domingo, 17 de mayo de 2015

El Consumo de Plantas Silvestres del Acuífero Lagunas (Sayula, Zacoalco, San Marcos) como Tradición Culinaria en el Estado de Jalisco: La Pitaya


Por Federico González Alfaro
El consumo de plantas silvestres no solo en Jalisco, en todo México es parte importante de su cultura gastronómica y un referente del país en el mundo.
La cuenca Lagunas, conformada por tres cuencas, Sayula, Zacoalco y San Marcos, es un buen ejemplo de la importancia de las plantas silvestres en la gastronomía local y  de la zona metropolitana de Guadalajara.
La Pitaya, es un buen referente. Productores de Amacueca, Techaluta, Anoca, Tepec y en menor grado de Sayula, venden su producto en el centro de Guadalajara, especialmente en una pequeña plaza conocida como Las Nueve Esquinas, durante el mes de Mayo.
   El consumo de esta planta silvestre en Guadalajara es de tanta tradición, que se celebra la feria anual de la pitaya  en la primer semana de Mayo. Amacueca, Tepec, Anoca  y Techaluta, también tienen sus respectivas ferias de la Pitaya, también ambas en el mes de Mayo, mes de cosecha de esta fruta, justo antes del periodo de lluvias.
   La Pitaya (Stencerus queretaroensis), y su comercialización e importancia para la zona productora del sur de Jalisco, ha sido estudiada por varios autores. Bruce Benz "The Structure and Productivity or Felict Stands of Pitaya) dice: "La mayor parte del fruto comercializado de la pitaya en el sur de Jalisco proviene de poblaciones antropogénicas (Techaluta, Amacueca, Tepec). Estas poblaciones se asocian con sitios arqueológicos cuya antigüedad es de 300 a.C. hasta 1200 d.C. La estructura y productividad de estas poblaciones contrastan drásticamente con las poblaciones (de pitaya) naturales y cultivadas". Esto es especialmente cierto. La económica de Amacueca y Techaluta, está íntimamente ligada a la producción de esta cactácea.
     Esta cactácea, está muy seriamente amenazada. Anexo fotografías donde se puede claramente observar que plantaciones de Pitaya están enfermas.   La agricultura intensiva es la responsable de su delicada situación Al no tener una zona de transición, los cultivos industriales están al lado de las plantaciones de Pitaya.  Los Berries y el Aguacate, son plantas huéspedes de la araña roja. Este ácaro, esta infestando no solo a las plantaciones de Berries y Aguacate, esta infestando también a la Pitaya y al Nopal. Esta plaga está presente todo el año, con picos en temporada de calor. La gran diferencia, es que los productores de Pitaya no tienen los medios para combatirla y la agroindustria si.  Como siempre, pierde primero el más débil.
    La selección natural que los productores han hecho de esta cactácea, han provocado  subdivisiones muy interesantes clasificándolas por su tamaño, color y contenido de azúcar.  A las frutas más grandes las conocen como Pitaya Mamey y a las de menor tamaño como Pitaya de Cerro. Siendo realmente la misma variedad pero de diferente tamaño. El contenido de azucares se debe a la madurez del fruto y su tamaño está muy relacionado a la fertilización que el productor le da a la cactácea. Los precios de la fruta varían dependiendo de las características arriba mencionadas y de su tiempo de cosecha, las primeras en ser cosechadas son las que alcanzan el mejor precio. Conforme se aproxima el temporal de lluvias, el precio y calidad van bajando de forma proporcional. Esta cactácea tiene la particularidad de madurar excesivamente rápido con las primeras lluvias de la temporada, siendo esta característica, una verdadera carrera contra el tiempo hombre/planta/medio ambiente.
    Las pitayas son transportadas para su comercialización en cestos tejidos de carrizo llamados chiquihuites y cubiertas de alfalfa para mantenerlas frescas.
Es toda una tradición la temporada de cosecha de Pitayas en el acuífero. Sayula fue, durante un tiempo, la principal productora de esta cactácea durante muchos años, la agricultura intensiva hizo que las plantaciones de Pitaya en el municipio casi desaparecieran, concentrándose su producción son terrenos pedregosos y poco atractivos hasta antes de la llegada de los Berries y del aguacate.
    Una planta silvestre de mucha tradición y arraigo ahora sometida a  una fuerte presión por la infestación de sus huertas por la araña roja; este ácaro pone en riesgo su presencia en una zona productora con muchos siglos de convivencia con la misma y de una gran  importancia para esta cuenca hidrológica, para su medio ambiente y sus habitantes.
Este año, la cosecha de Pitaya y espero equivocarme será muy pobre. Son muchas las plantas de Pitaya afectadas por la araña roja. Al final, de seguir este ritmo de infestación, solo nos quedara el recuerdo de este tradicional fruto silvestre.

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