martes, 4 de julio de 2023

 Historia de la fundación de un

pueblo mágico, Sayula siglo XVI

Por Rodrigo Sánchez Sosa/ Cronista de Sayula

En 1549 el presidente de la nueva audiencia de Occidente escribía al rey que los encomenderos de la Nueva Galicia necesitaban una audiencia cada uno para ser ordenados. Es posible que por estas circunstancias en el territorio vecino de los pueblos de Ávalos, la Audiencia de México, atendiendo una inconformidad de los pobladores españoles de Sayula, haya autorizado la reubicación o refundación de Sayula luego de que la petición si hiciera al rey por parte de los colonos. En el plan de reordenar el territorio, se dio la reubicación y la fundación de 1546. Pudo ser que el corregidor de la Audiencia de México Andrés de Urdaneta haya participado en la iniciativa. Nombrado corregidor de los pueblos de Ávalos por el virrey de Mendoza en 1543, Urdaneta coincide en tiempo con la refundación aquí postulada.


"En 1531 existía todavía los pequeños pueblos indios (de Sayula)… en 1587 el pueblo español era situado en el lugar actual….Alonso Ponce visitador del clero regular describe la iglesia en Sayula en 1587 `como de tres naves` con una buena huerta de arbolada y hortalizas, `la cual riegan con agua que viene de la sierra`, lo que da la idea de que habían transcurrido bastantes años desde su reubicación." (Federico Munguía C. "La provincia de Ávalos") 

Debido a una epidemia en 1545-1548, se expidieron leyes en 1552 de reubicación de antiguas cabeceras de los pueblos indios a terrenos más adecuados, en tierras más bajas y llanas. Sin embargo el asentamiento español del primer Sayula no era muy antiguo, tampoco era un pueblo de indios, ya que las leyes no permitían a los españoles vivir al lado de los indios (leyes de Burgos 1512), y dado que las epidemias afectaban mayoritariamente a los indígenas, la epidemia no pudo ser la razón principal de la reubicación de Sayula en el lugar actual. Tuvieron que ser las circunstancias políticas y económicas relacionadas con los españoles las que refundaron Sayula, pues se estaba fundando un pueblo español y no un pueblo indígena. No fue hasta el 10 de septiembre de 1598 que se permitieron los barrios indígenas en el Sayula español, con el plan de congregación de fines del siglo XVI y principios del siglo XVII, del conde de Monterrey y el marqués de Montesclaros durante los años 1590 a 1606. Así que el año más probable de la fundación del Sayula español en el actual lugar es 1546. 

El cronista Andrés González (1879) manifiesta que la fundación (de Sayula en el lugar actual) ocurrió en 1646, cosa inexacta dada la constancia de fray Alonso Ponce antes citada, que da a entender que el pueblo tenía tiempo de asentado en 1587…el historiador franciscano José María Casillas considera una errata de (Andrés) González al transcribir la fecha, el año puede ser 1546. Sayula es fundada como una ciudad fronteriza, una villa en mitad del siglo XVI en la línea frontal de la conquista, aún en marcha. Más allá, hacia el sur de Sayula, las Filipinas, a donde se dirigía Urdaneta. Hacia el norponiente, los territorios caxcanes, donde se escenificó la guerra del Mixtón, territorio recién pacificado; hacia el norte, los territorios poco explorados de Aridoamérica, con su tribus bárbaras. La punta de la civilización debía ser una ciudad española, lugar estratégico militar y comercialmente, paso entre el Pacífico y la recién formada Audiencia de Guadalajara (1547). Su trazo debía obedecer al orden urbano de la civilización romana, habitada por colonos peninsulares acaudalados, administradores de las encomiendas y letrados menores; capital de la alcaldía mayor de los pueblos de Ávalos, con sus casas consistoriales, cárcel, mesón, plaza de comercio, patíbulo y horca; además, templo y doctrina de indios (1546), convento, hospital (entre 1573 y 1598) y más tarde templo parroquial (1743). 

La monarquía española consideraba al territorio no nada más como botín -en tanto fuente de riqueza por sus tierras y metales- a ser apropiado a través de encomiendas y repartimientos y, a futuro inmediato urbano, apropiado no solo mediante la concesión real y posesión de solares "yermos", "libres y realengos" , sino como objeto de propiedad inmanente, como espacio que podía moldear a su antojo y de acuerdo con sus necesidades: como ejercicio de un acto de poder que otorgaba su majestad. La corona española desde 1573 establecía el sitio, tamaño y disposición de la plaza; en función de su localización, de sus funciones futuras y del número de vecinos que albergaría, según lo precisa el Libro IV, título VIII, Ley IX y la Ley XVI de las Leyes de Indias, promulgadas por Felipe II. 

Luego de su Fundación y su primer trazo, que se debió sujetar a una legislación parecida a la de 1573, el Sayula español, puede que se haya modificado para ajustarse a la nueva ley, a lo que se adaptaría el terreno del templo, convento (1573) y hospital de indios (1578). Lo más probable es que obedeciendo al canon romano de cardum y decúmanum, el trazo de 1546, diera 600 varas de castilla al norte y 600 al sur desde el templo en línea recta; y las mismas medidas al poniente y el oriente desde el mismo punto, dibujando una cuadrícula con  solares por manzana, cada uno contemplando casa y corral, dejando los solares centrales para plaza de comercio y de armas, y en sus flancos, solares para el templo, doctrina de indios, las casas del rey y la cárcel. El patíbulo normalmente se ubicaba en el ágora central y la horca en las afueras del pueblo. 

