domingo, 17 de mayo de 2015

Especial para Horizontes...
    Visión científica sobre el Centro Ceremonial Santa Inés
Reportaje e investigación de Rodrigo Sánchez Sosa


    Luego de mi investigación sobre el centro ceremonial "Cerrito de Santa Inés" , que contenía mi muy particular opinión sobre el mismo, surge la inquietud de conocer y compartir con ustedes, los estudios científicos que se han hecho en torno a este centro ceremonial, encontrándonos con la sorpresa que, de acuerdo al Arqueólogo  Otto Schöndube, son pocos y no concluyentes. Desde la colonia se trató de investigar la forma de vida de los indígenas antes de la llegada de los españoles, pero no fue hasta 1940 que se abordó el tema científicamente con investigadores calificados. La Arqueóloga Isabel Kelly entre los años de 1941 y 1944, apoyada por la John Simon Guggenheim Memorial Foundation, la Carnegie Institution of Washington y la American Philosophical Society, estudió al hombre del occidente de México antes de la llegada de los españoles. Mediante el análisis de la alfarería prehispánica, Kelly sienta las bases de una cronología para la zona: Etapa 1a (2400-1500 a. C.), 1b (500 a. C.-600 d. C.) y Etapa II a (600-900/100 d. C.-Santa Inés). II b (900/1100 d. C. -Conquista española). Ubicando estas tierras, habitadas, desde el tiempo de la fundación de Egipto, hace más de ¡4 mil años!.
    Sin embargo ella misma reconoce que su trabajo es superficial, por carecer de excavaciones. A pesar de ello, aporta al estudio la zona la delimitación de tres momentos en su desarrollo. Visita el "Cerrito de Santa Inés" durante este tiempo y bajo estos criterios lo describe, descripción que retomará Otto Schöndube , en el escrito que a continuación leerá. Luego de Kelly vendrán más estudios, tanto del gobierno mexicano como de universidades extrajeras, algunas con más o menos suerte, como reconoce  Schöndube:  "Ponderando en su justo valor lo hecho, será al Proyecto Arqueológico Cuenca de Sayula, mediante un programa sistemático de investigación, a quien corresponderá aportar los datos para comenzar a develar el pasado prehispánico de la comarca, sobre todo sus periodos mas tempranos, sin llegar a la prehistoria; pero esa es otra historia que, además, apenas comienza a escribirse..." leamos a Otto Schöndube:
 "Un sitio que sobresale por su complejidad arquitectónica prehispánica, es Santa Inés.  Ubicado a un costado del puebla actual de Sayula Jalisco, próximo al paso del arroyo mas importante de la zona (Agua Zarca).  En 1940, la arqueóloga Isabel Kelly registra  a Santa Inés coma una localidad relevante por la presencia de cuatro montículos artificiales. y de algunas plataformas menores extendidas sobre un ejido.
    Desde entonces a la fecha, la zona ha sufrido algunas modificaciones significativas. En la actualidad el sitio esta integrado a la periferia del poblado moderno de Sayula. En su perímetro inmediato se ubican una escuela preparatoria, un parque infantil y un basurero (¡Qué vergüenza!)  municipal. Sobre el montículo principal se ha construido una terraza con capilla y una escalinata, además de haber sido mutilado para la construcción de una calle, que han cambiado su forma, alterando su volumen original.
Por  si fuera poco, desde hace mucho se practican excavaciones clandestinas (¡Más vergüenza!) en el contorno y en el cuerpo de los montículos. El crecimiento urbano y los destrozos ligados a él impiden hoy tener una idea clara de la extensión real del sitio, un cálculo conservador del sector con arquitectura, podría ser de unas cinco hectáreas.  La Imagen adjunta a este texto, muestra un croquis sin escala precisa, levantado en el transcurso de los últimos 30 años (hecho por Federico Munguia a inicios de la década de 1970). Es difícil calcular la altura original del montículo principal, pero sin duda fue superior a los 4 metros actuales. Las plataformas restantes se elevaron entre tres y cuatro metros en torno a una plaza de aproximadamente 1250 m2 (el área actual del basurero publico).

    De lo que aun existe del centro ceremonial se puede colegir que la forma de las plataformas fue rectangular, aunque su apariencia actual sugiere estructuras tronco-cónicas. El método de construcción fue la simple acumulación indiscriminada de tierra y piedras de diversos tamaños. Con el paso del  tiempo, el material tepetatoso empleado se ha homogeneizado al punto de regularizar la mayor parte de la superficie amorfa. Durante la fase Sayula (600 a 900 años DC), esta localidad, aparentemente, ejerció una gran atracción entre los habitantes de la región.
   Sin tomar en cuenta las posibles localidades que se encuentran bajo el poblado moderno de Sayula, en su contorno se han detectado una decena de sitios que fueron habitados por los pobladores originales de la zona, dispersos sobre los llanos y las terrazas vecinas. Se desconoce la fecha en que se inicio la construcción del centro ceremonial Santa Inés, pero el material diagnostico de esta fase incluye todos los tipos cerámicos conocidos en esa región, con la excepción de la loza utilitaria denominada  "cuencos salineros".
    En Santa Inés predomina la cerámica Sayula; no obstante  hay también materiales tempranos y tardíos que atestiguan la presencia del hombre en la zona antes y después de la construcci6n del espacio cívico-religioso Santa Inés.
   Un rasgo interesante que también singulariza a este sitio es el hecho de que fragmentos de figurillas tipo "Cerro de García" (pieza tarasca) aparecen en las áreas próximas a las plataformas. La presencia de estas figurillas no es común en los otros sitios de la cuenca por lo que se podría inferir que quizás estuvieron ligadas a alguna función ejercida exclusivamente en el centro ceremonial." (Valdez, Francisco; Schöndube O;Emphoux, Jean-Pierre. Arqueología de la cuenca de Sayula; Centro Universitario del sur  e Institut de Recherche pour le Dévelop,pement)
    Schöndube, sigue a Kelly en su apreciación sobre Santa Inés,  a parte de reconocer su importancia y complejidad arquitectónica, sólo aporta la hipótesis de las estructuras rectangulares, pero nada dice de las actividades o la función de las estructuras. Me sigo manteniendo en mi hipótesis de éstas como  reloj solar y lunar orientadas con los principales astros del firmamento, que servían como calendario de cosechas y festividades religiosas de los antiguos habitantes de la cuenca de Sayula. Las fechas de  auge del centro ceremonial, coinciden con la hegemonizarían de la cultura mesoamericana en la región (600-900 de nuestra era), por lo que insisto en un culto nahua-tolteca representado por las construcciones en Santa Inés. Y coincido con Scönduben en que hace falta más trabajo de investigación en el sitio. No me retracto en acusar la barbarie que se ha hecho atreves de los años por la ignorancia y los interese mezquinos a las estructuras de Santa Inés; así mismo, ratifico el potencial que el lugar representa como atractivo turístico y sobre todo fuente de identidad y orgullo para los sayulenses y municipios vecinos, descendientes de sus constructores.

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