lunes, 26 de julio de 2021

 Datos históricos Templo de La

Candelaria y barrio de Santa Inés

Por Rodrigo Sánchez Sosa

Los barrios de la candelaria y Santa Inés en Sayula, suelen tomarse como uno sólo, incluso sus límites son confusos. Ambos datan del tiempo de la colonia; sin embargo, mientras el barrio de la Candelaria terminaba donde hoy se encuentra su templo, el barrio al que substituyó en los últimos años de la colonia, San Marcos, cuya capilla se encontraba en los terrenos que hoy ocupa la escuela Justo Sierra; correspondía con la demarcación territorial más antigua que incluía las manzanas correspondientes a la cuadricula formada por as hoy calles  Prisciliano Sánchez, Avasolo, Ocampo y el margen del arroyo al sur y hasta la Altura del actual Jardín de la Candelaria. Aunque en la esquina de la hoy Calle Juárez y Aquiles Serdán, donde actualmente se encuentra un jardín de niños, durante el virreinato existió la capilla del barrio del Sacramento, barrio que, al desaparecer, se integró a la Candelaria.


La historia de Santa Inés es distinta, aunque hoy densamente poblada, para el siglo XVI que se fundó el primer Sayula, fue la sede del primer asentamiento español; y antes, durante 600 años, fue la sede del gobierno del señorío indígena de Tzaulan. Precisamente en el parque denominado Cerrito de santa Inés se levantó un complejo religioso y de gobierno que gobernó a la mayoría de los pueblos indios al margen de la Playa de Sayula por al menos seis siglos antes de la llegada de los españoles. Pese a ello no existieron asentamientos habitacionales importantes, hasta donde se sabe, en los alrededores. El nombre "Santa Inés" se cree lo obtuvo en honor a la primera esposa de Alonso de Ávalos, encomendero español: Inés de Rivera. Ya para la etapa independiente de México Santa Inés aparece en registros como una hacienda del mismo nombre cuyo casco se encontraba a espaldas del templo de la Candelaria es decir en los límites sur de ese barrio. A mediados del siglo era común los días de campo o paseos al Cerrito de Santa Inés, dotándosele por entonces de espacio para dicha actividad con bancas  y mesas de cemento por parte de la presidencia municipal. Para los años setenta del siglo pasado, se comenzó a repoblar el barrio más viejo del municipio, coincidiendo con la fundación del CETA 19 hoy CBTA frente al parque Cerrito de Santa Inés. Ya para 1980 se le dio el carácter de parque a una parte del complejo, se le dotó de barda frontal y canchas de básquet bol, ya en los noventa y principios del 2000 se se arreglaron las calles de acceso al parque, se construyó un edificio de servicio, una barda perimetral, un depósito de agua, más instalaciones deportivas y recreativas. El parque junto con la escuela le dieron el carácter al barrio de Santa Inés, donde a diferencia de los otros barrios antiguos de Sayula, nunca tuvo una capilla dedicada a Santa Inés, como se podría pensar.


El complejo santa inés 

"El centro ceremonial "Cerrito de Santa Inés" al sudoeste de la moderna Sayula, evidencia el lugar donde pudo estar la sede del señorío de Tzaulan a la llegada de los españoles, y desde 500 o 600 años antes, durante toda la fase Amacueca y los últimos siglos de la fase Sayula. Este lugar, hoy un parque con canchas deportivas, que posee tres montículos de origen prehispánico, datados para el año 900 de nuestra era, fue el centro político y religioso de todo el señorío en los años previos a la conquista española. Los señores y sacerdotes principales de los pueblos indígenas, acostumbraban a vivir cerca de estos centros ceremoniales, por ello, las crónicas de los conquistadores, hablan de que en ese lugar, al que llamaron Lomas de Santa Inés, se fundó el primer asentamiento español durante la conquista, pues ahí se concentraba el poder político y religioso de la cuenca prehispánica a su llegada… Santa Inés es un sitio importante por su complejidad arquitectónica. Según el arqueólogo Otto Schöndube, en una extensión original de 1250 metros cuadrados, pensándolo conservadoramente, se levantó Santa Inés como centro cívico prehispánico, sin que se haya precisado exactamente aún la fecha exacta de su construcción; pero se infiere, por la cerámica ceremonial, que fue a finales del clásico tardío entre 900 y 1100 d.C, cuando se convirtió en un importante centro de reunión regional. El sitio presenta cinco montículos: dos elevaciones y tres plataformas con una plaza ceremonial central. En torno a este complejo arquitectónico prehispánico, por lo menos se han detectado una decena de sitios habitados de aquel tiempo, sin contar con los que quedaron bajo la construcción de la actual Sayula, los cuales nunca formaron en sí un bloque urbano como en las ciudades mesoamericanas del valle central, sino una ciudad en red o reticulada. En uno de estos sitios cercanos a Santa Inés, habitaba el o los gobernantes del señorío de Tzaulán, que se extendía hasta Cocula al norte de la cuenca, y de la sierra de Tapalpa en el oeste a la del Tigre en el este, desde donde pudieron venir atraídos por el centro ceremonial o en cumplimiento de su fidelidad cívica al Tzaulán, como muchos otros, los súbditos del señorío tzayulteca." (Sayula del Antiguo Tzaulan al Sayula de lo Pérez Rulfo)


