olid les hizo saber que venían en paz; y luego de ser aceptados los españoles y sus aliados, se dedicaron saquear los tesoros del imperio purépecha. Cristóbal de Olid envió a el rey tarasco Caltzontzin a Cortés, junto con el tesoro de éste. 

El rey purépecha creyendo que lo matarían en Tenochtitlá fue llevado a la presencia de Hernán Cortes, lo recibió Cortés en Coyoacán; en agosto de 1522. El capitán general español le trató bien, incluso, arregló una entrevista entre éste y el soberano mexica Cuauhtémoc, que yacía preso y con los pies quemados. No hay relación de lo que estos dos señores indígenas hablaron entre sí cuando se encontraron en tales circunstancias. Cortés enviaría de regreso a Caltzontzin a Michoacán, ya como aliado.  (León, Nicolás. Los tarascos. Notas históricas, étnicas, p. 125)

Por esas fechas, 1522, de Michoacán salió una expedición española-purépecha para conquistar Colima, el vecino reino con el que los tarascos se enfrentaron por décadas. Pertrechados los españoles salieron junto con sus nuevos aliados hacia el reino teco. En esta expedición de conquista iban los tarascos vestidos a su antigua usanza y los españoles les permitieron sacrificar muchos prisioneros hechos en el camino. 

Cristóbal de Olid ya posesionado de Michoacán, avanza hacia más lo que hoy es Jalisco yendo por Mazamitla por Zapotlan; mientras, su lugar teniente Juan Rodríguez de Villafuerte, quien debió ir hacia Zacatula según sus órdenes, desobedeciendo avanza prematuramente sobre Colima. A pesar de llevar Villafuerte 40 de a caballo y más de cien de infantería, son derrotados por los naturales de Colima y hacen retirada hasta Zacatula (hoy Guerrero, frontera con tierra caliente en Michoacan). Cortés manda llamar a Villafuerte, tomando esa acción como amotinamiento. Mientras tanto, Cristóbal de Olid llega al Motín, Tamazula, Tzapotlan y Tuxpan, territorio purépecha, donde encontró algunas minas de importancia media. Cristóbal de Olid con 200 españoles al mando de dos mil efectivos entre indígenas y tropa española llegaron a Michoacán el 17 de julio de 1522.

Acompañó en esta expedición a Cristóbal de Olid, Hernando Saavedra, primo de Hernán Cortés. Saavedra fue enviado a explorar, tomar posesión y custodiar unos yacimientos de oro en la región del Motín (Michoacán) y Tamazula (Jalisco). Saavedra, buscando ampliar su encomienda avanza a mediados de diciembre de 1522 por lo que hoy se conoce como la cuesta de Sayula; entrando a los terrenos de la playa de Sayula por un intrincado de barrancas, llegando hasta Usmajac o Uxumaxac y tomando pacíficamente el Señorío de Tzaulan aproximadamente el 22 de diciembre de 1522, acción por lo cual se le dio la encomienda de esas tierras conquistadas, Los pueblos de Ávalos.

"Los pueblos de Ávalos, como sería conocida la región, en el siglo XVI comprendían: Atoyac, Cocula, Chulitla (Techaluta), Tusitatan (Teocuitatlán), Cacualco (Zacoalco), y Cayula (Sayula.) Cada uno con sus respectivos pueblos sujetos, y todos a su vez tributarios del señorío tzayulteco, según una relación de tributos de 1528." (Munguía Cárdenas Federico, la Provincia de Ávalos)

La encomienda concedida a Saavedra por Cortés, sería conocida como los pueblos de Ávalos, por su hermano, por ser éste, Hernando Saavedra Dávalos o Ávalos, hermano de Alonso de Ávalos "El viejo", hermano menor, que recibiría parte de la encomienda en 1523 y la heredaría en su totalidad a la muerte de Hernando 12 años después. Un documento de tributos del Archivo General de Indias sitúa la muerte de Hernando de Saavedra en 1535, los pueblos de Teocuitatlán y Atoyac, el 20 de agosto de 1535, fueron puestos en cabeza del rey por la muerte de Hernando de Saavedra, su encomendero, según archivos. (Hillerkuss Thomas. Documentalia del sur de Jalisco. INAH y Colegio de Jalisco. México 1994, p. 225.)

 


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