El estatus social y político de los pobladores correspondía al solar adjudicado, los más poderosos y ricos tenían solares en el centro y conforme se alejaba la propiedad de éste, disminuía la importancia de la familia o el personaje. Los barrios de indios aparecen (son reconocidos) hasta 1598, con sus respectivas autoridades indígenas y capillas. 

Reglas a observar para la fundación de ciudades españolas en el silgo XVI: La orientación de las calles se disponían tomando en cuenta los vientos dominantes para no ser barridas directamente por ellos. En lugares cálidos se disponía la construcción de calles angostas para que las edificaciones permitieran un rápido sombreado, y en los sitios fríos calles anchas que facilitaran la entrada de la irradiación de los rayos del sol.50 La Sayula española de 1546, se traza con los cordeles citados: Cardo (norte-sur) y Decúmano (oriente poniente), midiendo 600 varas de castilla (501.54 metros) a los cuatro puntos cardinales desde la actual Parroquia de la Inmaculada Concepción, levantada por ese año como templo y doctrina de indios. Las calles hoy Ávila Camacho y avenida Juárez al sur, avenida 5 de Mayo al norte, formarían el eje de dicho trazo corriendo oriente-poniente y norte-sur respectivamente, sin que se tenga información de cómo se llamaron entonces o si tuvieron nombre desde que se trazaron. La calle 5 de Mayo comenzaba a correr hacia el norte desde el costado sudoriental de la plaza de armas hasta su cruce con Agapito Madrigal, mientras que la hoy Avenida Juárez comenzaba a correr al sur en su esquina con la calle Constitución hasta su cruce con la calle Aquiles Serdán. El atrio del templo, incluía el hoy arroyo de la de la primera cuadra de la avenida Juárez, el atrio del hoy templo de san José y la explanada Celso Vizcaíno. Por su parte la Avenida Ávila Camacho corría desde el eje principal hasta unos metros más allá de su cruce con la calle Pedro Moreno al oriente, y al poniente hasta su cruce con Gordiano Guzmán. La explicación de esta tercera cuadra (Ávila Camacho al poniente), con ángulo abierto en su centro, debió se para embonar con el cruce del río en sitio adecuado para vadear. Las calles tenían un ancho considerable, funcional de acuerdo a las necesidades de la época, que pudieron ser, que en ellas circularan carretas con mercancía en sentidos opuestos sin bloquear la rúa; también como antes se vio, pudo obedecer a que entonces el clima de Sayula pareciese muy frío a los españoles, por lo que las calles se trazaron anchas para permitir la entrada de la irradiación solar en las casas. La anchura de finca a finca del primer cuadro, correspondiente a las 600 varas, de las calles hoy Ávila Camacho, esquinas Ramón Corona, Santos Degollado; Juárez, Ignacio Vallarta, Venustiano Carranza y Pedro Moreno, es de 15 metros contando las banquetas no consideradas entonces. Lo mismo que las esquinas sobre el cardo Juárez-5 de Mayo, al norte como al sur, correspondiente a las 600 varas castellanas o 501.54 metros. El ágora central formada por las plazas de comercio y de armas, fue bordeada de portales, el más antiguo se encuentra en la parte noroccidental de esta, la esquina poniente del actual portal Ignacio Allende en su cruce con la calle Ramón Corona, de columnas monolíticas y estilo español del siglo XVI, data de la época de la fundación de Sayula. Le sigue en antigüedad el actual portal Rayón en su primera sección ezquina con la calle Porfirio Díaz, construido en 1728, mediante licencia otorgada por el marqués de Casa Fuerte, virrey de la nueva España a don Bartolomé Nieto de Sosoaga56. En el documento citado por Munguía Cárdenas respecto de esa última edificación, menciona que existían otros portales al momento de su construcción; el cronista Munguía Cárdenas cree que estos, a excepción del mencionado anteriormente y el del portal Allende, eran de madera, por lo que no sobrevivieron, sin especificar dónde se encontraban. La gran ágora o plaza principal, abarcaba un espacio considerable desde donde hoy se encuentra el portal Galeana, hasta donde se sitúa la presidencia municipal, calle Escobedo. Dos plazas o espacios abiertos se construyeron, la de armas y la de comercio, entre ellas una alameda, donde hos está el Parían; es muy probable que al momento de su trazo y construcción en el siglo XVI, no las dividiera calle alguna. 

De terrado y cantera, representaban junto con el templo, las casas consistoriales y la cárcel el poder de la corona española: el poder divino; el poder militar y comercial; el poder político y la justicia; respectivamente. No se sabe si existía en mitad de ellas una fuente, más no parece ser la que fue retirada de la plaza de armas en 1882 hoy en la Sala de velación san José, pues su estilo de labrado es característico del siglo del siglo XVIII, neoclásico; siendo esta labrada y puesta allí, probablemente en 1743, cuando se introdujo el agua por alcantarillas a Sayula. Por ese tiempo, mitad del siglo XVII, sólo la huerta del templo, la casa del lego y la doctrina de indios, se contempló tuviesen agua traída de la serranía cercana, pues las que eran sacadas de pozos, eran consideradas aguas malas, de mal sabor, para los españoles. Otra característica que remite a que la intención era fundar un pueblo a contento, gusto y ley de los españoles para los españoles…


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