" Capilla de la Candelaria

Se encuentra ubicada por la calle Gordiano Guzmán que la obstruye parcialmente, consta de una sola nave de figura rectangular tiene como anexos, sacristía, atrio, tres cuartos para catecismo, campanario que en su último cuerpo figura un alcatraz al revés, sus pisos de ladrillo mosaico, pintura vinílica, bóveda de cuña sobre vigas de fierro, su puerta principal mira al Norte,  mide 20.00 metros  de largo por 5.00 de ancho, su última reedificación data de 1955, obras recientes han embellecido como un amplio jardín. Esta capilla fue reconstruida a mediados del siglo pasado y vino funcionando hasta el 22 de febrero de 1933 en que tomó posesión provisional La Oficina Federal de Hacienda local. Se trataba de una vieja Capilla construida de adobe y amalgama rodeada por todos los vientos de terrenos sin construcción. De esta Capilla como de San Sebastián, existen constancias oficiales a partir de 1797, aunque deben haber sido erigidas mucho antes; sobre esta de la Candelaria se tiene la siguiente versión:

   En el siglo XVI fue robada una imagen de la Virgen en el camino rumbo a la ranchería de El Jazmín, con el tiempo fue adquirida por unos indígenas de un Rancho cercano a Tapalpa llamado Milpillas quienes tomaron la costumbre de traerla anualmente a visitar a visitar a su abuela residente en esta ciudad para los días 2 de febrero de la Candelaria advocación que traía en su pequeña imagen, haciéndose tradicional esta visita con especial regocijo lanzándose naranjas, confites, rompiendo cascarones pintados, danzas etc., al compás de los seculares teponaxtles. La abuela llamada Lolita vivía donde esta hoy la Capilla y ahí

Levantaban un altar compuesto de tzempatzuchiles, malvas, azaleas, magnolias, aromatizando además con copal. Cerca de la entrada colgaba un artefacto redondo de carrizo conteniendo panes, dulces, frutas, vino, etc., iluminado con velas de cebo al cual denominaban "lámpara" el propio 2 de febrero uno de los presentes ceremoniosamente cortaba o desprendía la lámpara repartiendo o llevándose a casa el contenido adquiriendo el compromiso de colocar otra igual al año siguiente, deuda que era muy respetada. Se servía una comida de frijoles blancos sin sal con tortillas pigmentadas color tuna, amarillas pintadas con azafrán y otras de color natural de maíz, todos ellos antiguos simbolismos indígenas.

    Al fallecer los dueños de la imagen, esta se quedó en Sayula en poder de la abuela quien al morir cedió su vivienda para que se levantara una Capilla instituyéndose el nombramiento de Prioste o Mayordomo para organizar la fiesta. En el aspecto profano al terminar el rosario por la noche, los asistentes bailaban sus antiguas danzas al son del primitivo mariachi libando en exceso.

Esta pintoresca celebración cayó en desuso, ahora en algunas casas del barrio tienen replicas de la imagen y cuelgan las tradicionales lámparas costumbre ya en forma muy familiar, una de estas personas lo era el recientemente fallecido Miguel Ávalos Barajas.

    La Capilla primitiva fue un tejaban reducido, después se hizo una construcción de adobe con una banca del propio material adosada a los muros laterales, techo de jarilla y teja a dos aguas sin mas puertas que la de entrada viendo al Norte, el piso estaba empedrado con pequeñas piedras boleadas." (Pedro Villalvazo López)


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