miércoles, 9 de enero de 2019

E d i t o r i a l
Danzas de Sayula olvidan en su vestimenta el origen autóctono


En las recientes festividades a la Virgen de Guadalupe, como todos los años, los grupos de danzantes ocuparon un lugar especial en la festividad. Lo malo es que continúan perdiendo su tradición autóctona al elegir vestimentas, con la honrosa excepción de algunos grupos de danza, que como en el caso de la estilo apache, nada tienen qué ver con nuestro pasado indígena. Más parecen que siguen una moda musical como la que utiliza un conocido grupo de banda grupera, (ignorancia total) olvidando los verdaderos atuendos de nuestro pasado histórico, que eran realmente MAJESTUOSOS como el de los guerreros aztecas por citar un ejemplo, que ya los quisieran muchos. La vestimenta de un guerrero Azteca resulta IMPONENTE comparándolo con los trajecitos de apache que eligen los grupos de hoy en día. Se visten a la usanza apache cuando me parece que apaches ni siquiera existieron en México, o quizá muy al norte, precisamente donde está el estado de Texas en USA.  Queremos recordar lo expresado por el Cronista Rodrigo Sánchez Sosa al respecto en anterior comentario acerca de las danzas de Sayula: "Los elementos usados en el traje tradicional juegan un papel simbólico relacionado con la cosmovisión indígena original: los espejos usados en las coronas de danzante que no son sino penachos estilizados, representan al dios sol, reflejan sus rayos; de ahí pues, que estos sean parte de la danza ritual, una visión simbólica . El traje es también una versión de la vestimenta original: la capa no es tal, en el concepto occidental del concepto, es más bien el ayate que solían llevar los indígenas, para cubrirse del frío, los rayos del sol o el polvo de los caminos, hecho de fibras vegetales, el calzón estilizado que lo mismo simula el taparrabos que el calzón nahua de curo o el de manta del campesino del siglo XIX. Solían usar medias largas sombre los huaraches de correa; estas posiblemente, influencia de las medias que usaban los españoles durante la colonia. La sonaja es lo más evidente, es la estilización de un arma de guerra indígena, el macuahuitl, que en vez de las hojas afiladas de obsidiana tiene hojas delgadas de metal que suenan al sacudirla. El grito tradicional, es un grito de guerra que los cronistas españoles de la colonia describen como un ritual de los guerreros indígenas en las batallas. La evolución de las danzas, sus coreografías, tiene un simbolismo importante también. En ellas se describe con movimientos los cuatro elementos del cosmos, aire, tierra, viento y fuego, y se saluda a los puntos cardinales que representan, hogar de los dioses:  Norte Tecatzipocatl, Oriente Tlaloc, Poniente Quetzalcoatl, sur Huzilopostli. Cuando el danzante da vuelta sobre su eje, simboliza el aire; cuando serpentea entre una columna de danzantes, representa el agua; cuando se mueve al interior y exterior de la columna de danzantes, representa al fuego, cuando se arrodilla y golpea con su sonaja el piso, está reapretando a la tierra. Todo ello va a lo profundo de nuestro ser como descendientes de estos pueblos originarios, está en nuestro ser, en nuestra raíz.
Concluimos pues este comentario esperando que los grupos de danza exploren en la historia y hagan culto a nuestro pasado indígena que, como el caso ya comentado de las prendas de los guerreros aztecas, resultaría no sólo un rescate auténtico sino un orgullo vestir tan majestuosa e imponente vestimenta.  https://semanariohorizontes.com

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